domingo, 28 de febrero de 2016

Ahora

Ahora que estoy sentada frente al portátil.
Ahora que siento ya el cansancio del día.
Ahora que es de noche, y muchos de vosotros dormís.
Ahora que el silencio llena la calle tras mi balcón.
Ahora que no hay nadie aquí, mas que Tesa, Hadasita y Dios.
Ahora que el ahora no espera nada de mí más que esté.
Ahora que ni es antes ni es después.
Ahora mi pulso sigue sin descanso*.
Ahora respiro. Ahora late el corazón.
Y ahora, porque sí, porque me da la gana,
interrumpo el silencio -que no la paz-
con una voz y un anhelo:
poder hacer mía la letra, a ser posible ahora.

* Bunbury, "Planeta sur".

sábado, 27 de febrero de 2016

Y de repente...

... en medio de la noche, el silencio.
Y la Palabra. Y la música. Dios.
Sábado noche. Valencia centro.
Y la luz. Su Luz y las nuestras.
Dios. Ahí, bien cerquita.
Escuchando nuestra oración,
hecha de cantos, de palabras, de lágrimas.
Dios perdonando en cada esquina de la Iglesia.
Dios expuesto ante nuestros ojos.
Ajeno al ruido, al frío, al humo.
Dios abriéndose paso en nuestra vida.
Dios aliviando sufrimientos.
Dios con nosotros en el Nightfever.


No me gusta

No me gusta la gente ruidosa.
No me gustan las personas que, donde van,
tienen que hacerse notar.
No me gustan las calles sucias.
A Tesa le molesta enormemente esquivar vasos rotos por el suelo,
y bebida alcohólica pegajosa, y pipís de personas.
A mí también.
Detesto que se me llene la casa de humo.
Me molesta enormemente tener que llamar a la policía
porque no se me permite el paso a mi portal.
No le encuentro la gracia a los ruiditos tipo bomba o disparo.
No me gustan nada las minorías
que imponen su dictadura a los demás.
Me altera muchísimo el egoísmo evidente.
¿Cuántas cosas más puedo decir?


viernes, 26 de febrero de 2016

La cura

Hay muchos tipos de enfermedades. Cada cual tiene la suya.
A Tesa le toca la vacuna contra la leishmaniasis. 
Las plantas precisan insecticidas contra las plagas.
¿Y qué pasa con las personas?
¡Ay, el complejo mundo humano!
Las personas podemos tener enfermedades físicas:
unas causadas por accidentes (me caigo y me rompo una rodilla)
y otras a saber por qué (cáncer, alzheimer, o una simple alergia).
También podemos tener enfermedades psicológicas:
estrés, baja autoestima, fobias, depresión, neurosis y síndromes varios.
Y enfermedades espirituales: 
pecados enquistados, poca fe, miedo o desconfianza,
y la peor de todas: la falta de amor.
Yo tengo alguna que otra.
Y a veces me pongo muy nerviosa 
pensando que pasa el tiempo y no me curo.
Contra mi impaciencia, una certeza:



jueves, 25 de febrero de 2016

El otro lado de mi cama

Abro los ojos, y al otro lado de mi cama veo esto:


Y se me llena el corazón de ternura.
Ese pequeño bichito peludo, que acompaña mis días y mis noches, 
consigue sacarme una sonrisa ya antes de amanecer. 
Y yo diría que eso no tiene precio.
Todo lo que pase después -el exceso de trabajo,
las incomprensiones, los desprecios, la soledad,
el silencio, el extra de esfuerzo,
el agotamiento hasta no poder dormir,
la tristeza, los recuerdos, los problemas, las personas...-nada,
¡nada! podrá borrar este momento de paz
y esta sonrisa que ya ha salido. 
Habrá muchas sorpresas desagradables que me espero,
pero también alguna sorpresa agradable que sin duda llegará.
Cuando diga: "Tesa, ¿vamos a la camita?",
mi peludita saltará del sofá y se irá al otro lado de mi cama.
Y en pocos minutos se quedará dormidita mientras yo la miro.
Y ese espectáculo me parece tan bonito
que no hay libro que lo sustituya.
Sólo mi osito y yo somos testigos
del calor que desprende su cuerpecito y su corazón.
Y Dios, que la inventó a posta
para sacarme una sonrisa antes del amanecer.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Una rosa, un zorro...

Hoy he tenido el privilegio de ver una película que todavía no se ha estrenado ni en nuestro idioma ni en nuestro país. Es una versión de la obra maestra "El Principito". Me ha parecido conmovedora, como todo lo que tiene que ver con el libro. A mi Hadasita le vuelve loca, se lo he leído varias veces, y se sabe muchos fragmentos de memoria. A ella, como a Antoine de Saint Exupéry, le asombra que haya personas que no lo sepan entender.
Yo conozco a una persona adulta que tiene una rosa, un zorro, un cordero, una puesta de sol, un pozo, el color del trigo y una estrella que ríe, y aún no se ha dado cuenta. Tiene "El Principito", porque yo misma se lo regalé. Pero todavía no ha tenido tiempo -o no se ha atrevido-, y no lo ha empezado. Lo hemos estado hablando mi niña y yo esta tarde, y hemos decidido leérselo a poquitines todas las noches. Porque es un tesoro que nadie se debe perder.
Y doy gracias al Buen Dios por haberme recordado, con esta película, que de entre todas sus rosas yo soy única en el mundo, puesto que soy la que Él cuida, riega y protege. Y le pido que no haga caso de mis palabras, sino del pequeño aroma que a veces puedo ofrecerle. Y que cuide de mi Hadasita para que jamás se me haga mayor...

martes, 23 de febrero de 2016

Momento publicitario

Aprovechando que me voy a dormir y, cuando me levanto, he tenido 59 visitas, y sin que sirva de precedente, voy a hacer publicidad. No puedo evitarlo. Hay productos que lo merecen. ¡Se me ha puesto la carne de gallina!. ¡Llevo tantos meses esperando este anuncio!. Aquí mi alma gemela decide hacer lo que yo -¿cómo no?-, desnudarse y dejarse ver. Quedan unos días, sólo unos días, y el corazón ya me va a mil. Dedicado a Jorge, a Angel, y a cualquier amante del buen rock nacional o del cine de autor, os informo que en marzo tendremos en la gran pantalla...

lunes, 22 de febrero de 2016

Mirar hacia dentro


No sé describir qué hay dentro de mí.
Sé que algo se está removiendo.
Y creo que cuando eso ocurre, detrás sopla el Espíritu.
No sé ni cómo estoy ni cómo voy a estar.
Y me angustia mirar cómo he estado últimamente.
Mirar hacia dentro es a veces un acto heroico.
Y sin embargo Dios lo hace sin parar.
Nos mira dentro, en lo más profundo.
Y no le importa un pimiento ni el pasado,
ni el presente, ni el futuro.
Su mirada es global, como la de los niños.
Y ahí, donde más miedo me da verme,
descubro que Dios me ama...
No entiendo el qué ni el por qué.
Pero sin duda sólo en su amor tiene sentido mi vida.

domingo, 21 de febrero de 2016

Copenhague

Últimamente digo mucho que "necesito" unas vacaciones. En realidad no las necesito, pero las quiero con toda el alma. Cuando me preguntan dónde iría contesto que a Copenhague. Porque para mí es una especie de símbolo: en realidad no es Copenhague en sí, aunque me encantaría ver su "sirena varada"*. Es más la estación de tren, el lugar donde todo se para para comenzar de nuevo en otra dirección o en otro sentido. 

La canción de Vetusta Morla lo expresa muchísimo mejor que yo. Y como ando quitando el polvo a mis guitarras, y pese a que Maripili marchó y ésta clásica nueva está tan poco tocada que apenas me suena, mi Hadasita se ha empeñado en subirse a una silla y grabármela.  Cosas de niños. Ella se ha muerto de risa viéndome desafinar y perder la nota, mientras Tesa a mi lado se comía un huesito pasando de todo. En fin, a ver si os saco también a vosotros unas risas de domingo por la tarde.

* Héroes del Silencio, "Sirena varada".

sábado, 20 de febrero de 2016

Puertas

Estaba pensando en cuántas puertas cierro normalmente.
Cierro la puerta de mi casa en cuanto entro.
Por la noche hasta con llave.
Cierro la puerta de mi pequeña aula antes de empezar mis clases.
Cierro la puerta del cuarto de baño, y eso que vivo sola.
Cierro la del portal, la de la parroquia, las de las tiendas.
Se me cierran solas las puertas del ascensor y del autobús.
Vivo rodeada de puertas cerradas, acostumbrada a ellas
hasta el punto que ni me doy cuenta de cuántas son.
Y de repente, un día cualquiera de una cuaresma cualquiera,
decido abrir una puerta y dejar que alguien entre.
Y la incomodidad que me produce me hace consciente
de lo encerrada que estoy viviendo.
Y no sé qué me inquieta más:
si pensar que el otro pueda descubrir en mi casa mi desorden
o hacerme consciente yo misma del desastre que escondo dentro.

Dice Enrique "y abrimos las puertas, quizás por costumbre,
tal vez por búsqueda inocente, y nos encontramos"*.
Por costumbre, está visto que no ha sido.
pero las palabras "búsqueda" y "encuentro" me gustan mucho.
Y una cosa sí sé: encerrada a cal y canto tras mi puerta
no voy a ningún sitio.
"Habrá que inventarse una salida.
Que el destino no nos tome las medidas.
Hay esperanza en la deriva"*.
Parece que es lo que el Buen Dios quiere para mi esta cuaresma:
que abra la puerta y deje entrar a quien me ayude a salir...

*Bunbury: "Hay muy poca gente".
*Vetusta Morla: "La deriva".

viernes, 19 de febrero de 2016

Caja de Pandora

Hoy he abierto mi caja de Pandora, y he dejado salir algunos males que llevaba dentro. Como mi Dios no es Zeus, seguro que en vez de tomar represalias sacará algún bien de este esfuerzo. También le he quitado el polvo a mis guitarras y he estrenado estas púas que, providencialmente, me dí el capricho de comprar. Y la primera canción que ha sonado ha sido "al respirar", de ellos mismos. No será por casualidad, aunque tampoco estaba premeditado. Quizás mañana le toque el turno al piano...

PD: sé que esta entrada sólo la va a entender una persona. Quizás dos. A ambos, ¡gracias!.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Hoy no


PD: Gracias, Enrique.

martes, 16 de febrero de 2016

Problemas de comunicación

Me he dado cuenta, por algunos comentarios vuestros, que tengo un problema de comunicación. Si escribo una entrada bonita me decís que es muy dura. Si la escribo esperanzada, que es triste. Si la escribo llorando, que es muy chula. Por lo visto no atino a transmitir lo que quiero. Sin embargo, veo también que no os dejo indiferentes; por lo que no desisto. Es más: continúo con mi tarea de corregir "Un Dios que no duerme", el libro que salió de las mejores entradas antiguas, y que sigue esperando a ver la luz. Sin duda, ese libro es lo mejor que he hecho en toda mi vida. Puede que nunca se publique porque nadie lo entienda, o quizás porque se esté entendiendo al revés. En todo caso, si algún patrocinador valiente quiere echarle un vistazo y subvencionarle un ISBN, quizás alguien lo lea y encuentre en él algo que le ayude, Dios sabrá cómo, por encima de mis problemas de comunicación.

lunes, 15 de febrero de 2016

Debilidad

No me avergüenza mostrar mi debilidad.
Ni que la gente me vea llorar.
O reír cuando se supone que debo llorar.
No me importa confesar que sola no puedo. ¡Nadie puede!.
No doy la talla, no sé estar a la altura, y ya no me duele.
Me da igual defraudar;
a estas alturas espero haber defraudado ya a todos:
¡es tan agotador vivir atendiendo a las expectativas ajenas!
Sé que la poca fortaleza que a veces tengo, es toda prestada.
He vivido, y por tanto he sufrido. Vivo y sufro todavía.
Los días en los que parece que no ocurre nada
son para mí los peores.
A veces sólo puedo rezar,
y a veces me parece no haber rezado nunca.
Tengo el corazón roto,
y aun así me siento muy capaz de amar intensamente.
Cuanto más me arrodillo más se extienden mis alas.
Me siento más auténtica cuando hago mías palabras de otros.
Prefiero la noche a la mañana.
El silencio al ruido. Y la música al silencio.
Me da miedo la soledad,
y más aun la infidelidad de quien me acompaña.
No entiendo ni la violencia ni la indiferencia
del mundo que me rodea.
Soy así, y si no este sueño es demasiado real como para ignorarlo.
En la imagen que reflejo en el espejo no me reconozco.
Pero nada de esto importa demasiado: Dios conoce mi verdad.
Conoce mi debilidad y cuenta con ella.
Lo que de su fe en mí pueda salir, sólo Él lo sabe.
Él tiene sus planes, que siempre se cumplen por encima de los míos.
Con estas mulas va arando.
Y por su esperanza en mí me siento halagada.

domingo, 14 de febrero de 2016

Feliz "sinvalentín"

A todos los pobrecitos enamorados, que estáis viviendo la fase de subidón de endorfinas, adrenalina, dopamina, serotonina y oxitocina entre otras hormonas, que vivís drogados por ellas, absolutamente enajenados y sin control emocional, mis condolencias. Disfrutad de los besos y los bombones mientras duren, porque ese batido de sensaciones tiene los días contados. El enamoramiento es efímero, como las rosas rojas que hoy os regaláis.

Felicidades de corazón a los que hoy celebráis "sinvalentín", estéis o no emparejados. A los que habéis descubierto que el amor poco o nada tiene que ver con el enamoramiento. A quienes hoy hacéis al otro el mismo regalo que ayer y que mañana: el de vosotros mismos. A quienes habéis descubierto, detrás de la alucinación hormonal del príncipe azul, a la persona a la que querer, con todo y pese a todo. A los que amáis a vuestra familia, a vuestros amigos, a Dios, con plena consciencia y en ejercicio libre de vuestra voluntad. Porque esa voluntad hará que vuestro amor perdure, pase lo que pase, toda la vida y más allá. Porque no estaréis nunca solos, aunque no tengáis quién os regale bombones hoy.

Yo, que estoy enamorada de unos 39 hombres a la vez, amo de todo corazón a 6 ó 7 personas -hombres y mujeres, niños y adultos- de los que sí recibo un regalo valioso de verdad: la correspondencia de su amor incondicional, esté maja o insoportable, llueva o salga el sol, sea 14 de febrero o 30 de enero del 2016. Felicitadme por ello, porque me ha tocado la mejor de las loterías.  Y sé que en cualquier momento, sin fecha estúpida por medio, cualquiera de ellos convertirá esta promesa en realidad:

sábado, 13 de febrero de 2016

Los lacasitos rojos

Ayer, el dueño del enorme bote de lacasitos del que os hablé el otro día, le dejó preparado a Hadasita un pañuelito con dos lacasitos. Rojos, por supuesto. A mi niña se le volvió a iluminar la carita.
- ¡Se ha acordado! -me dijo sorprendida e ilusionada a la vez.
Yo pensé que, al tener dos, me ofrecería uno a mí. Pero no. Se los comió solita, uno detrás de otro. Con la convicción absoluta de que eran para ella. Me dio el tiempo justito para hacerles una foto.Y volvió a hacerme gracia su forma de ver las cosas, la naturalidad con la que acepta esos pequeños detalles de cariño.

Yo quisiera aprender de ella, y saber identificar los regalitos de amor que Dios me hace cada día, y disfrutarlos con la certeza de que son para mí. Que nuestra relación fuese de alegría y agradecimiento. Verme y sentirme cuidada. Incluso permitirme pedir el capricho, como hacen los niños, con la misma confianza con la que Hadasita, de nuevo de vuelta en el camino, me dijo:
- Hoy los hubiese elegido naranjas...
Me guiñó el ojo, y siguió caminando contenta. Y yo me quedé con la certeza absoluta de que, la próxima vez, sin ninguna duda, serán naranjas. Y sonreí en silencio a su lado.

viernes, 12 de febrero de 2016

¿Quién lo sabe?

Hay personas que no comprenden este blog.
No entienden que haga pública mi vida.
Que comparta cosas íntimas.
Imagino que esas personas tampoco van a entender
que ponga una canción de Raphael.
Cierto: no me pega nada,
pero si lo hago será por algo,
aunque nadie sepa por qué.
Al fin y al cabo, ¿qué sabe nadie?
Suscribo la letra al 100%.
Nadie.
Ni siquiera yo.
Sólo Él.

Y con la misma libertad con la que yo decido
no dejar de escribir, pese a todo,
a quien le moleste que cierre la página.
Sólo hay que hacer un clik en la X
de la esquina superior derecha.
Es muy fácil. ¡Ánimo!.
Y los que os quedéis,
no penséis que por leerme me veis desnuda.
No vais a saber de mí más que yo,
y yo apenas sé nada.
No sabía qué iba a poner hoy.
No tengo ni idea de qué escribiré mañana.
Ni siquiera si lo haré o no.
¿Qué sabe nadie?
Sólo Él.
Sólo.

jueves, 11 de febrero de 2016

¡Felicidades, mamá!

¡86 añitos ya!
Pero parece mentira, ¿verdad?
Porque esta vez no vamos a poder ir a abrazarte.
Parece que el tiempo se ha parado.
A lo mejor es cierto lo que decías al final:
que tenías 55...
Lo que nos obliga a todos a rejuvenecer un poco contigo.
Como sé que me lees con interés,
porque ahora sí que alcanzas todo lo que sube a la nube,
desde aquí quiero que recibas todo nuestro cariño en tu día.
Tus hijos brindamos por ti,
por tu vida y por tu amor.
¡Muchísimas felicidades, mamá!

miércoles, 10 de febrero de 2016

Polvo y ceniza

La RAE define la ceniza como "Polvo de color gris claro que queda después de una combustión completa, formado, generalmente, por sales alcalinas y térreas, sílice y óxidos metálicos". En principio no parece nada que me resulte interesante. Yo la asocio al tabaco o a los incendios. Algo sucio, a limpiar cuanto antes. Pero hoy nos viene la Liturgia, inspirada por el Espíritu, a decirnos "Polvo eres y en polvo te convertirás". Y nos marca la cabeza con ceniza.

Polvo y ceniza. Descuido y fuego apagado.
Suciedad, ausencia de calor. Hogar o corazón deshabitado.
Buenas intenciones que quedan en nada.
Promesas incumplidas. Amores descuidados.
Desilusión, rutina, costumbre.
Sales alcalinas y térreas, sílice y óxidos metálicos.
¿Es eso el hombre para Dios?
¿O es que es así como el hombre se siente ante Dios?
Después de una combustión completa,
¿puede su aliento reavivar las brasas?.
¿Puede la ceniza abonar las plantas?
¿Podrán las aguas apagar para siempre el amor?
¿Es el fin el fin de esta historia nuestra?

El poeta sale al encuentro de mis preguntas
y responde su soneto:
"Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso lisonjera;
mas no de estotra parte en la ribera
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama el agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
venas, que humor a tanto fuego han dado,
médulas, que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado".

A palabras de Quevedo, nada añado.

martes, 9 de febrero de 2016

Señales

A poco más de dos semanas de mi examen teórico
no puedo evitar andar por la calle fijándome
en las señales de tráfico que encuentro a mi paso.
Ojalá hubiese también señales que nos orientasen en la vida.
Señales útiles, que indicasen sin lugar a dudas el camino correcto.
No meras señales de prohibición que no llevan a ninguna parte.
He encontrado esta imagen que simboliza cómo me siento a veces:


Yo todavía no he conducido nunca un coche.
Pero sí he viajado bastante sola.
Y cuando no me he aclarado con el mapa
(cosa que me ocurre muchísimo, 
pues mi sentido de la orientación es nulo),
he salido del paso preguntando a la gente.
También he visto a conductores perdidos
bajar la ventanilla y preguntar a algún otro conductor o peatón.
Por eso, aunque a menudo no sé identificar sola
las señales que guíen mi vida,
doy gracias a Dios por las personas que me orientan.
Sus palabras, sus consejos, su tiempo dedicado a mí
son impagables.
Quizás seáis vosotros la señal que el Señor
pone en mi camino para poder seguir caminando,
y salir de situaciones como la que muestra la foto.
Por eso, desde aquí, mi gracias.

lunes, 8 de febrero de 2016

Flores en el camino

Sarah, la dulzura de niña que aparece junto a mí,
ha querido regalarme una flor.
Me la ha dibujado en la mano.
Yo le he explicado que me iba a duchar
y que se me borraría enseguida.
Pero a ella eso no le ha importado:
lo que le importaba es que, mientras,
su flor estuviera conmigo.
Las cosas efímeras, como las flores
(y si no que se lo pregunten al Principito)
a veces duran para siempre.
De momento aquí dejo la imagen,
para la posteridad.
¡Gracias, mi pequeña gran Sarah!

domingo, 7 de febrero de 2016

Caminar

Dani hace un tipo de música diferente a la que suelo escuchar.
Se sale del rock y del indie. Pero confieso que me gusta.
Hasta el punto de haberme plantado en algún concierto suyo.
Tengo que admitir que me encantan sus letras,
tan optimistas y terapéuticas.
Y que nos las regale una persona como él,
que ha pasado sus crisis, sus depres, sus duelos,
para mí tiene un valor añadido.
Su vida otorga a sus letras autoridad.

Hoy me hacía falta una sesión de Dani.
He estado tristona, pensando en desvíos, encrucijadas,
naufragios, viajes, decepciones, autotraiciones, vacíos...
Y salta él con su "caminar",
y todas las preocupaciones se aplazan,
al menos hasta mañana.
Me levantaré de nuevo, me pondré a caminar,
y Dios dirá.

sábado, 6 de febrero de 2016

Jubilosos

Hoy hemos ido a ganar el Jubileo del año de la Misericordia.
Así que se puede decir que estamos jubilosos.
Quizás se nos note en la cara, ¿qué opináis? *


Que Dios sea Misericordioso es algo a celebrar.
Que frente a nuestra miseria y pequeñez
su Corazón se conmueva y nos abrace,
¿no es un motivo de alegría?.

No ha pasado nada llamativo.
No me siento con más fe, ni con fuerzas renovadas.
Y sin embargo estoy contenta,
porque sé que estoy en las mejores Manos,
y que pase lo que pase -come what may-
la Misericordia de Dios siempre apostará por mí.

* Ésto es un blog, no una web. Podéis dejar vuestros comentarios.

viernes, 5 de febrero de 2016

¡Bésame!

Por ejemplo. El "bésame" puede sonar extraño, pero es lícito.
"Abrázame fuerte" es otra versión,
muy conveniente, aunque poco usada.
"Necesito mimitos". Y... ¿por qué no pedirlos si es así?.
Juntar mi mano fría con tu mano fría,
y hallar la tibieza en esa unión.

De niña escuchaba sin parar un disco que todavía me encanta:
"Pasito a pasito".
Una de sus canciones dice:
"Te damos las gracias, Señor, por las manos.
Hacemos caricias y damos abrazos,
cogemos las cosas y hacemos regalos".
Un 10.

Leer ese mensaje de"te quiero" de mi Sheyla y mi Raquel. 
O de mi hermano Caco.
Un boli rosa de los que se borran de mi Nicolás y Sarah
(los niños tienen las mejores antenas para hacer el regalo perfecto).
Una rosa, un principito, un zorro.
Un hombro sobre el que llorar sin miedo, como el de Jesús.
Las caricias en mi pelo de mi primo Tomi.
Los lametones de mi Tesa.
Las manos juntas de las tres hermanas rezando el Padrenuestro.
El calor del abrazo de Jacobo, de Alex, de Jorge, de Chiky...

Quien diga que el cuerpo no es importante para curar el alma
que salga ya de la cueva de Platón,
y le daremos la bienvenida al mundo de las emociones.

Yo, mientras, guardo sin lavar la chaqueta que llevaba puesta
en el momento que murió mi madre,
con las lágrimas -sagradas- de mis hermanos y familia.
Y ofrezco y pido, sin ningún estúpido pudor...

jueves, 4 de febrero de 2016

Él sanará

Como amar
si te han 
herido?
Y tu herida
aun de ti
no se ha ido?
Entrégala,
dásela,
a Cristo.
En sus
llagas
vives metido.
Él sanará 
en ti,
lo que tú
no has podido.
En sus heridas
curados
hemos sido.
(J. Zubiaurre)

miércoles, 3 de febrero de 2016

Los restos del naufragio

Dice Victor Frankl: "¡Cuántas veces son las ruinas
las que despejan la mirada al cielo!".
Y me ha hecho recordar una canción de mi Enrique,
que siempre tiene la manera perfecta de cantar lo que siento.
Las ruinas de Frankl o el naufragio de Bunbury,
(lo que queda esparcido, o desaparecido, o roto,)
dejan a la vista lo que de verdad importa.

Y así nos queda el presente, 
que ya es suficiente, y no nos debe faltar.
Nos queda la suerte, que si se balancea un poco, nos puede tocar.
Nos quedan amigos, familia, compañeros
que no nos quieren cambiar.
Nos quedan canciones que llenan los corazones
(esa "canción triste para los momentos bajos,
para sentirte acompañado cuando te sientes vencido;
una canción triste para cuando estás solo,
cuando no sabes el modo de salir adelante"*).

Y nos queda "la mirada al cielo",
un cielo abierto, habitado de gente muy querida,
cercano, tan real como el naufragio y las ruinas,
como las canciones, las personas y sus abrazos.
y vosotros, los que me estáis leyendo ahora mismo.
Y un Dios de bondades inmensas, incontables... 


* "Una canción triste", Enrique Bunbury.
Nota: haz clik sobre "Dios de bondades", en la última línea.

martes, 2 de febrero de 2016

Sólo Él

He escuchado "te acompaño en el sentimiento" 
unas 100 veces estos días.
Agradezco lo que con ello quieren decirme.
Pero me parece una frase desacertada.
Nadie puede acompañarme en el sentimiento,
ni siquiera mis propios hermanos,
puesto que cada uno siente las cosas a su manera.
Sólo Él. Sólo el Señor puede decir algo así con autenticidad.
Sólo Él realmente me acompaña en el sentimiento.

Dice la segunda lectura de la Misa de hoy:
"Como Él ha pasado la prueba del dolor,
puede ahora auxiliar a los que ahora pasan por ella"(Hb 2, 18).
A su auxilio y a su compañía, pues, me acojo.
Y, confiada en sus brazos, digo AMÉN a su Voluntad.
Así, con mayúsculas, y hasta en hebreo por si así me entiende mejor.
Mi Señor Jesús, mi Cristo sufriente, 
vencedor de la muerte y Señor de la Vida:

lunes, 1 de febrero de 2016

¡Gracias, mamá!

Dice el Salmo 26: 
“Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la Vida”.
Y yo hoy hago mías estas palabras del salmista.

Creo en la Vida, con mayúsculas. La Vida eterna.
Una Vida de gozo y dicha.
Y lo creo, en gran medida, 
porque así me lo enseñó mi madre Vicenta,
a quien hoy despedimos aquí, sabiendo
que ni es cierto que nos deja, ni que no volveremos a verla.

Gracias, mamá, por todo… ¡por todo!...
Pero por encima de todo por habernos dado el regalo de la fe.
Por el Jesusito de mi vida cuando era niña.
Por el “Hágase tu voluntad” cuando marchó Papá.
Por cada Avemaría de cada uno de tus rosarios diarios.
Por tu testimonio y tu ejemplo de mujer de fe.

Hoy, todos nosotros, venimos a acompañarte, mamá.
Ahora, que ya gozas de la dicha del Señor en el país de la Vida.
¡Tantas veces rezaste a mi oído, después de comulgar:
“en la hora de mi muerte llámame, y mándame ir a Ti
Para que con tus santos te alabe por los siglos de los siglos”!.
Tu oración ha sido escuchada, mamá, igual que lo es la nuestra hoy.

Te queremos, y te pedimos que nos sigas cuidando,
que nos ayudes para que todos y cada uno de nosotros,
al final de este camino, como tú, 
lleguemos al Hogar de nuestro Padre Dios;
a quien damos gracias, con esta Eucaristía, 
por haberte tenido entre nosotros todos estos años.

Con toda mi fe, y con todo mi amor, 
de parte de todos un beso mamá.*


(*de la Misa de acción de gracias por la vida de mi mamá).

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