"-¡Felicidades!
- ¡Gracias!. ¿Por?
- Porque hoy es San Valentín.
- Ah... ¿y ése quién es?".
En realidad es una buena pregunta. Sería una señal estupenda de inquietud cognitiva que más de uno se la hiciera, en vez de copiar poesías y recortar corazoncitos sin más.
Nos situamos en Roma, siglo III, antes de la paz de Constantino. Ahí encontramos al sacerdote Valentín, celebrando los Sacramentos en la clandestinidad. Sí, por supuesto: también matrimonios. Probablemente por eso pasó a ser el patrono de los enamorados. Pero le tocó a él como le podría haber tocado a cualquier otro sacerdote de la época.
Por lo que cuentan era un hombre santo, y su fama se extendió hasta llegar a oídos del emperador Claudio II, que lo mandó llamar para escucharle. Valentín, que valiente era, aprovechó la ocasión para predicarle el Evangelio; y a puntito estuvo de convertirlo. El goberdador de Roma, un tal Calpurnio, se enteró y puso el grito en el cielo, y decidió que mejor se encargaba él del asunto. Mandó a su lugarteniente, Asterius (que no Astérix) que lo entrevistara y,de paso, que lo procesara. Los romanos eran así: no se andaban con rodeos. Asterius se burló de Valentín, y quiso ponerle a prueba, llevándole a su hija ciega a ver si el sacerdote, en nombre del famoso Jesucristo, era capaz de curarla. Lo que probó para burla acabó en milagro y conversión. Viendo el escándalo que se estaba montando, el emperador ordenó el martirio de Valentín en el 270. Sus restos se conservan en Terni (Italia), capital mundial del amor (proteste cuanto quiera París).
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Visto lo visto, y subsanada la laguna cultural, no quiero cerrar esta entrada sin aportar mi granito de arena a la mágina que tienen los 14 de febreros, que una cosa no quita la otra.
Aquí una canción preciosa, dedicada a todos los que estáis enamorados, a los que seguís enamorados después de tropocientos años juntos, a los que empezáis a sentir esas mariposillas en el estómago por vez primera, a los que esperáis a ese amor que llegará seguro a la vuelta de la esquina. Especialmente dedicada a todos los chicos que se han atrevido a soltarme un "te quiero" así, sin tapujos, a lo largo de mi historia; y a "Tarzán", que sé que anda cerquita, buscándome: si me lees, que sepas que te estoy esperando y tengo mi ventana abierta. ¡Ánimo!, el resto quiero vivirlo contigo...
3 comentarios:
Pobre San Valentín...me alegro de que me hayas contado su historia y así poderle hacer justicia.
A mi me va más el día a día que los días especiales y los corazoncitos me dan grima.De todos modos las elicitaciones siempre son bien recibidas.Un beso y ¡Feliz día!
EL DROMEDARIO TIENE DOS JOROBAS Y EL CAELLO UNA, O AL REVÉS. EN CUALQUIER CASO,UNO DE LOS DOS TIEN UNA Y EL OTRO DOS, Y NINGUNO TIENE NINGUNA, NI TIENE TRES O CUATRO O MAS... UN CAMELLO Y UN DROMEDARIO SE ENCONTRARON EN EL DESIERTO. EL DE LAS DOS JOROBAS LE DIJO AL DE UNA: OYE ¿POR QUE NO TIENES MAS QUE UNA?... `PARA QUE SE NOS DISTINGA FACILMENTE:BASTA CONTAR LAS JOROBAS Y YA SE SABE SI ES UN CAMELLO O UN DROMEDARIO O AL REVES...
hay quien cree que el que viene en navidad es el Gordo y hay quien confunde el mocaoret con san valentin o san dionis... o es al reves? menos mal que el amor se ve venir, aunque sea con cualquier pretexto
O sea, que casi convierte al emperador y al final ¿acaba ordenando el martirio? Vaya, las historias no siempre acaban bien...
Aunque con retraso, ¡feliz día de San Valentín a todo@s! Me encanta ese día. Cierto que lo importante es el día a día, pero es que los 14 de febrero tienen algo que me hacen sentir especial.
Anne.
P.D. Ich liebe Sie, S
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