martes, 10 de mayo de 2016

Pues no, no lloro

Sí, he suspendido el práctico.
Y no pasa nada.
Todo está bien.
En junio lo intentaré de nuevo.
El resto, lo que siento o pienso,
lo dice mejor la canción;
os la pongo traducida:


*Alanis Morissette: "That I would be good".

5 comentarios:

Hadasita dijo...

Y no lloro porque ni tengo motivos, ni me da la gana.
Si no AHORA, habrá otro ahora.
Y si no en esto, en lo que sea mejor.
Yo podría estar bien incluso aunque todo saliera mal.
Yo estoy bien, Señor, Dios de mi vida, amor de mi alma,
si Tú me quieres...

Hadasita dijo...

Y como regalito para celebrar que he aprendido que no soy lo que hago y mucho menos lo que logro, ¿no haríais una colecta para que pueda pagarme otro bono de prácticas antes de junio? ;)

Angel dijo...

Y va y el cura se me pone existencialista antropológico y sentencio que somos...
un devenir volitivo,
un constructo en discipulado,
un presente continuo,
un sueño con los ojos abiertos,
una vivencia hecha de
encuentros y ausencias, de noches y días, de luces y sombras, de escarmientos y nuevos ensayos...
y así van adelante los versos y los compases, los capitulos y las manos del juego de mi vida...
y nos vamos diciendo y corrigiendo en el contarnos,
nos empleamos por un tiempo y empeñados en ese tiempo,
nos gastamos y luego se abren nuevas posibilidades
y procuramos versionarnos desde otro punto de lanzamiento...
y vamos y caemos luego con las alas quebradas,
y tras algún planeo atisbamos un alto rocoso donde poner nuestro nido...
y se pasan los días y las horas,
y nos seguimos buscando en los espejos de unos ojos amorosos que nos llaman a más alto,
a más mejor, a más verdad y valentía, en eso que respondo, en eso que es mío y pongo...

Y Dios -mi Autor- me mira y me sonríe cuando le miro y le digo:
- Verdad que te gusta? Verdad que me sale mejor que la otra vez?
Y El que recoge mis dibujos me sonríe y me mira de frente mientras dice:
- Cada vez te quiero más, o es que no se nota?

Tusy dijo...

Y aunque llorases...
Sé que has hecho un esfuerzo superlativo preparándote para este examen, que le has puesto todas tus ganas y todo tu empeño, y que aunque contemplabas la posibilidad de que ocurriese lo que ha sucedido, también albergabas la esperanza de aprobarlo. Como no eres lo que haces, no va a determinarte el que llores o no por ello; si necesitas desahogarte por la frustración por no haberlo conseguido ESTA VEZ (porque yo estoy convencida de que lo vas a conseguir más temprano que tarde, que está cerca el momento), concédetelo. No te dé reparo, está claro que tus expectativas eran unas y la realidad ha sido otra, y eso duele...
Pero bueno, esto es un suponer, una reflexión sobre ese recurso que tienes ahí a tu disposición, que es el llanto, tan liberador, purificador y necesario. 
Lo cierto es que te leía con esa serenidad, quitándole hierro al asunto y asumiendo que todo está bien igualmente, aunque tengamos que posponer la celebración  del aprobado, y me acordaba de cuando con 12 años suspendí por primera vez un examen, ni más ni menos que de Francés, me acuerdo perfectamente. Yo era una niña de diez en todo y saqué un 2'5, ¡fue tremendo! Intenté ocultarlo a mis padres pero como ellos siempre se enteraban de todo, pues no hicieron una excepción con aquella información. Y corrieron a pedir consejo al psicólogo del colegio sobre cómo impedir que aquel superlativo fracaso (para ellos) no volviese a repetirse.
Y aquel, en parte divertido de ver la histeria de mis padres ante un bajo en el camino, y en parte comprendiendo que bastante me estaría mortificando yo como para encima cargar con ese machaque por su parte, les recomendó que celebrasen conmigo aquel suspenso. Que en mi vida no iba a poder lograr siempre todo lo que quisiera por mucho que me empeñase, y que creía que con la actitud que estaban tomando, no me iban a enseñar a encajar las frustraciones, al contrario, me iban a hacer sentir culpable de su existencia; y que si, por el contrario, celebraban conmigo aquel suspenso, me estarían ayudando a integrar el error como parte del proceso de aprendizaje, y ello me enseñaría a encajar adversidades en el futuro. Todo esto se lo dijo delante mía, y lo tengo grabado como si fuese ayer. Mis padres no celebraron conmigo aquel suspenso pero yo sí me premié por haberme concedido ser humana, no entender la lección y por tanto, haber fallado en el examen; y eso me dio fuerzas para esmerarme más aún de cara al siguiente.
Como hablábamos el otro día, Hadasita, todo constituye un aprendizaje, y esto que ha ocurrido no es una excepción. Servirá para enseñarte, para enseñar, para seguir adelante. Te invito a que no te dejes llevar por el desánimo, y continúes entusiasmada aprendiendo, porque antes de que te des cuenta, no sólo tendrás el aprobado, sino que entenderás para qué ha querido Dios que así fueran las cosas. Bona nit y muchos besos.

Hadasita dijo...

Pues sí, al final sí he llorado. ¡¿Qué le voy a hacer?!. Soy una llorona. Pero no ha sido por el suspenso, del que no tengo ninguna culpa (aprender a controlar los nervios es una tarea que precisa más de 30 prácticas). Ha sido por tu comentario, Angelito. ¡Con razón y buen criterio te tengo entre mis tres Doctores "Honoris Causa"!. Siempre has sabido prender en mí "la chispa adecuada"...

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