jueves, 18 de febrero de 2010

La reina de mi casa

3 comentarios:

Anónimo dijo...

sería bueno que te echaras novio.....salu2

angelito dijo...

Hay tres reinos de todos conocidos: uno que ni siente ni padece pero que casi vive eternamente. Sin embargo está dormido, sin sueños tampoco… hay otro que vive pero como en hibernación y, aunque no este congelado, vive en isotermia, manteniendo sus constantes, en coma y lo que sigue es la vida autómata sin mayor complicación… luego viene la vida despierta y sensible, la que entretiene un trasunto, la que va mas allá de las funciones de mantenimiento, la que sube y crece en intensidad y complejidad, la que funciona con sorpresa y aventura y osadía, la que hace que la vida se haga cada día y sea drama y epopeya, la que tiene protagonismo, autonomía, cuaderno de bitácora, sacramentos y momentos, la que se mueve por valores, ilusiones, la que reta y besa y se embelesa, la que se desvive si hace falta, la que muerde el polvo y luego se levanta, un milagro yo diría, vida que va mas allá de la sangre pues lleva música en el latido, y es sentimiento sentido y conciencia y búsqueda y altura y… ¿quieres un ejemplo? Cada uno tiene más de uno. Por eso invito a que –en agradecimiento- quien lee este blog, que ponga alguno.
Hadasita puso el suyo: la reina de su casa

Hadasita dijo...

Querido anónimo: sí, sería bueno. Pero una no se echa novio como quien se echa encima una chaqueta que tiene a mano. No abro el armario y elijo uno. No es fácil.

Por otro lado, aunque me "echara" novio, o marido, o lo que sea, el puesto de mi Tesa en mi casa y sobre todo en mi corazón es indefinido, fijo, vitalicio: se ganó esa oposición (o posición) con la nota más alta y a la primera. Relee el comienzo del Génesis: antes de la creación del hombre -y pensando en él- Dios ya quiso que existiesen los animales domésticos... por algo sería.

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