Es una de esas nuevas adquisiciones que ha hecho nuestra lengua. Bueno, la gente "chic"; los de a pié en su mayoría siguen sin tener ni idea de qué es eso, ni falta que les hace. Entre otra cosa, porque es palabra inglesa. La plebe seguimos diciendo
"personalizar". Es una costumbre bonita, propia del ser humano (los animales no customizan, os lo aseguro). Por ejemplo: la agenda del cole. Cada alumno la tiene forrada a su gusto, con sus fotos, sus firmas, sus dedicatorias y sus corazones correspondientes. Todas fueron idénticas el primer día de clase, y dejaron de serlo al segundo (en la mía firmé "Hadasita", y al lado puse una pegatina de una ovejita...). Y digo que me parece una costumbre bonita, porque hacemos que de alguna manera las cosas hablen de nosotros, de lo que somos (o de lo que soñamos, de lo que nos gustaría ser). Damos mucha importancia a lo personal, a lo que es mío único, de mi yo irrepetible. Y eso está bien, porque es cierto que cada cual es cada cual, y que en el poder de Dios las combinaciones genéticas son infinitas y jamás existirá en el mundo nadie que sea como yo: mi combinación no se repetirá.
Ahora... será cuestión de ser coherentes, y customizar un poco todo, no sólo las agendas y derivados... Llevada por un ataque de exaltación de mi propia personalidad, dispuesta a intentar pasar de todo y vivir las cosas a mi manera y según creo, y cansada de ver Papás Noeles clónicos colgando de las ventanas de la gente, me planté en la quinta planta del Corte Inglés -adornos navideños- hace unos días, en busca de un calendario de Adviento. De entrada ya es curioso que la sección sea "adornos navideños" y que no exista ninguna sección de "adornos de adviento", ¿no os parece?. Me atendió una chica muy amable.
- Hola, buenas. Quería un calendario de Adviento.
- ¿Un calendario de adviento? Uff, no tenemos de eso exactamente. Pero... bueno, por si acaso, te voy a enseñar una cosa que nos ha entrado nueva...
Y me llevó hacia la derecha. Allí, colgado con una chincheta, había un trozo de tela con un enorme Santa Claus de barbas blancas; en su tripa redonda, descomunal, había 25 bolsillitos, a customizar por el comprador.
- Ya... pero no, gracias. Es que yo soy un poco anti-Papá Noel...
- Sí, me lo he imaginado en cuanto me has pedido un "calendario de Adviento"; pero bueno, por si acaso yo te lo enseño. Es lo que hay.
- Pues no, lo siento. Pero gracias.
- Bájate a la primera planta, "papelería", es posible que allí tengan algo.
Le dí las gracias de nuevo y, sumergida en el río de gente y bolsas que inundaba la escalera metálica, me bajé a la primera. Esta vez me atendió un chico (vestido con su uniforme, pero con el pelo customizadito en plan cresta engominada neo-pija). Muy amable también.
- Buenas. ¿Tienes calendarios de Adviento?
- ¿El qué?
- Calendarios de Adviento.
- Sí, los calendarios están aquí.
Os confieso que me ilusioné. Le seguí muy contenta, hasta llegar a un estante giratorio llenito de "calendarios 2008" de Piratas del Caribe, Harry Potter, y el Valencia CF.

- No, no, esto son calendarios de año. Yo quiero un calendario de Adviento.
- ¿De Adviento? ¿Y eso qué es?
Me quedé tan alucinada que no le contesté. Le dije "Déjalo, no te preocupes; muchas gracias de todas formas", y me fui a mi casa. Por lo visto, la personalidad de los cristianos supera la capacidad de satisfacer al cliente que tiene el Corte Inglés.
Gracias a Dios, en la pequeña papelería de enfrente de mi colegio, encontré uno... Yo lo veo muy infantíl, pero a Hadasita le ha gustado. ¡Ya tenemos "customizado" el comedor como queríamos!: coronita y calendario. ¡Y VIVA EL ADVIENTO!...
Aquí os dejo la foto.