Estoy estudiando en profundidad un epifenómeno. Se trata de un ser vivo, ¡sin duda!, puesto que respira. Que tiene parte corporal lo compruebo: tiene carne, huesos, pelo, ronca, le crecen las uñas, come, funciona su proceso escatológico, tiene una voz dulce, ha pasado por alguna intervención quirúrgica... Parte psíquica también: tiembla cuando tiene miedo, salta de alegría, sufre la soledad, le generan ansiedad los petardos, le encantan los besos y los abrazos, tiene una enorme empatía, que yo sepa ha pasado al menos un par de depresiones... Inteligente es: sabe que los envases de plástico encierran alimentos, y pedir lo que necesita o desea, inveatiga, le gusta aprender, proteger lo suyo... De la parte espiritual no me ha dicho nada, pero veo que atiende de manera especial en una Eucaristía o durante una oración. A veces se pierde su mirada hacia el infinito, y no sé si estará o no haciéndose preguntas profundas.
Por supusto, se trata de mi Tesa. La cuestión es: a parte de la libertad y de la conciencia moral, ¿hay algo más que nos distinga? ¿Qué es un perro para Dios? ¿Qué es el hombre para Dios? ¿Qué se puede esperar de cada uno? Continuará...
1 comentario:
No sé responder a las cuestiones antropológicas que planteas, pero sí tengo claro que tu Tesita es un amor, la he conocido poco pero me tiene prendada. Tiene una mirada tan profunda, y es taaannn buena... Para comérsela.
Dios creó el Cielo y la Tierra, y todo cuanto habita en ella. Y nada de lo que hizo Dios fue en balde, así que los perros ocupan un lugar fundamental en la creación fijo. Y particularmente a tu Tesa Dios le ha dado una misión especial contigo, al igual que a ti con ella. Sólo hay que ver el afecto que os profesais mutuamente, para darse cuenta de que ahí se manifiesta la ternura y el amor de Dios.
Seguiré atenta a cómo resuelves estas cuestiones antropológicas, me son de mucho interés. ¡B7s!
PD: Porfa, quita la foto de ese perro pachón y pon una instantánea de la dulce y adorable Tesita, es lo suyo :-)
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