Ayer por la tarde estuvimos en el pueblo haciendo limpieza. De mi cuarto, entre cajones y armarios, saqué 5 bolsas de basura de las gigantes, de las que hacen para el jardín. Y esta noche, algún camión se habrá llevado al estercolero media vida: los libros que repasaba cuando suspendía mates en 5º de EGB, la trenza postiza que me ponía cuando me disfrazaba de Romy para ver La Vuelta al mundo de Willy Fog, unos angelitos de escayola que malpinté de niña, pantalones de hace más de 20 años, el blog de dibujo técnico con aquellas figuras tridimensionales que me salían a la tercera y por casualidad, cartas de compañeras del cole, trillones de papelitos de oración personal, el disfraz de dama medieval que me hice para un campamento...
Mi sobrina se quedó, alucinada, con una Super Pop del verano del 87 con anuncios de conciertos de Loquillo, Un pingüino en mi ascensor, Siniestro Total, Hombres G, La Guardia, La Unión, Mecano, Gabinete Caligari, Olé olé... Y Hadasita se volvió loca cuando encontró la camiseta que compré en el concierto de Héroes del 92. Apenas salvamos nada más.
Todas aquellas cosas las guardé porque en su momento fueron importantes. Si me hubiese parado a mirarlas y a pensar, seguramente todavía estarían ahí. Porque el valor de las cosas aumenta o disminuye, según los recuerdos que nos traen. Es la vida la que les da su precio real. Una trenza postiza vieja puede ser un asco o una reliquia... pero a veces, hasta las reliquias acaban en la basura, apostando por un sueño mejor. Yo sueño con mi casa, sueño con un hogar luminoso y alegre, sueño poder tenerlo antes de cumplir 36.
Y al final aprobé las matemáticas de 5º... ¡y me saqué una carrera!. Y la música de los 80 seguirá sonando en el corazón, mientras me quede memoria. Los basureros esta noche, se llevaron justo eso: basura. Pero no mis recuerdos. Quizás hubiese querido tirar una última bolsa, con todas las estupideces que también hice en aquella época. Pero ¿veis?, esas no se las lleva el camión...
6 comentarios:
Que llegamos a este mundo en pelota picada y tendemos a desear instalarnos en cada punto kilométrico del camino.
Instalarnos en un punto kilométrico es eso: aferrarse a las cosas, sujetarnos a ellas, como si ese fuera el truco para lograr detener la marcha hacia delante en el camino de la vida, o tratar de avanzar cargando con todo lo que vamos encontrando en nuestro avanzar en ese camino ¿cierto?
Para avanzar, nada mejor que ir ligeros de equipaje (que lo aprendido, se guarda en el corazón y no el la tremenda mochila que pretendemos cargar en la espalda)
o sea, como llagamos al mundo, en pelotaris.
Y además de avanzar con mas ligereza, también ayuda caminar con la mirada al frete, a lo lejos, hacia la meta, no con la cabeza girada hacia atrás lagrimeando por lo que allá dejamos.
Que "lo que más vale, es invisible a los ojos" como dice el Principito, y eso es el amos, por encima de todo.
Y eso no nos ata, nos impulsa..
"... te da aaalas..."
Tia una spuerpop del 87??? conciertazos joder conciertazos... sabes que te tengo envidia por haber vivido en esa epoca, verdad???
yo tengo que empezar a tirar basura inecesaria de mi habitacion, hay demasiada, y demasiadas cosas inecesarias...
me alegro por lo de la camiseta de Héroes con la que tanto has dado por saco...
besitos
ciao!!!
Me ha gustado mucho hoy tu relato, has sido valiente, como dice Tina hay que aligerar el equipaje y colocarlo todo bien en la "azotea" ahi no pesa. Me rio mucho con Ali porque te conoce bien. M. Carmen
De acuerdo con Tina al 100% (por cierto: ella estuvo conmigo en aquel concierto del 92...). Tini, ponte las gafas cuando escribas, que te comes letras. ¡Gatita!
Ali: le diré a mi sobrina que no tire la Super Pop, para que la veas. Y te animo a "limpiar" tus cosas: yo hoy he sacado 2 bolsas más de mi piso, y lo que te rondaré morena.
M.Carmen, me hace gracia que te haga gracia, jajaja. Mola. Ahora: en la azotea también hay que hacer limpieza de vez en cuando. Lo que llaman higiene mental. Hay cosas que ni ahí merece la pena guardar...
Besitos a las tres!!!
!Bien hecho! A ver si yo tambien tengo la valentia de hacerlo que lo único que hago es cambiar las bolsas de sitio cuando ordeno
Que penita es no saber
tu pensamiento me ha traidoa la memoria al Qoelet, aquel sabio mesurado, laconico a veces con todo lo vivido...
también -a raiz de charlas de estos días- me vino la letra de estos ripios:
lo que se ha de decidir
en cada tiempo y lugar,
y que triste es no saber
cuando es tiempo de empezar
cuando es tiempo de seguir
cuando es tiempo de acabar
cuando es tiempo de decir
cuando es tiempo de callar
cuando es tiempo de apostar
cuando es tiempo de perder
cuando es tiempo de ganar
cuando es tiempo de dormir
cuando es tiempo de soñar
cuando es timepo de morir
cuando es tiempo de rezar...
(nota: otros lo cerrarían -ya sabes- con el verbo apurar del carpe diem... pero no hay luces ni luceros que brillen más que Aquel que es la pura LUZ)
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