lunes, 29 de noviembre de 2010

Presentir

Se me acerca mi niña, se acurruca a mi lado en el sofá con la mantita encima (hoy hace un frío que pela), y se hace el silencio. Ese silencio que precede a algo importante, y que ya conozco tan bien...
- "Yo no siento a Dios", dice al fin.
Y me quedo más helada de lo que ya estaba.
No sé qué contestar. Finalmente, opto por la verdad:
- "Yo tampoco".
Y de nuevo el silencio.
Hadasita suspira profundamente, y pone sus manitas entre las mías buscando un poco de calor, y acomoda su cabeza en mi hombro...

- Yo no tengo ni idea de a qué sabe Dios: presiento que andará más cerca del chocolate que de las acelgas, porque así me lo pide mi sentido del gusto, aunque jamás lo haya probado. No sé cómo huele Dios: presiento que debe ser algo parecido al jazmín, porque me encanta el jazmín, igual que a tí; pero jamás he sentido su olor.
- ¡No!¡A madalenas recién hechas!.
- Es verdad, Hadasita, el olor de Dios se debe parecer a las madalenas recién hechas.

Y mientras me quedo recordando la delicia de ese olor, sigo pensando... Yo nunca he tocado a Dios: salvo en la Eucaristía, un casi nada que se deshace en un ya. Pero presiento el roce de Dios en el calor del cariño humano que me rodea. Leo cada día la Palabra de Dios, pero no sé cómo suena su voz. Presiento que no tiene voz propia, o que ha hecho propias las voces de sus miles de profetas a lo largo de la historia... puede que a veces suene incluso a mí. Yo nunca he visto a Dios. Presiento que no debe existir hermosura mayor que la suya. He intuído sus ojos en los ojos negros de sus pobres; he presentido sus manos en las manos de los sacerdotes que me absuelven los pecados; estoy casi segura que su sonrisa se parece en algo a la de mis amigos. Pero añoro sentir su abrazo, en vivo y en directo.

Espero un día poder sentir lo que presiento. Y espero quedarme corta. Muy corta.
Espero que mi Hadasita entienda que la fe es justamente eso: presentir. Y que cada vez que huela a madalenas recién hechas presienta que Dios le anda cerca.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Feliz Adviento

No quería poner nada del Adviento, porque había decidido no celebrar la Navidad este año. Cada vez me enferman más las lucecitas, las musiquitas, la marabunta consumista, los cumpli-y-miento de las cenas sociales, las loterías y todo lo que inevitablemente acompaña a la secularización de estas fiestas. Que sí, que nos las han robado, y que no hay muchos visos de que nos las quieran devolver. Y yo me niego a celebrar esa navidad. Y para mí, un Adviento sin Navidad no tiene sentido (ni una Navidad sin Adviento, es de cajón).

Sin embargo, Hadasita ha andado trasteando por la casa desde el lunes. Y eso tampoco lo he podido evitar. Ha desordenado todos los armarios hasta dar con la caja en la que tengo guardada la corona y el calendario. Ha escrito su carta a los Reyes Magos, y la de Tesa también. Ahí están, preparadas, esperando a que yo me anime a entregárselas a algún paje real; y tendré que hacerlo, porque en esto de vivir el Evangelio, los valientes y los niños son los que mandan. Y no nos dejan opción. El Adviento ha entrado en mi casa por la fuerza, lo reconozco. Y esta niña que vive conmigo le ha hecho el hueco que merecía.

martes, 23 de noviembre de 2010

Buenos días!!!

Es bueno empezar el día con un desayuno rico.
Y es más que conveniente empezarlo con una sobredosis de buen humor.
¡Que lo disfrutéis!

viernes, 12 de noviembre de 2010

La Virgen Niña de mis niñas

Tengo en el cole dos niñas muy especiales. Las dos son especialmente bonicas, especialmente lindas, especialmente trabajadoras, especialmente agradecidas, especialmente divertidas, especialmente buenas. Yo me las comería a besos. No puedo poner fotos suyas (aunque tengo montones en mi móvil, porque las quiero una barbaridad) por ser menores de edad. Tienen 10 años, o quizás 9, 8, 7... no lo sé muy bien, tampoco importa. Lo que sí os cuelgo aquí es la Virgen Niña que me han coloreado para nuestra aula, tan bonita y llena de vida como ellas. Ya podéis moriros de envidia.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Un millón de razones


Gracias, Migueli, por tu música, por tu fe, por tu amistad...
(Darle al Play)

Wizard Animation