sábado, 2 de julio de 2016

"Un año más...

o un año menos que dolerse
de esta herida y de esta luz",
que dicen mis amigos de Vetusta Morla.
Me he despertado llorando;
no sé si por el horror de año que dejo atrás
o por el miedo a que el que empieza 
tampoco esta vez sea mejor.
Ya no me atrevo a soplar las velas y pedir deseos:
nunca se cumplen. La experiencia se impone.
Aun así, al levantarme de mi cama
lo primero que he visto entre mis lágrimas
ha sido esto:


Y al final no he podido evitar sonreír.
¡Mil gracias, Tesita!
Sé que este año también ha sido especialmente duro para ti,
porque tu vida está inseparablemente unida a la mía.
Pero mira, ¿sabes?, todavía seguimos en pie.
Y aunque no vayamos a tener fiesta,
ni tarta, ni abrazos, ni regalos, ni nada de lo convencional
(nosotras nunca hemos sido convencionales, pequeñaja)
acabo de decidir una cosa:


¿Te parece buen plan?
Visto lo vivido hasta ahora, no puede ser demasiado difícil...

1 comentario:

Angel dijo...

Tiempo... el gran problema del conejo de Alicia, el de los actuales hombres de ciencia y el de los filósofos de hoy... Y yo, que no me tengo por nada, digo que se estira y se encoge como la tripa de Jorge... y es mi manera de decir que hay relatividad, transistoriedad, alquimia y Gracia...

Ale, lo digo de otro modo. Qué será lo que será?
40+1=4 y 41+1=42 y así sucesiva y numeralmente. Y si supiera el día de mi.muerte, resto y de esa sustracción obtengo la duración o vida que me queda...

Pero eso no dice lo que pesan los años ni los kilos que pillamos, ni lo que cuesta caminar con pies de barro ni lo larga que se puede hacer una mañana o lo corto que se hace estar con los amigos, ni habla tampoco de la burbuja Bunbyry cuando estás en un concierto... O sea que 40 y 41 son números reales, con su negativo o positivo, con su carga en lo subjetivo, sensitivo, jod... o bendecido.

Pero 40, 41... son también trascendentales, no sólo contados o vividos por uno; son convividos porque también cuentan los nueve meses que dejaron la marca del ombligo. Y, en ese sentido hay que sumar el infinito: empezando por los padres, sigiendo por los primos, etc. y también -más allá de la biología y la genética- la suma y toda esa pluma del huevo y la gallina. Y más, mucho más, porque ya, mirando hacia adelante, hay infinito de personas, momentos, detalles, Gracia y destino... Aquí ya no se cumplen años ni se habla de tiempo perdido. Porque todo ya se mira desde otra óptica, desde la gratuidad, la Gracia y el sentido no ya como "como, divierto y ahora voy de sufrido o aburrido" sino desde el SER más óntico y conjugable, desde la relación/religión, desde la maravilla del Amor de Dios que nos crea, nos ama, nos llama... desde la realidad cristiana, pues es la que ES y SERÁ siempre verdadera y gozosamente CIFRA INFINITA.

Otras consideraciones al 40/41 serán siempre "peso atómico"susceptible de isótopos y avatares varios sin mayor trascendencia, volátiles, si se me permite la expresión.

Felicidades sí. Pero siempre en el número, sea éste 40/41 porque es lo que varía en la ecuación, ya que el otro término no tiene cota ni límite pues expresa la FELICIDAD INFINITA

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