sábado, 1 de diciembre de 2007

Y apareció una estrella...

Estos días las ciudades brillan de una forma especial. Parece que andan poniéndose guapas, como hacían antes las mozas en los pueblos preparándose para la verbena. Es cierto... huele a fiesta... Y se encienden mil luces: las de los coches sumidos en atascos consumistas; las de las vallas publicitarias que felicitan una navidad sin adviento, improvisada; las luces de neón y las que adornan de lado a lado las calles; los escaparates con sus arbolitos y las bombillitas de colores que se encienden y apagan al compás de un villancico... Faros, que no sé bien hacia qué puerto nos guían.

Quizás habrá que mirar un poco más arriba. Sabemos que están, aunque no se vean: ¡las estrellas! La ciudad con sus luces nos deslumbra y nos impide verlas. Pero están. Habrá que subirse a la azotea, para recuperar la noche. Para poder ver las cosas desde otra dimensión: la de la altura. Seguro que la vemos: sale por estas fechas... es una estrella especial... y su mensaje suena parecido a éste:

Quiero anunciarte la alegría, el año de gracia del Señor,
el fin de la vergüenza y del dolor, la esclavitud que para siempre se termina.
Él vendará los corazones rotos y liberará a los oprimidos,
dará la victoria a los cautivos, su gloria cantarán pueblos remotos.
Restaurará las ciudades desoladas y las viñas, por fin, darán su fruto,
hoy se termina, Israel, tu luto y una nueva primavera se prepara.

Y yo me gozaré de su presencia, y exaltaré al Dios de mi esperanza,
se llenará mi boca de alabanza y amarlo sólo a Él será mi ciencia.
Porque de salvación me ha revestido con el manto de justicia del esposo,
como la novia, me adorno con el gozo de contemplar ante mi lo prometido.

¡FELIZ ADVIENTO!

6 comentarios:

Hadasita dijo...

El poema no es mío. Lo encontré en internet, pero no ponía el autor, por eso no lo he citado.

pitin dijo...

Tienes razón, Hadasita querida. Sin Adviento y su espíritu, la Navidad de muchos se convierte en Síndrome de Navidad: angustias, compras compulsivas y estrés. Miremos desde más arriba. ¡Sursum corda! Pitin.

Hadasita dijo...

¡Qué alegría verte por aquí, Pitín! ¡Pero qué alegríaaaaaaa!
Feliz Adviento, y un besote enorme-enorme. ¡Y no te olvides de rezar por mí, porfis! TQM.

Anónimo dijo...

el domingo pasado me izo gracia una frase de angelito "el niño jesus va a bacer por lo civil" y ayer fui al centro y era aquello viva el consumismo, y la verdad es que nosotras tambien consumimos, pero de manera responsable... de verdad es necesaria tanta iluminacion en el corte ingles para vender más enn navidad???

Anónimo dijo...

Si bien es cierto lo que decís, no lo es menos que en ocasiones nuestro modo de pensar trasluce cierto pesimismo y resignación. ¡Nada de eso! Él vuelve a nacer y nos pide que seamos mejores, que nos convirtamos.
Que fruto de esa conversión nazca un renovado interés y estímulo por dar razón razonada de nuestra fe (como afirma Benedicto XVI). Si lo hacemos, veremos todo con más optimismo y transformaremos este mundo, tarea de todos pero, de un modo especial y trascendente, de los cristianos. ¡Ánimo en esta maravillosa aventura!
"Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?"

Hadasita dijo...

Estoy de acuerdo con ambos. Ali: yo pasé por el centro ayer tarde, camino a la novena de la Inmaculada, y ¡¡¡NO SE PODÍA ANDAR!!! (por el mogollón de gente cargada de bolsas hasta las cejas). Juan Diego: ¡¡¡bienvenido lo primero!!! Te aseguro que el Adviento me trae de todo menos pesimismo. Quizás sea el tiempo del año que más me gusta, me siento acompañadísima por toda la Iglesia. Me da ternura la espera de Dios hecho Niño, y me anima a mí a ser más niña también. Pero me niego a regalar la Navidad a los no-cristianos para que la violen... Con fe, con paz, con amor, pero siendo fieles a la Verdad. Besito a los dos!!!

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