lunes, 22 de febrero de 2016

Mirar hacia dentro


No sé describir qué hay dentro de mí.
Sé que algo se está removiendo.
Y creo que cuando eso ocurre, detrás sopla el Espíritu.
No sé ni cómo estoy ni cómo voy a estar.
Y me angustia mirar cómo he estado últimamente.
Mirar hacia dentro es a veces un acto heroico.
Y sin embargo Dios lo hace sin parar.
Nos mira dentro, en lo más profundo.
Y no le importa un pimiento ni el pasado,
ni el presente, ni el futuro.
Su mirada es global, como la de los niños.
Y ahí, donde más miedo me da verme,
descubro que Dios me ama...
No entiendo el qué ni el por qué.
Pero sin duda sólo en su amor tiene sentido mi vida.

2 comentarios:

Angel dijo...

Sólo Dios es absoluto en su plenitud y eterna perfección.
En cambio las criaturas que llevan su huella lleva cada una su carencia.
Que nos falte "eso" no es falta por parte de Dios pues Él nos da su esencia.
Y es así que somos sus hij@s muy amados
y así nos reconoce sin condenas, con clemencia.
No tenemos que demostrar nada ni tampoco tapar esa indigencia...
No hay que montar escaparates ni andar con fachadas ni apariencias.
De su parte viene la misericordia, la paz, la ternura
que son notas -así lo digo- notas del Buen Dios y su inocencia.
A sus ojos somos hijos, somos buenos, nos quiere con locura.
Y por eso cree en nosotros, espera todo y nos lo dice con terca insistencia
cuando nos llama a superarnos y a crecer haciendo penitencia...
Valemos tanto que por llevarnos consigo da todo:
hasta la sangre de su Hijo querido, el de su complacencia.
A Él le llamó a hacerse cargo y cargar todos los pecados
que nos dejan el corazón en cenizas y amargada la existencia.
Él quiere que riamos y bailemos y nos estemos con Él en su presencia.
Y el cielo nos espera y el camino tiene sus señales...
¿No las ves cada mañana? Ese cúmulo de maravillosas incidencias:
Besos de amor son que nos envía en tu Tesa, en tus Niñas de excelencia.

Una vez alguien dijo que a Diosito lindo le gusta ser minero,
que le gusta pasearse por ahí dentro y rebuscar esas oscuras galerías
porque dejó pepitas de oro puro en tus entrañas escondidas;
pepitas que recoge en un saquito para gozarse contigo al fin del día.
Y tu le das las gracias por todo lo bueno que sucede y Él...
te mira y te remira y se sonríe de verte Hadasita al fin dormida.

Nota Bene: Un ave del Paraíso, de plumas largas y hermoso colores cantaba en la ventana del tercer cielo cuando Pablo por allí llegó; y Pablo de nuevo en este suelo, al canto inefable lo llamó... Yo no sé decir mejor lo que te digo pero atisbé tras la tapia del misterio y -aunque las nubes me tapaban- ese dibujo del Padre lindo mi sesera barruntó.

Hadasita dijo...

¡Qué bonito, Angelito! Estás poético. Me encanta lo de los besos de mi Tesa y mis niñas. Junto con vosotros, mis regalitos diarios de parte de Dios...

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