A propósito del título, digo que me encanta. Porque me remueve que sea un Dios alerta, que nos vela, que no cierra ojos, oídos, manos, corazón... Me emociona esta disponibilidad y este ocio, negocio, "vicio" suyo 24 horas... Me enternece su afecto y atención máxima, todo ese derroche de energía por nosotros a tiempo completo y ese no quedarse pasivo, esperando sino buscando el encuentro... Eso, y la imagen del faro. Y a mi, que siempre me gustó garabatear y ver la vida desde la imagen, el símbolo, el cuento, la forma poética... a mi me da contento este Dios llama, que quiere atraernos, que lanza su luz como red en la noche y permanece ahí firme cuando arrecia el viento. Me gozo ver cuando ruge con furia la tormenta, porque nadie le arrancará de esa orilla, que está ahí clavado igualito que aquel padre coraje que vivía día y noche en el camino esperando la vuelta de su niño... Y un tercer motivo de alegría: que esté también contigo el Obispo, ese sucesor de los Apóstoles, siempre pequeño y a la vez magnífico, pues si la talla ya la tiene y da valor al libro, además provocará efectos multiplicativos; pues es santo y no sólo muy capaz y listo. Y ahí hay tino: lo que habla no es entretenimiento sino experiencia y testimonio vivo... Vale, callo y corto. No quiero ser repetitivo. Pero déjame decirlo una vez más: complacido estoy, que es mucho más mejor que nunca arrepentido.
3 comentarios:
Ya en marcha el siguiente...
Angel: tus ilustraciones son parte fundamental de mi libro. Una auténtica obra de arte. Dios te ha dado un don precioso en esas manos... GRACIAS!!!
A propósito del título, digo que me encanta. Porque me remueve que sea un Dios alerta, que nos vela, que no cierra ojos, oídos, manos, corazón... Me emociona esta disponibilidad y este ocio, negocio, "vicio" suyo 24 horas... Me enternece su afecto y atención máxima, todo ese derroche de energía por nosotros a tiempo completo y ese no quedarse pasivo, esperando sino buscando el encuentro... Eso, y la imagen del faro.
Y a mi, que siempre me gustó garabatear y ver la vida desde la imagen, el símbolo, el cuento, la forma poética... a mi me da contento este Dios llama, que quiere atraernos, que lanza su luz como red en la noche y permanece ahí firme cuando arrecia el viento. Me gozo ver cuando ruge con furia la tormenta, porque nadie le arrancará de esa orilla, que está ahí clavado igualito que aquel padre coraje que vivía día y noche en el camino esperando la vuelta de su niño...
Y un tercer motivo de alegría: que esté también contigo el Obispo, ese sucesor de los Apóstoles, siempre pequeño y a la vez magnífico, pues si la talla ya la tiene y da valor al libro, además provocará efectos multiplicativos; pues es santo y no sólo muy capaz y listo. Y ahí hay tino: lo que habla no es entretenimiento sino experiencia y testimonio vivo...
Vale, callo y corto. No quiero ser repetitivo. Pero déjame decirlo una vez más: complacido estoy, que es mucho más mejor que nunca arrepentido.
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