martes, 5 de agosto de 2008

Lugares especiales

Hoy he salido de excursión. Y he pasado por Jérica.
Cuando era niña iba de campamento a Viver en verano, y desde el mirador, de noche, acurrucados en los sacos, mirábamos hacia Jérica, con su campanario iluminado, y se nos abrían los corazones: era la hora de las confidencias, de la amistad en estado puro.

Hay lugares especiales. Porque, al pasar por ellos, brotan en la memoria momentos igualmente especiales. Jérica, Ávila, Roma, Jerusalén, Nicaragua... No son sólo paisajes bonitos: son sonidos, aromas, colores, y sobre todo personas, historias.
Yo no sería yo si no hubiese pasado por esos lugares... o mejor: si no hubiese dejado que esos lugares pasasen por mí. Porque se puede ir a un sitio de visita y con chubasquero, y que ni te roce. O puedes traerte el color de su tierra en la piel.

Es curioso: en todos esos sitios he sentido a Dios especialmente cerca. No creo que sea casualidad que me sigan llenando tanto.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

no me hables de jerica, viver o alrededores, que aunque haya conseguido mi objetivo de no tirarme en Montan un mes muerta de asco todavia no descartan la posibilidad de subir una semana ¬¬... juro que en cuanto la tenga en mi posesion vendo esa maldita casa...

si hay lugares que marcan, y algunos dentro de la misma ciudad en la que vives, no hace falta irse tan lejos creeme.

besitos

ciao!!

angelito dijo...

hay un libro de Boff titulado los sacramentos de la vida; es eso lo que yo vi en esas noches azules como el manto estrellado de la Virgen... a mi también me llegan rumores y recuerdos...
y sí: sin memoria no se da el memorial. y sí: cuantas caras y aventuras han pasado y qué chico el corazón o qué agujeros tiene que no retiene...
y qué bueno revivir y no dejar que se muera tanta gracia, tanto regalo del Buen Dios!

Hadasita dijo...

¡Y qué alegría, Angelito, poder recordar todo aquello todavía contigo! Porque los demás pasaron. Pero me ocurre con mi infancia y contigo lo que con Álvaro y Nicaragua: sólo tú puedes entenderme, aunque no encontremos palabras. Jamás volví a ver estrellas como aquellas. Y las charretas que nos tirábamos tú y yo en las escaleritas que bajaban del comedor a la piscina... y cuando nos quedábamos dormidos sobre la mesa rezando... y los cubazos de agua y las zapatillas entrelazadas alrededor de la piscina y los nuestros haciendo "el indio" alrededor del tótem, y el zorro que jamás era pillado, y los fuegos en la gruta, y las excursiones a los Ojos del Prado... Sólo tú sabes de qué hablo. Hay lugares especiales; y personas especiales. Gracias a Dios por tí, mi hermanito.

★Mαααяiiиαα!★ dijo...

olaa otra vez... jaaajaa!
Bueno.. q muchas ganas de conoceros!
Chaoo!
Besoos!






★Mαααяiiиαα!★

Anónimo dijo...

Saludos, muy interesante el articulo, espero que sigas actualizandolo!

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