lunes, 9 de mayo de 2016

Pues sí, lloro

Me dice mi niña SMM que no llore. Y me saca esto:


Y ocurre lo inevitable: me pongo a llorar.
Ella, que es super especial, se ríe. Lo esperaba, me conoce.
Abro el sobre y empiezo a leer:


Las lágrimas me caen como cascadas.
Me siento condecorada, 
con un diploma de honor que pienso enmarcar.
Y luego la abrazo, y la beso.
Y me siento afortunada, porque el auténtico regalo es ella.
Su ejemplo, su constancia, su trabajo incansable,
su sensibilidad, su cariño, su capacidad de superación personal,
¡ella!, ella es el gran tesoro.
Compartir la vida a diario estos seis años
ha sido uno de los mayores regalos que me ha hecho Dios.
El ejemplo que me ha dado, una lección que jamás olvidaré.
Y va mi niña, que ya es toda una mujer, y remata la jugada con esto:


Y yo sigo llorando. Y llorando llego a casa.
Y llorando escribo esta entrada.
Para que quede público y para la posteridad
el gran corazón que tiene mi S.,
y para poderle gritar públicamente con las palabras,
con esa lengua castellana que tanto hemos trabajado juntas,
que ESTOY ORGULLOSÍSIMA DE ELLA,
y que pase lo que pase, nada nos va a poder separar ya.
Porque hay gente que se viene a vivir dentro del corazón
y adquiere derecho a habitarlo de por vida, sin hipotecas.

Aprobada, cariño. ¡Aprobadísima!.
En todas las asignaturas en las que tanto te esfuerzas,
y sobre todo en humanidad.
Eres una de las personas más bellas que conozco,
no pierdas nunca eso. La gente tan buena no abunda.
Yo tengo la enorme suerte de haber sido regalada con dos.
¡Hay ángeles entre nosotros!

2 comentarios:

Angel dijo...

No se puede describir con acierto lo que tiene
la sonrisa de un niño
o ese brillo de los ojitos
cuando estamos pasándolo bien, etc.

... he visto a tu niña coloreando algunos de mis dibujos
y también recordarás el momento del rezo del Angelus
y cómo querían rezarlo que "ahora me toca a mí"
... recuerdo cuando asistió por vez primera a un concierto coral
y también aquellas lágrimas una Navidad porque venían las vacaciones
y se terminaban las clases

... Tantos recuerdos!
Hoy quiero que estas letras suenen
a música de parvulitos: quiero hacer con ello
un homenaje a esos grandes momentos.

P A PA
P E PE PA PE
P I PI PA PE PI
P O PO PA PE PI PO
P U PU PA PE PI PO PU...

Tusy dijo...

No me extraña que hayas llorado tanto. Yo, sentada en el sofá de mi casa, estoy llora que te llora tras acabar de leer la carta ahora, y de igual manera no podía parar de llorar cuando la leí ayer por primera vez. Tanto ayer como hoy se me pusieron los pelos como escarpias... ¡Emotividad en estado puro!
Me decías ayer en la entrada de mi blog que la persona es un misterio en evolución, y que esa es la lección que recibimos de los niños a cambio de las nuestras... Pues para muestra, un botón. Tú eres testigo de la evolución  de esta niña, y no sólo eso: has sido y eres parte activa en su día a día, de modo que, aunque es ella quien ha conseguido llegar hasta ahí, las herramientas y el cómo usarlas, le han sido dadas por ti. Y es más: todo ello lo has hecho hablándole al corazón, mirándola con ternura infinita y viendo en sus dificultades, no obstáculos, sino oportunidades para la superación.
Te digo siempre que eres un lápiz en manos de Dios, y que aunque el que escribe es Él, si tú no aceptases su voluntad de escribir contigo, Él no podría manifestarse a través tuya. Jesus, el Maestro, enseñaba con autoridad pero con ese amor y esa ternura infinita que le venían dadas por el Padre, que nos ama como hijos suyos, puesto que, ¡lo somos! Y así enseñas tú a esta niña; eres una maestra hecha a imagen y semejanza de Dios, un Dios que se hizo hombre para salvarnos, y que se nota a la legua que es el modelo que sigues, el Maestro de la maestra que eres. Y así, por tanto, la amas. No es de extrañar pues, que al reconocerse querida, enseñada con cariño y esmerada dedicación, valorada en sus esfuerzos y reconocida en sus logros, haya sabido ver, con los ojos del corazón, esa bondad y ternura del Padre, abrirse paso a través tuya para acudir a su encuentro.
Mi más sincera enhorabuena a las dos. Podéis sentiros muy orgullosas de esto, porque los logros son compartidos, porque lo habéis conseguido juntas. Y porque para ambas ha constituido un aprendizaje, no sólo para ella y no sólo a título académico. Sé que lo que te ha enseñado esta niña con su ejemplo y con estas palabras de reconocimiento, es una lección inmensa, de una sabiduría extraordinaria.  
Si ya lo decía Santa Teresa de Calcuta, que los mejores profesores son los niños... Disfruta continuando aprendiendo de y con ella, lo que queda de curso. Os lo merecéis ambas. ¡B7s!

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