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Desde el otro lado del charco, donde la luz brilla -llueva o no- y el verde-vida invade todo clavándose en las retinas inevitablemente; donde la gente no tiene nada inútil, sólo lo auténticamente importante: amor. Donde los días amanecen antes y dan de sí lo inimaginable. Donde cada sonrisa es el mejor de los sueldos; y los esfuerzos, el cansancio, las lágrimas, son purificación sanadora para nuestros corazones occidentales tan dañados por el consumismo y las prisas...
Desde Nicaragua, la auténtica, la del pueblo, la que esconde su tesoro humano en chabolas, os mando un fuerte abrazo a todos. Podéis envidiarme, motivos tenéis de sobra. La vida tiene sentido si se puede vivir abrazando a Cristo en sus pobres.
No tengo más palabras...
2 comentarios:
Gracias por acordarte de nosotros. Otro abrazote para ti.
Anne
Esa es una tierra querida para mí, no en vano he vivido mi noviciado con 7 nicaraguüenses, entre otras, y ahora en mi comunidad con 3. Saluda a la tierra aunque no me conozca como yo la conozco a ella. Un abrazo desde aqui. Por cierto!! Me voy a Roma a final de agosoto, me han destinado alli, a continuar mis estudios.
Un abrazo. Tu alumna. M
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