Me comenta Teresa, en el libro de visitas, que le llama la atención la cabecera de mi blog. No es capricho lo del arbolito que da como fruto un corazón: se llama corazonero, y lo llevo regando desde hace ya bastantes años.
La historia es sencilla. Salió el Sembrador a sembrar, y viendo cómo andaba el terreno, entre piedras, espinas, abrojos y derivados, decidió plantar en medio un árbol especial. De hojas perennes, y que diera abundantes frutos todo el año. Lo realmente asombroso es que este tipo de árbol no se nutre de la tierra que le rodea, sino al revés: reverdece y purifica y abona desde sus raíces más profundas lo que se encuentra en su entorno.
Y vio el Sembrador que aquél árbol era bueno. Y decidió plantar más. De hecho, si os fijáis, debe haber al menos uno por cada 20 metros cuadrados aproximadamente. Seguro que los véis enseguida, porque aunque son muy sencillos huelen super-bien. Sus frutos suelen ser pequeños pero dulces, como los besos. No se venden en las fruterías: hay que cogerlos gratis, es la regla. Se nutren con la oración, y se podan con la penitencia, y mueren si dejan de amar. Bajo su sombra todos juegan y descansan, ¡incluso piensan!. De hecho, arrimarse a un buen corazonero es la mejor terapia contra la tristeza: su aroma infunde esperanza.
Yo he visto varios por mi barrio, y la verdad es que son una pasada. El mío lo tengo algo descuidado, pero en cuanto lo mimo un poco desborda de esos pequeños frutos, y mucha gente se pasa por casa para hacerse una buena macedonia de corazonero; y siempre todos se van contentos. Es lo que tiene: que es dulce, como los besos... como Aquél que lo sembró.
4 comentarios:
si cultivas la esperanza
y la guardas siempre verde
quizá sospeches un dia
que los frutos no maduran
y que el trabajo se pierde...
la esperanza es la semilla
y es tallo, es flor y es fruto
y cuanto más la cultivas
pones más alegría a tu vida,
mas verdor y restas luto...
Precioso, Hadasita. Aprovechando que estamos en primavera, la época apropiada, mañana mismo planto mi corazonero, que mimaré para que dé enseguida frutos.
Entrañable la entrada dedicada a tu papá, y el vídeo.
Un abrazo
Muy buena idea, ya estoy plantando el mío. Ultimamente parece que juego contigo al "tu lo haces y yo lo repito". Un beso
Gracias, Teresa. Seguro que te crece rapidísimo, ya lo verás. Por cierto: mi papá (que es el de Tina y de otros más que dejan por aquí sus mensajes), es uno de los santos más guays del s.XX. Tenía un corazonero enormeeeeeee, no te lo puedes ni imaginar...
M.Jesús: Jajaja. En mi barrio lo expresan con un refrán divertido: "culito veo, culito quiero" (con perdón si me lee algún sudamericano: sustituya entonces la palabra "culito" por "pompis" o similar). A mí también me pasa, no te preocupes. El otro día me traje a casa unos geráneos del balcón de mi médico, que lo tiene precioso, y me los planté en el mío, a ver si cogen... Y fíjate: Hadasita por ejemplo con lo peque que es, me da ideas brillantes de vez en cuando... Nunca se sabe por dónde puede soplar la Gracia, pero...¡me parece que este verano va a haber cosecha de corazoneros a tope!
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