jueves, 5 de mayo de 2016

Fresa y nata contra el dolor

Ojo, que no quiero decir
que un Chupa chups de fresa y nata cure el dolor.
¡Ojalá fuese así de sencillo!
Pero cuando las cosas duelen demasiado,
a mí se me ocurren tres opciones: blanco, negro y gris.
Blanco: no pasa nada, me resbala, y haré lo imposible por olvidarlo.
Negro: esto es un horror y no tiene arreglo posible.
Gris: hoy me duele, mañana quizás,
ahora mismo no se me ocurre una solución,
puedo ponerme la tele e idiotizarme no pensando
o echarme a llorar como una loca hasta deshidratarme;
o puedo sacar un Chupa chups de fresa y nata y darme un tiempo.
Quizás no sea un buen momento para pensar.
Tampoco para ignorar lo que ocurre.
A lo mejor toca sacar lengua y dar unos cuantos lametazos
hasta llegar a ese chiche cuyo sabor dura unos 20 segundos,
y relajarse un poco.
Respirar. Tomar aliento. Coger fuerzas.
Hacer algo que no suponga una diversión para la que no hay ánimo,
pero que resulte lo suficientemente gratificante
como para reponerse un poco.
El Chupa chups de fresa y nata tiene eso:
glucosa para el bajón, tiempo para tomar perspectiva,
y mientras te lo comes hasta puedes rezar un poco
y pedirle al Buen Dios que meta rosa
entre el blanco, el negro y el gris.
A Tesa sin duda le parece la mejor idea.
¡Se ha apuntado al plan sin pensarlo dos veces!.
Y, como hoy las cosas me duelen demasiado
como para encima enfadarme,
he hecho la excepción de dejarle probar el dulce.
No es lo mejor para ella, pero tampoco la va a matar,
Mañana buscaremos una opción más correcta;
hoy, ésta es la que me ha parecido más útil.
Fresa y nata contra el dolor.
Y va por ti, Mª José, que nos miras ya desde el Cielo
cómo nos comemos este Chupa chups, entre lágrimas y música,
contigo en el corazón, con la decepción de otros en la cabeza,
con la confusión que tú nunca más sentirás.
Me da muchísima pena
no haber podido darte ese beso final que quise.
Pero que sepas que me alegro por ti, que te tengo mucha envidia,
que me consta tu bondad, que me la pido, que me la pegues,
y que te quiero.
Y ahora que lo ves todo,
y que conoces estos esfuerzos, esta lucha mía,
quizás tú mejor que nadie encuentres bonito el vídeo de hoy.


PD: recuerdos a tu Paul Newman...

1 comentario:

Tusy dijo...

Decía Ramón de Campoamor:

"La vida es dulce o amarga;
es corta o larga.
¿Qué importa?
El que goza la halla corta
y el que sufre la halla larga".

Yo creo que la vida no es siempre dulce, ni siempre amarga. Pero sí que en determinadas circunstancias amargas, que alargan ese malestar, el recurrir a algo que endulce la situación (en sentido literal en tu caso), nos crea una percepción de que la situación es más liviana, más llevadera, y parece que acorte levemente el sufrimiento.
Tampoco creo que la vida sea siempre blanca, ni tampoco negra; tampoco gris, y eso que la escala de grises es muy amplia, casi infinita. La vida, depende del momento, ¡es de colores!

Habrás leído también, del mismo autor que la cita anterior:

"En este mundo traidor
nada es verdad ni es mentira;
todo es según el color
del cristal con que se mira".

No estoy de acuerdo del todo, porque igual que no somos lo que hacemos, las cosas no son, en esencia, según la subjetividad de quien interacciona con ellas. Pero a veces (tampoco siempre), ante las circunstancias que se nos imponen, podemos decidir qué actitud tener (digo a veces porque en ocasiones lo que sentimos nos abruma y sólo nos permite tener una reacción, lógica o ilógica, pero es lo que inmediatamente nos sale y es incontrolable). Otras veces, podemos darle matices a esa reacción, cuando la intensidad de los sentimientos y reacciones iniciales se ha moderado, o cuando hemos integrado eso como normal dadas las circunstancias.
La pérdida de Mª José te ha causado un dolor dentro de la lógica que mueve a los afectos; y al brotar tus lágrimas aflora tu inmensa humanidad, la sensibilidad que te caracteriza y que es uno de los principales motivos por los que comencé a leerte con entusiasta afán, tu entrega generosa a las personas...
Ese Chupa-Chups rosa que ha endulzado levemente tan amargo momento, recuerda por su sabor que todo tiene un sentido en los planes de Dios, por desagradable a priori que resulte... y por su color, que a pesar de los pesares, y de que a veces las cosas se pongan feas y las circunstancias negras se impongan, la vida sigue siendo bella, no es de color de rosa en su totalidad, y menos en estos momentos... pero ese pequeño punto rosa, dulce, recuerda que la belleza no se ha esfumado, que volverá a engalanar tu vida. Igual que un rayo de sol pequeño se abre paso en un día nublado para recordarnos que el sol está detrás, descansando, pero que volverá a alumbrarnos con fuerza y abrazarnos con su calor. Besitos.
PD: Por si no lo sabes, me encanta el rosa. Y a la niña de las gafas flexibles, más todavía :-)

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