
Hace un par de semanas cargué con una nevera, un armario, dos camas, dos sofás, dos estanterías, una cómoda, un tocador, tres mesitas, una mesa de comedor con 4 sillas, y alguna que otra cosilla más. Y ni os cuento la de cardenales que llevo (sin hablar de una contractura muscular y una lumbalgia de narices). Al principio no entendía qué había pasado, porque miro mi nueva casa y lo veo todo en orden. Pero ya he dado con el fallo. Algo sí hice mal. Cargar con todo sola.
Me pregunto cuántos cardenales debemos llevar por dentro; de esos que no se ven, pero que seguramente nos duelen, y bastante. Consecuencia quizás de lo mismo: de haber pretendido hacer las cosas sin ayuda, a lo bruto, dando por supuesto que solos podríamos. ¿Acaso nadie nos enseñó a leer? ¿No lo dice el Señor bien clarito?: "Sin Mí no podéis hacer nada" (Jn 15.5)...
No hay comentarios:
Publicar un comentario