Hadasita anda un poco triste estos días. Cuando le pregunto, dice que no quiere ir al cole. Pienso que es normal: ¡a ningún niño sano le gusta ir al cole!. Pero hoy ya me ha preocupado. Es la tercera noche que la oigo llorar. Me he acercado a su cuna y tenía el osito lleno de mocos y lagrimones. Me he recostado junto a su nuca y le he preguntado al oído: "¿qué te pasa, mi reina?". Se ha dado la vuelta y me ha mirado, con los ojitos rojos, y tras un suspiro en plan "a estos mayores hay que repetirles las cosas mil veces para que se enteren" me ha vuelto a decir: "No quiero ir al cole".
A Carry le he notado algo parecido. Desde que me confirmaron que los perros tienen sentimientos, ando estudiándola atentamente. El primer día que salimos Hadasita y yo a coger el bus de la escuela, no dijo nada. Pero a nuestro regreso a casa ví que se había dedicado a hacer excavaciones arqueológicas por todo el jardín, se había comido el gel de la ducha de la piscina, y nos esperaba arrimada a la puerta de la casa, con su naricita asomando por la rendija de abajo. Ayer, cuando llegamos, estaba tumbada en el garaje, sin moverse, con la mirada triste, como un perro abandonado. En el jardín no había ni rastro de actividad. Al menos sí se comió su pienso.
Son casi las 4 de la mañana, y la falta de ánimos que veo en mis peques me tiene totalmente desvelada. No sé bien qué hacer. Es como si la fiesta se empeñase en acabarse en nuestro hogar. Hace 3 días cayó una lluvia de barro, a la que le ha tomado el relevo un calor bochornoso. Quizás esto esté influyendo. O a lo mejor la culpa es mía... Me explico. Un amigo llevó a sus dos peques gemelitos al cole el lunes por primera vez. Y contaba que el niño se puso a llorar; cuando la maestra le preguntó qué le pasaba, contestó que quería ir al aula de al lado, a ver si su hermanita estaba llorando. La profe lo llevó, y en cuanto vió que la niña estaba bien, se calmó y pudo volver y jugar con sus compañeros con total normalidad. A veces me pregunto si Carry no estará más triste por ver triste a Hadasita que por quedarse sola medio día. A veces me pregunto si Hadasita no estará más triste porque me ve suspirando por tierras lejanas, que por tener que ir al colegio. A veces me pregunto si cuando agarramos las maletas en junio, no hicimos un traslado insuficiente, demasiado corto.
Y aquí me tenéis, 4´10 de la mañana, haciendo una lista de normas de convivencia que nos ayuden a levantar el ánimo en este septiembre que empieza a resultar tediosamente típico:
1- Queda prohibido hacer deberes. El cole se acaba cuando suena el timbre.
2- Todos los miembros de esta familia están obligados a un paseo vespertino, disfrutando de la puesta de sol.
3- Añadiremos a nuestra dieta galletas, chocolate, helados y huesos limpiadientes (cada una lo que más le guste).
4- Queda decretada la obligación de acabar el día sucias. Una buena dosis de juego en el césped, con tierra, agua, pelotas, peluches, piscina y pinocha puede ser suficiente para este fin.
5- Se prohibe estar triste sin buscar el achuchón (o lametón) de las demás.
6- Se permite gritar, cantar, ladrar y hacer ruido, aunque moleste a los vecinos.
7- Se prescribe besuquear, abrazar, estrujar, mordisquear al resto sin medida.
8- Se prohibe el trabajo individual, quedando sustituído por el trabajo en equipo.
9- Llorar sólo estará permitido en compañía, al menos en la compañía indispensable que se da en la oración.
10- Se permite soñar, dormidas o despiertas, calladas o en voz alta, dentro y fuera del cole, en el recreo y durante las clases, de día y de noche, en blanco y negro o en verde nica. Porque los sueños tienen mucho que ver con la esperanza. Y la esperanza es la principal encargada de que la fiesta, en nuestro hogar, no se acabe por una insignificante vuelta al cole.
¡Fuera los mínimos! ¡Arriba los ánimos!
Me vuelvo a la camita...
3 comentarios:
Muy buenas ideas, me las apunto para mi uso particular
Jajajaja..la vuelta a la normalidad siempre cuesta pero ya veras como poco a poco pasa
Un Beso y a tu adasita una caricia
Hola, Maria Jesús, ¡cuánto tiempo! Espero que hayas tenido un feliz verano. Me alegro que te sirvan algunas de nuestras ideas: ayer probamos bastantes y parece que más o menos funcionan. Ya me contarás.
Beetle: ¡bienvenida! Creo que no nos conocemos. ¿Cómo diste con mi blog? (por curiosidad). Transmito el beso y la caricia a mi Hadasita con gusto. Un abrazo.
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