Gracias quiero darte por poner los videos que pones estos fías... porque la memoria -que es lo que nos da historia e dentidad- me lleva en un vuelo a aquellas Pascuas jóvenes y a las de los Peces en el Buen Consejo y tambiénn a esos buenos ratos junto al Sagrario... Esta entrada de hoy en concreto me remueve, seguro, tanto como a ti... Te acuerdas qué decíamos cuando todo quedaba desmantelado? Habrá más cariño en alguna Parroquia que aquel nuestro de entonces? Yo creo que nos salía muy de veras ése reconocimiento que te sale al Dios maravios que ha hecho maravillas... Hoy estamos en otro registro pero no podrán arrebatarnos el tesoro. Y me vienen a la mente historias que conté y sigo contando para que se vea que la Iglesia es gente, piedras vivas, aquí o allí, donde sea... Y como estoy tocado yo también con lo que me dices que pasa, te pido que hoy, sí, porfa, pongas la canción de los cristianos entre cuatro paredes.
Ante la muerte de nuestro Señor, ante el escándalo y a la vez misterio de la Cruz, ante tal acto de tanto amor por ti, por mí, por la humanidad entera... me siento tan conmovida, cada Viernes Santo, que no me salen las palabras... Sólo atino a repetir, anonadada, este soneto atribuido a San Juan de la Cruz:
"No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido, muéveme ver tu cuerpo tan herido, muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera, pues aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera".
Jesús, ¡cuánto nos has amado, y cuanto nos sigues amando! ¡Cómo no adorarte! ¡A ti gloria y alabanza por los siglos!
2 comentarios:
Gracias quiero darte por poner los videos que pones estos fías... porque la memoria -que es lo que nos da historia e dentidad- me lleva en un vuelo a aquellas Pascuas jóvenes y a las de los Peces en el Buen Consejo y tambiénn a esos buenos ratos junto al Sagrario...
Esta entrada de hoy en concreto me remueve, seguro, tanto como a ti... Te acuerdas qué decíamos cuando todo quedaba desmantelado? Habrá más cariño en alguna Parroquia que aquel nuestro de entonces? Yo creo que nos salía muy de veras ése reconocimiento que te sale al Dios maravios que ha hecho maravillas... Hoy estamos en otro registro pero no podrán arrebatarnos el tesoro. Y me vienen a la mente historias que conté y sigo contando para que se vea que la Iglesia es gente, piedras vivas, aquí o allí, donde sea... Y como estoy tocado yo también con lo que me dices que pasa, te pido que hoy, sí, porfa, pongas la canción de los cristianos entre cuatro paredes.
Ante la muerte de nuestro Señor, ante el escándalo y a la vez misterio de la Cruz, ante tal acto de tanto amor por ti, por mí, por la humanidad entera... me siento tan conmovida, cada Viernes Santo, que no me salen las palabras... Sólo atino a repetir, anonadada, este soneto atribuido a San Juan de la Cruz:
"No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera".
Jesús, ¡cuánto nos has amado, y cuanto nos sigues amando! ¡Cómo no adorarte! ¡A ti gloria y alabanza por los siglos!
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