La gente se nos va uniendo. El grupo crece vertiginosamente, y con él las posibilidades de viajar en futuros encuentros. Valencia, Riópar, y la próxima en Zaragoza; y ¿quién sabe? ¿Bilbao?.
En común tenemos al menos una cosa: estamos contagiados de nicaraguina aguda. Y es un problema, porque es contagiosísima, y ni hay vacuna ni hay cura. Sólo nos queda el remedio de coger un avión y cruzar el charco. Mientras, desde aquí nos preparamos para ser mejores, para poder dar lo mejor de nosotros cuando estemos allá.
Un placer haber pasado el día con vosotros. Un abrazo enorme a los que no habéis podido venir. Otro de bienvenida a los nuevos, de corazón. ¡Nos vemos en un mes en Zaragoza!
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