Llamo "Pijolandia" al barrio en el que vivo. Tiene muchas ventajas: la principal, que llego andando o en bici a cualquier sitio en un plis plas. Pero me choca el ambiente. No puedo evitar comparar... Cuando has estado en el paraíso, cualquier otra cosa te parece extraña.
En mi finca hay 14 pisos, con 4 viviendas de 4 habitaciones cada una. Aproximadamente 170 personas. Con una probabilidad altísima de seguir siendo para mí auténticos desconocidos el día que me marche a vivir a otro sitio. En menos de un mes, en El Salto, todo el mundo nos saludaba como si fuésemos familia: los niños venían corriendo a abrazarnos por las mañanas; y si alguno de nosotros había andado con colitis, no faltaba quien se interesase por su salud.
Asomada a la ventana hoy veo tiendas, bares, servicios de todo tipo: ni rastro de verde. Cuando mi Carry se asoma al balcón, con su hociquillo entre los barrotes, aullando de pena, me dan ganas de hacer lo mismito. Quizás, si aullamos las dos a la vez a pleno pulmón, nos oigan desde el otro lado del charco y vengan a rescatarnos.
Allá los perros andan sueltos, no ví ni media correa; y ojalá estuviesen lo sificientemente alimentados para sacar fuerzas y pegar un ladrido (acá, a mis queridos pijos de arriba y de abajo les molesta la salud -física y emocional- de mi peque: si ladra o si llora es un incordio, en vez de una bendición).
Me pregunto a qué planeta pertenezco realmente. Porque no sé vivir fuera de la ciudad: me siento sola, aislada, incomunicada. Pero tampoco sé vivir en ella: me dejé el corazón en la selva. ¿Habrá algún lugar en este planeta occidental donde se puedan encontrar las dos cosas: el cariño de la gente y el canto de los pájaros, con autenticidad, sin rollos artificiales? ¿Qué es, realmente, un hogar?
1 comentario:
Hay una canción que me está absorbiendo por completo, casi casi como "Is this love" o "No woman no cry", y es "La chispa adecuada", de Héroes del Silencio. En una parte de la canción dice: "en un ataúd guardo tu tacto...". Creo que el mensaje hay que interiorizarlo porque está bastante claro: a la basura, al destierro más absoluto, al ataúd todo lo desechable, lo que nos hace daño y lo que no nos conviene. Borrón y cuenta nueva, como se dice. Y eso se consigue con algo que también se nombra en la canción: "todo arde si le aplicas la chispa adecuada". Esa chispa que nos ha de "encender" y darnos vitalidad, es la fe y la esperanza, que no se pierde si se tiene.
Un fuerte abrazo hadasita, ¡y utiliza esa chispa! Ya sabes que la distancia no hace el olvido. Bss.
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