viernes, 5 de septiembre de 2008

Espacios

Cuando era niña y llegaban estas fechas me pasaba exáctamente lo mismo que le está ocurriendo a Hadasita: me volvía loca con los libros nuevos, los rotus, las libretas, el estuche, la mochila y el babi limpitos... Parece que las cosas nuevas tienen un no-sé-qué mágico que nos atrae: debe ser la posibilidad de estrenar algo que pueda acabar por valer realmente la pena.

El caso es que yo le estoy forrando los libros estos días. Ella es demasiado pequeñita todavía para hacerlo sola. Y también le estoy poniendo el nombre en los cuadernos. Y al abrir uno de ellos me ha dado por pensar en los espacios. Es algo muy importante, no penséis que me he vuelto loca. Y lo voy a explicar.

No se puede empezar a escribir en una libreta arriba del todo. Hay que dejar un espacio. Tampoco se puede apurar al ladito del gusanillo, ni hasta el final de la página (ni por los lados ni por abajo). Hay que dejar un huequito que separe bien un tema de otro (incluso conviene cambiar de color al poner el título, o subrayarlo tal vez). Dejar otro espacio después de un punto y aparte. Un espacio separa un problema de otro, un párrafo de otro, una palabra de otra...

Los espacios son, pues, muy importantes. Sin ellos, el orden es avasallado por el agobio. Y esto ocurre en los cuadernos y en la vida cotidiana. Cada día es como un folio en blanco. Si lo empezáramos sin espacio, a saco, ¿qué nos ocurriría?: que llegamos al cole despeinadas, sin duchar, con la cama por hacer, y la sensación de que el tiempo se nos ha comido y que la vida no es más que la sucesión de acciones. ¿Qué sería de nosotras sin el recreo? ¿Qué pasaría si al salir de clase no parásemos a contarnos qué ha pasado hoy en clase, qué hemos aprendido, y no nos merendásemos un bocata de nocilla paseando a Carry? ¿Deberes y a dormir? ¿Dónde queda el espacio para leer cuentos, para columpiarnos en el balancín, para mirar las estrellas, para dar gracias a Dios? ¿Dónde el tiempo para descansar, para sentir, para recapacitar, para corregirse, para pensar, para respirar, para amar y ser amadas?

Es cierto que lo que Hadasita escriba en sus cuadernos nuevos será muy importante. Los palotes son fundamentales, y el abecedario, y los dibujos a plastidecor. Pero aunque todavía no ha empezado las clases, no puedo evitar imaginármela ya apoyada en mi hombro, enseñándome todo lo que ha hecho durante el día... y durmiéndose entre mis brazos en el espacio importantísimo que dura una canción de cuna.

5 comentarios:

Carlos dijo...

Hola entiendo perfectamente lo de los espacios hoy sobre todo me habia dado cuenta de que con gente que conoces es mejor mantener las distancias igual me equivoco pero que vas a pensar con ciertas cosas.
Total que hoy habia visto a esa persona y habia optado por no saludar.
Es que es un poco largo para explicar por aqui.
Saludos Carlos.

Hadasita dijo...

Entiendo lo que dices, Carlos. Los espacios no sólo pueden ser de tiempo: también entre personas. Segudo que esa en concreto a la que no quisiste saludar también necesita algún espacio para estar "sola" de vez en cuando...

Carlos dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Hadasita dijo...

¿Quién es Matizo?

Anónimo dijo...

Los espacios muchas veces parecen insulsos en las hojas… tan blancos, tan vacios, sin nada escrito… ¡Y luego son los que dan sentido a nuestra vida! Sin ellos, todo lo demás acabaría por ser nada, de tal desbarajuste que habría.

Una reflexión preciosa.

Un abrazo.

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