domingo, 29 de mayo de 2016

Lo importante

A veces me cuesta discernir entre lo importante y lo urgente.
Hay ocasiones en las que lo urgente se quiere imponer,
y de hecho acabo en urgencias. Anoche, por ejemplo.
Imagino que también era importante que la alergia
no me llegase a las vías respiratorias.
No sé entonces si se trataba de algo urgente o importante,
o ambas cosas a la vez.
Ya he dicho que me cuesta discernir...
Hay cosas que son lo suficientemente importantes
como para que -además- sea urgente hacerlas cuanto antes
y así evitar daños mayores.
Mientras esperaba que los pinchazos hicieran su efecto
y me devolviesen una cara que no fuera un homenaje a Mick Jagger,
estuve echando un vistazo a lo que circulaba por internet.
Es lo bueno de estar sola en una sala de espera,
sobre todo cuando no puedes hablar: que te da tiempo a leer.
Y me encontré con este tweet:


¡Me pareció tan bonito!
¡Me lo pido como proyecto de vida!
Con la convicción
(no me cansaré de repetírmela)
de que no soy lo que hago. ¡Gracias a Dios!.
No soy lo que logro.
Soy mis intentos, mis anhelos, mis sueños;
mis sonrisas -a veces forzadas, pero reales-;
mis decisiones más o menos acertadas
pero todo lo coherentes que me salen.
Mis rectificaciones.
Mis caídas y vueltas a poner en pie.
Esa verdad peleada. Esa pasión.
Ese canto por bandera.
Mis contradicciones, que pese a lo que parezcan
son lo mejor que tengo, porque hablan de vida, 
de camino, de búsqueda.
Sí: mis contradicciones son importantes.
Mi Enrique me entiende, como siempre, a la perfección:



Hoy, esta contradicción andante se va a poner guapa, 
pese a las deformaciones que todavía ha dejado en mí la alergia.
Y me voy a algo muy, pero que muy importante: a Misa.
¡Hoy, que celebramos el Corpus!.

Dios me confirma hoy que lo importante es lo que pasa por dentro,
lo que no se ve bien con los ojos que decía el Principito,
que está más allá de lo que parece físicamente,
en lo profundo, donde sólo se ve bien con el corazón.
Así veo pan, y adoro el Cuerpo de Cristo.
Y su pequeñez, su pobreza, su aparente insignificancia
me fascinan, me atraen, y me sirven de estímulo.
No sé qué se verá de mí por fuera; tampoco me preocupa mucho.
Lo importante es lo que ve Él;
y que en su "pequeñez" y en la mía
se da la grandeza del Encuentro.
Otra contradicción, la más importante. ¿O no?.

1 comentario:

Angel dijo...

Marta, Marta... decía Jesús:
sólo una cosa es importante!

Yo creo que esa cosa es
debe ser, a mi parecer
ese Espíritu -la "salsa"-
que es el Amor en todo.

Por eso TODO es importante
que lo hagamos con AMOR...

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