
Recogidos los juguetes, libros, huesos, pelis, etc, todavía encuentro que se nos ha hecho un regalo más. Y es importante. El más importante. Porque será regalo también mañana, y pasado, y al otro... Ahí queda: la posibilidad de recomenzar, de estrenar año, y Reyes, y reloj, y calendario, y agenda, y zapatitos cada día; de ser un poquito más buenas cada instante. Y no para que el próximo 6 de enero se nos llene la mesa del saloncito de regalos: sino porque queremos ser regalo nosotras, como para nosotras lo es Dios.
Sus Majestades también aprendieron esta lección... y después de ofrecer al Niño sus presentes y sus vidas, volvieron por otro camino... Uno nuevo, recién desempaquetado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario