Como decíamos Mick Jagger y yo ayer... más o menos..., "los viejos hábitos tardan en morir". Y este fin de semana, de alguna manera, lo he comprobado. Lo más sorprendente es que ha sido en personas que apenas me pasan de la cintura. Así que esos "viejos hábitos" parecen estar arraigados en nosotros desde bien pequeños.
Fui a tocar la guitarra a dos Primeras Comuniones, una el sábado y otra el domingo. El sábado me encontraba tan mal que no recuerdo ni qué toqué: era como una especie de máquina desplomada contra mi instrumento, raspando las cuerdas automáticamente. Pero cuando llegó el momento se me abrieron los ojos como platos. Me llamó mucho la atención. A las preguntas del sacerdote: "¿renunciáis a Satanás, a sus obras, al mal, al pecado.. etc?", los niños tardaron en contestar lo suyo. Al final, muy poco convencidos y con un hilito de voz, después de haber escuchado la pregunta al menos tres veces, casi por no quedar mal con toda la gente que les estaba mirando, dijeron un "sí, renuncio" bien poco enérgico. En cambio, cuando se les preguntó si creían en Dios, en su Trinidad, en el Espíritu Santo actuando en la Iglesia, en todas esas cosas tan misteriosas y complicadas de entender, su respuesta fue firme y contundente: "¡sí, creo!". Y pensé: anda, es más fácil creer lo imposible que renunciar a lo tangible. Aun así, concedí cabida a la posibilidad de que esos niños no hubiesen ensayado bien la respuesta, o que no supiesen en realidad qué estaban haciendo. Pero cuando el domingo, con otros peques diferentes, volvió a ocurrir exactamente lo mismo, no pude evitar escuchar en mi interior los acordes del comienzo de guitarra de la canción que os puse el otro día...
Creo en un Dios Creador; creo que ese Dios, uno y único, es a la vez tres Personas distintas; creo que en el pan y el vino, tras la transustanciación, están el Cuerpo y la Sangre de Cristo; creo en el Espíritu Santo aunque no entiendo bien ni qué es; creo en la Iglesia y su santidad pese a ser objeto de las más duras críticas sociales... ¡Si, creo!. Pero... ¿renunciar a la mentira, al egoísmo, a la falta de amor, a la tentación fácil, al insulto y las palabras hirientes, a la comodidad, a la pereza, al aparentar, a la búsqueda del placer en sí mismo, a querer ser y tener más que los demás?... Uy, eso ya es otro cantar. ¡Hasta los niños lo saben!. Confirmado: "los viejos hábitos tardan en morir"...
Salí de allí pensando en lo difícil que es ser cristiano hoy en día. Un poco desanimada, la verdad. Pero luego, de repente, unos metros más adelante de la Iglesia, volví a ver esas flores rosa fucsia, como las de la semana pasada. Y pensé en todos regalos pequeños pero continuos que el Buen Dios en quien decimos creer nos hace a diario. Y que en esta tarea de ser seguidores de Cristo no andamos solos: contamos con la mayor de las Gracias. Ésa que hace que en un fin de semana mortífero en el que cuesta hasta tenerse en pié, una se reponga del hábito de la desesperanza, y saque fuerzas de donde no las hay para seguir adelante -contra los viejos hábitos- con una sonrisa como ésta:
Confirmado, sí: con Él...¡se puede!.
1 comentario:
item más: Habrá sido canonizado el Pontífice Pío nono pero eran otras circunstancias. Hoy y para ayer, lo que toca es poner veto a todo niño que se acerca si antes sus padres no son parte activa, comprometida, secuaz y cómplice del cura y los catequistas... Parranderos y demás festeros que no saben ni desean del Misterio, a la calle y de rodillas, como los penitentes de otras épocas... Porque hoy por hoy son apóstatas de vida y también de corazón, a juzgar por su navegar en el río pagano y además con ostentación de lo nurdo, apología de lo burro y jactancia de lo zafio en ocasiones. Y por si quedsra alguna duda, quito el famoso "presunto" para forzar al cambio de rumbo y al cortar inmediato con la "costumbre" cancerígena...
Si cuando chico tuve la gracia de padres, profesores y feligresía practicante e intentante por lo menos... hoy la gente es materialista, criticante y a la contra si le viene... Si es intoletable e imperdonable lo que hacen con sus hijos, mucho peor nosotros que petmitimos se siga y se afiance el maltrato a lo sagrado...
Mea culpa y propósito de enmienda.
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