domingo, 28 de septiembre de 2008

Sentimientos (II)

Hoy Carry ha cumplido 7 meses. Lo hemos celebrado en familia, y ha tenido regalito por supuesto: una correa nueva bien bonita. Ahora mismo ya es mucho más grande que Hadasita, casi la puede subir a caballito. Ella no entiende de aniversarios; pero estaba pletórica, seguramente porque veía mucha gente en casa: saltaba, corría, mordía, sacaba sus juguetes desperdigándolos por el jardín... Ahora que se han ido todos, la veo desde mi ventana, tumbadota, bien tranquila, mordisqueando un palito. No tengo ni la más remota idea de qué puede estar sintiendo.

La semana ha sido densa, con momentos tensos, otros divertidos; con algunos temores, con tentaciones evidentes, con algo de vergüenza, y breves instantes de paz intermitentes en medio de la lucha por mantener el tipo en las cosas cotidianas. Como cada sábado, ayer me confesé. Objetivamente, pero por pura Gracia, bastante mejor que la semana anterior. Y el cura me preguntó: "¿no estás más contenta?". Le dije que sí porque era lo que tocaba decir. Aunque en realidad no me sentía más contenta. Me sentía agotada.

Creo que no mentí. No sé hasta qué punto los sentimientos tienen que ver con el hervor de la sangre, con la exaltación, las palpitaciones, los gritos, las lágrimas y otras manifestaciones físicas. ¿Acaso no puede una persona estar contenta sin sentir la alegría a flor de piel?. ¿No es mucho más profunda la alegría que produce el sentido que la que produce el sentimiento?. Si los esfuerzos, las luchas, los intentos, los tropezones con lección incorporada, el cansancio, han estado en coherencia con la conciencia y con el camino vita elegido, saberlo ¿no es alegría?.

Quizá sea eso justamente, el sentido, lo que diferencia los sentimientos humanos de los animales. Mi Carry, después de la locura y la emoción de esta mañana, es incapaz de dar gracias a la vida por tener la oportunidad de seguir saltando, y corriendo, y mordiendo un mes más. En cambio, yo sí puedo dar gracias a Dios por la compañía que me hace; y aunque no sienta ningunas ganas de sacarla a pasear, en cuanto acabe de publicar esta entrada me iré con ella por la urbanización, contenta. Y antes de dormir, ella me lamerá la mejilla; y yo le besaré el morrito. Y ella sentirá el contacto físico, le gustará y moverá la colita. Pero dudo que entienda el sentido de mi gesto, ese "gracias por estar ahí, mi peludita". Aun así, todo estará en orden. Y un ángel velará nuestros sueños...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Madre mia!!!

Que grande que esta,de la primera foto que pusiste a esta...

Traetela un dia a clase y veras como se callan todos xD

Bueno nos vemos en clase

Un beso MUAK!!!

**Mariia Toledo**

Hadasita dijo...

María: probablemente en clase pasaría desapercibida, como una más, jajaja. Es inquieta, pero super-lista. Te aseguro que su nivel cerebral a veces me parece que sobrepasa un 1ºESO. Y sí, enorme está (ha sacado el mismo culo que su mami, jeje). Aunque yo todavía puedo cogerla en brazos. No os la voy a llevar al cole principalmente por un motivo: ¡¡¡PORQUE ELLA NO QUIERE!!! (cole no, cole no, cole ñaña...). Prefiere jugar en el jardín. Ya te he dicho que es lista. Pero os iré colgando fotos, ¿vale?. Besitos, Marieta. Nos vemos en clase.

Carmen dijo...

Esther=)

¡Que guapa que es Carry!¡Madre mia y que grande que está!
Me han encantado tus textos osbre los sentimientos son preciosos. =)
Nos vemos en clase.=)

Un besoo.

Carmen Furquet 3ºA=)

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