Le ha desvelado una pena.
Y no hay brisa que le meza, ni Padre que le consuele.
Mi Jesús, soñando cielos, ha despertado en un huerto (Mt 26,36).
Y no hay luz que le sosiegue.
Hoy no hay nanas para el Hijo. Esta noche no.
Le ha desvelado una historia. Parecida a la mía, y a la tuya.
En la barca esta noche nos dormimos tú y yo.
Mi Dios no puede. El miedo le desveló.La tempestad no se calma. Empapa la tierra el sudor.
Sólo un ángel le acompaña…
Mi Dios no duerme. ¿Quién le acunará?
No hay descanso en su pesadilla.
No hay alivio en la amistad.
Llueven lágrimas desde este Cielo encarnado,
hecho Hombre, hecho pecado.
En esta barca inundada,
entre estas olas que ahogan,
en un navío que va a pique,
esta noche, la noche de las noches,mi Dios no duerme.
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