miércoles, 26 de septiembre de 2007

Imagino que la paz debe ser...


...algo parecido a acostarse por la noche con la conciencia tranquila, y dormir a pierna suelta, sabiendo que –pese a los sufrimientos o contradicciones que hayan podido surgir con esto que llamamos “vida cotidiana”- todo está bien. Que igual que puedo dejar la ropa colgada en una percha en la ventana, y recogerla a la mañana siguiente ventilada de malos olores y fresquita, puedo “colgar” mi día en las manos de mi Padre Dios y retomarla renovada al despertar. Y que si es voluntad de Dios que la tierra gire y hoy vuelva a amanecer, también es voluntad suya que yo abra de nuevo los ojos y me ponga a caminar. No soy ingenua. Sé que cada día hago mil cosas mal. Pero imagino un papá, con una nenita de… pongamos dos años: ha salido el sol y la peque despierta, ¡hambrienta por cierto! ¿No sabe su padre que, a lo largo del día, la niña se caerá, pataleará porque no le gusta que la bañen, tendrá ganas de juguetear a todas horas, se manchará la ropita, llorará, lo toqueteará todo, incluso puede que rompa alguna cosa? ¿Y no es igual de cierto que su chiquitina es la alegría de su corazón, y que no hay nada que pueda ella hacer para evitar que su padre la quiera más que a su vida? Ha llegado la noche, y es hora de que los peques nos vayamos a la cama. El papá acuesta a su niña, la arropa, le besa la frente… ¡Eso es la paz!

2 comentarios:

Enrique Monasterio dijo...

Bienvenida a la blogosfera. Te estaré vigilando para que no te desanimes. Tenemos mucho que decir.

Hadasita dijo...

Gracias, d.Enrique! Me ha hecho mucha ilusión que haya sido usted el primero en visitar mi mini-blog... A parte de vigilarme me vendría de lujo que me encomendara un pelín. Gracias de nuevo!

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