domingo, 27 de julio de 2008

Desde Valencia

Curioso: esta mañana me he levantado en Miami Beach, he desayunado y me he bañado. Luego he subido al avión y he comido. En Roma he vuelto a desayunar, un capuccino con corneto, y he llegado a Valencia a la hora de comer. El tiempo se ha vuelto loco. No hay nada tan relativo como el tiempo. Me he duchado con agua limpia, y no puedo evitar echar de menos las pozaladas con el cubo en El Salto, y envidio a la gente que aún queda allí, y cierro los ojos y veo otros miles de ojos, más negros y más limpios de los que he encontrado desde que llegué a Miami. He visto el Atlántico y el Mediterráneo desde el Avión, pero en el corazón me traigo el Pacífico. Me siento como el Principito, andando de un planeta a otro, buscando amigos que cierren en parte la herida que le dejó una pobre rosa. Amo Nicaragua. Amo su pobreza. Amo el verde de su tierra. Amo la sinceridad y la generosidad de su gente. Amo la vida. Amo a Dios que tanto me ha regalado. Y el camino sigue hacia alante.

Nota: la foto está tomada en el Pacífico, por supuesto, en la playa de Pochomil.

5 comentarios:

Carlos dijo...

Hola Esther Bienvenida a Valencia.
Saludos Carlos

Anónimo dijo...

Bienvenida, sabia por Angel que llegabas hoy pero no pensaba que lo harias ten preciosa, estas despampanante en la foto, un beso. M.Carmen

Jacobo J. dijo...

Bienvenida.Un saludo.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Hadasita dijo...

Gracias a todos por vuestra calurosa bienvenida. Carlos, Jacobo, mil gracias, en serio. M.Carmen: ¡eso son los ojos con los que tú me miras!. Ali, cariño: más allá de tu ombligo hay vida... descúbrela, serás infinitamente más felíz.

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