
Os confieso que he llorado lo indecible cerrando la puerta de mi casa en Valencia. Los cambios cuestan. Es el miedo que paraliza, ya lo hemos hablado otras veces. No es lo mismo ir a Nicaragua sabiendo que vuelves el 26, que venirte a vivir a un pueblo sin saber en cuántos años podrás volver a tu ciudad. Todo es bastante incierto. Pero lo primero que dije al llegar aquí es lo mismo que dije al entrar en la casa que dejo atrás: NUNC COEPI! AHORA COMIENZO! No sé el qué, Dios lo dirá. Pero ahora, en este preciso momento, comienzo de nuevo. Y disculparme que os machaque con El Canto del Loco: es esta crisis de crecimiento mía, que me da por escuchar cosas extrañas... Sé que cuando oigáis esta canción me perdonaréis, porque... ¡expresa tan bien cómo me siento!...
Nota: poner Vida con mayúscula, porfa.
boomp3.com