Son tres, como las de Charlie. Pero las mías son muchísimo más guapas, más listas, más buenas y más auténticas. No les podéis ver los ojos porque ningún superhéroe debe desvelar su identidad; y ellas son superheroínas en continua acción. Parecen pequeñas, pero son muy grandes.
Yo tengo muchísima suerte, porque las tres trabajan conmigo. Las conozco muy bien, y cada día me sorprende su capacidad de entrega, de superación, su optimismo y su cariño. Cada jornada a su lado es una estupenda aventura que promete un final feliz.
Desde aquí mandarles un besote enorme a las todas. Estoy muy contenta, muy orgullosa de vosotras. Es una pasada veros actuar. Me siento muy, pero que muy privilegiada.
Y un "GRACIAS" así, con mayúsculas, al Buen Dios que me ha regalado con tres de sus mejores ángeles.