lunes, 28 de abril de 2008
AAAHHHHHHHHHHH!!!!!!
Un pequeño-gran amigo me la dedicó ayer.
Gracias, Beto. Y gracias a todos los que acudís a mis gritos,
aunque sean silenciosos...
domingo, 27 de abril de 2008
Taizé
Esta tarde hemos tenido oración de Taizé en mi parroquia.
Me gusta: primero por lo de hacer oración juntos. Y segundo, porque conoces gente nueva. Para ellos especialmente cuelgo el mini-álbum que sigue. Siento la baja calidad de las imágenes, pero los móviles no dan para mucho más. ¡Y a ver si hacemos alguna quedada!
Me gusta: primero por lo de hacer oración juntos. Y segundo, porque conoces gente nueva. Para ellos especialmente cuelgo el mini-álbum que sigue. Siento la baja calidad de las imágenes, pero los móviles no dan para mucho más. ¡Y a ver si hacemos alguna quedada!
taizé |
sábado, 26 de abril de 2008
26 de abril
Hoy hemos estado de fiesta en mi parroquia. Hoy es Ntra. Sra. del Buen Consejo.
Y hemos estrenado el cuadro con la Virgen, lo hemos bendecido, y estamos muy contentos.
Me llaman mucho la atención algunas de las cosas que se dicen de María en la letanía: auxilio de los cristianos, refugio de pecadores, consuelo de afligidos...
Esta advocación del Buen Consejo, al menos a mí -no sé a vosotros- me viene al pelo. Porque me da una opción más:
a) Cuando no sepas qué hacer, no hagas nada.
b) Cuando no sepas qué hacer, muévete, y pasarán cosas.
c) Cuando no sepas qué hacer, ¡mira la estrella, invoca a María!.
Madre del Buen Consejo: ayúdanos a atinar con la Voluntad de Dios, en las cosas grandes y en las pequeñas. Guía nuestros pasos, adviértenos los peligros, abrázanos en los logros (y en los intentos). Enséñanos a ser fieles, a ser humildes y a confiar, a decir un fiat que traiga como fruto la paz y la alegría, pese a las dificultades.
María, faro de nuestras noches: vela a tus hijos, no permitas que se te pierda ninguno. Llévanos de la mano, como llevaste a Jesús Niño.
Como el discípulo amado, hoy te recibimos en nuestra parroquia, en nuestra casa. Ahora podemos vivir tranquilos, porque tú estás con nosotros...
viernes, 25 de abril de 2008
Un ejemplo, tonto pero gráfico
Para que entendáis mejor lo que estoy queriendo compartiros estos últimos días.
Hoy me he levantado (sin dar un salto mortal, y sigo en pijama: lo siento por los Hombres G). Como una zombi llego a la cocina, y de forma automática saco la leche de la nevera, una cucharita, y el café... ¡¡¡El café!!! Ahí en realidad es cuando me he despertado. "¿Y tú qué harías con 1520€ al mes para toda la vida?". He pensado en la hipoteca: serán cosas de la edad. Y me ha venido a la cabeza, irremediablemente, lo de "a quien se mueve le ocurren cosas". He sacado un montón de etiquetas que llevo guardando desde hace a saber cuánto tiempo. Y resulta que la mayoría de ellas no me sirven, porque son de promociones anteriores. Sólo 3 tienen un código válido (3 de 17).
He mandado lo que tengo. No me tocará, pero no voy a dejar que me caduquen otra vez. Quién sabe si las 14 etiquetas que hoy se van a la basura en su momento me hubiesen abierto una puerta...
Una espera un tren: a veces pasa, a veces no pasa, a veces se retrasa; lo que yo no quiero ya es que se me pase. Y por supuesto no estoy hablando sólo de la hipoteca. A buen entendedor...
Hoy me he levantado (sin dar un salto mortal, y sigo en pijama: lo siento por los Hombres G). Como una zombi llego a la cocina, y de forma automática saco la leche de la nevera, una cucharita, y el café... ¡¡¡El café!!! Ahí en realidad es cuando me he despertado. "¿Y tú qué harías con 1520€ al mes para toda la vida?". He pensado en la hipoteca: serán cosas de la edad. Y me ha venido a la cabeza, irremediablemente, lo de "a quien se mueve le ocurren cosas". He sacado un montón de etiquetas que llevo guardando desde hace a saber cuánto tiempo. Y resulta que la mayoría de ellas no me sirven, porque son de promociones anteriores. Sólo 3 tienen un código válido (3 de 17).
He mandado lo que tengo. No me tocará, pero no voy a dejar que me caduquen otra vez. Quién sabe si las 14 etiquetas que hoy se van a la basura en su momento me hubiesen abierto una puerta...
Una espera un tren: a veces pasa, a veces no pasa, a veces se retrasa; lo que yo no quiero ya es que se me pase. Y por supuesto no estoy hablando sólo de la hipoteca. A buen entendedor...
jueves, 24 de abril de 2008
En movimiento
Dice mi médico que "a quien se mueve le ocurren cosas", y que "Dios ayuda al que se ayuda". Es más: dice que el movimiento es inevitable; que si me empeñase en que cada día fuese igual que el anterior no me saldría. Es curioso, porque yo tomé buena nota, cuando lo leí, de lo que aconsejaba S.Juan de la Cruz: "En tiempos de crisis, no mudar". O como decía un buen amigo: "Cuando no sepas qué hacer, no hagas nada", o sea, esperar a que desaparezca la espesa niebla.
En realidad todo esto tiene relación con lo de dejar la ventana abierta que decía el otro día. Porque si es cierto que cuando uno no ve claro no conviene mover mucho, lazarillos a nuestro lado hay, y bien buenos. ¿Y no sabe Dios a dónde nos lleva? Si abro la ventana y confío, si subo aunque sea un solo escalón, si doy un pequeño paso, si hago una prueba a ver qué tal sale (aunque me equivoque), ¿no es esa una actitud de conversión más auténtica? ¿No es el movimiento más humano que la quietud propia de los objetos? ¿No me saldrán úlceras de estar siempre parada en la misma postura? ¿No son estas mismas preguntas prueba de que somos seres en movimiento?
Llevo 4 meses en casa, y me parecen el triple, por su intensidad. Y creo que ya sí, que ya es hora: abro la ventana de par en par, y ya he lanzado algunas redes a ver qué pesco. No sé dónde ni cómo estaré dentro de otros 4 meses. Pero a quien se mueve le ocurren cosas, ¿no?. Lazarillos tengo a los mejores. Y el Buen Dios me respalda con su Gracia. Y si vuelvo a tropezar me volveré a levantar: he aprendido cómo se hace a base de mucha práctica... Ya veremos dónde acabo. Omnia in bonum!
Sólo una cosita: sea como sea, que sea con vosotros cerca.
En realidad todo esto tiene relación con lo de dejar la ventana abierta que decía el otro día. Porque si es cierto que cuando uno no ve claro no conviene mover mucho, lazarillos a nuestro lado hay, y bien buenos. ¿Y no sabe Dios a dónde nos lleva? Si abro la ventana y confío, si subo aunque sea un solo escalón, si doy un pequeño paso, si hago una prueba a ver qué tal sale (aunque me equivoque), ¿no es esa una actitud de conversión más auténtica? ¿No es el movimiento más humano que la quietud propia de los objetos? ¿No me saldrán úlceras de estar siempre parada en la misma postura? ¿No son estas mismas preguntas prueba de que somos seres en movimiento?
Llevo 4 meses en casa, y me parecen el triple, por su intensidad. Y creo que ya sí, que ya es hora: abro la ventana de par en par, y ya he lanzado algunas redes a ver qué pesco. No sé dónde ni cómo estaré dentro de otros 4 meses. Pero a quien se mueve le ocurren cosas, ¿no?. Lazarillos tengo a los mejores. Y el Buen Dios me respalda con su Gracia. Y si vuelvo a tropezar me volveré a levantar: he aprendido cómo se hace a base de mucha práctica... Ya veremos dónde acabo. Omnia in bonum!
Sólo una cosita: sea como sea, que sea con vosotros cerca.
martes, 22 de abril de 2008
Ventanas abiertas.
Dicen que cuando Dios cierra una puerta, se abre una ventana. Quizás sea un buen momento para ventilar la casa, regar las macetas del balcón, y dejar entrar el canto de los pajaritos. ¿Será la primavera? ¿O que parece que se han cerrado demasiadas puertas y necesito oxígeno?
Lo malo es que por la ventana se cuelan más cosas: polvo, bichitos, ruido de coches... ¿Merecerá la pena? ¿No entran los Reyes Magos por la ventana? ¿No escala el príncipe azúl la ventana de su dama? ¿No ilumina tras la ventana, la luna, la habitación?
Hadasita, como todos los niños, se asoma continuamente (no sé por qué), y tengo que andar muy pendiente no se ponga de puntillas y se me vaya abajo. Dice que no entiende por qué Windows se llama así, porque no hay comparación. Ella no comprende por qué se cierran las puertas, y yo tampoco. Dios sabrá. Pero hoy la he pillado con la ventana abierta de par en par, y sus manitas hundidas en la tierra de la maceta de los geráneos (dice que está fresquita, que os lo escriba). Quizás sea ese el tema. Quizás sea así de simple la voluntad de Dios. Quizás, para ver algo de luz, deba abrir una ventana...
Lo malo es que por la ventana se cuelan más cosas: polvo, bichitos, ruido de coches... ¿Merecerá la pena? ¿No entran los Reyes Magos por la ventana? ¿No escala el príncipe azúl la ventana de su dama? ¿No ilumina tras la ventana, la luna, la habitación?
Hadasita, como todos los niños, se asoma continuamente (no sé por qué), y tengo que andar muy pendiente no se ponga de puntillas y se me vaya abajo. Dice que no entiende por qué Windows se llama así, porque no hay comparación. Ella no comprende por qué se cierran las puertas, y yo tampoco. Dios sabrá. Pero hoy la he pillado con la ventana abierta de par en par, y sus manitas hundidas en la tierra de la maceta de los geráneos (dice que está fresquita, que os lo escriba). Quizás sea ese el tema. Quizás sea así de simple la voluntad de Dios. Quizás, para ver algo de luz, deba abrir una ventana...
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lunes, 21 de abril de 2008
Ya van 8000 y pico
Jamás pensé que este blog llegara a tanto. Hay gente que entra, sale y se va. Otros se quedan, y siguen leyendo en silencio. Algunos comentan: conocidos y desconocidos que se han vuelto familiares entre estas líneas. Alguno me dice que les hace bien. Otros me comparan con Salsa Rosa, por mi forma de desnudarme. Me he reído mucho, y he llorado mucho más, leyendo y escribiendo. En cualquier caso, la más beneficiada estos meses, sin duda, he sido yo. Porque parar, repasar y escribir, me ayuda a ver las cosas de otra manera, quizás más real, menos subjetiva. Creo que continuaré dando la lata algún tiempo más. Porque 8000 y pico me hacen pensar que tal vez merezca la pena. Gracias a todos, de verdad.
domingo, 20 de abril de 2008
Camino, Verdad y Vida
Si soy hija de Dios es por Él ("Nadie va al Padre si no es por Mí"); no hay otro camino para la felicidad. Marcho segura tras sus huellas, porque Él es la Verdad (Tú eres mi Pastor: tu vara y tu cayado me sosiegan). Vivo con esperanza por Él, porque sé que es Vida que llega a plenitud.
Es cierto que en el camino hay lobos, voces que nos atemorizan. Pero la suya es más fuerte, es más fierme, y no engaña...
Hace 3 años, en la Plaza de S.Pedro, escuché en directo estas palabras:
"¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!(...) ¿Acaso no tenemos todos de algún modo miedo –si dejamos entrar a Cristo totalmente dentro de nosotros, si nos abrimos totalmente a él–, miedo de que él pueda quitarnos algo de nuestra vida? ¿Acaso no tenemos miedo de renunciar a algo grande, único, que hace la vida más bella? ¿No corremos el riesgo de encontrarnos luego en la angustia y vernos privados de la libertad?(...) ¡No! quien deja entrar a Cristo no pierde nada, nada –absolutamente nada– de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo con esta amistad se abren las puertas de la vida. Sólo con esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades de la condición humana. Sólo con esta amistad experimentamos lo que es bello y lo que nos libera(...) ¡No tengáis miedo de Cristo! Él no quita nada, y lo da todo. Quien se da a él, recibe el ciento por uno. Sí, abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo, y encontraréis la verdadera vida".
Ya tengo materia para la oración de este domingo. ¿Vosotros no?
Es cierto que en el camino hay lobos, voces que nos atemorizan. Pero la suya es más fuerte, es más fierme, y no engaña...
Hace 3 años, en la Plaza de S.Pedro, escuché en directo estas palabras:
"¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!(...) ¿Acaso no tenemos todos de algún modo miedo –si dejamos entrar a Cristo totalmente dentro de nosotros, si nos abrimos totalmente a él–, miedo de que él pueda quitarnos algo de nuestra vida? ¿Acaso no tenemos miedo de renunciar a algo grande, único, que hace la vida más bella? ¿No corremos el riesgo de encontrarnos luego en la angustia y vernos privados de la libertad?(...) ¡No! quien deja entrar a Cristo no pierde nada, nada –absolutamente nada– de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo con esta amistad se abren las puertas de la vida. Sólo con esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades de la condición humana. Sólo con esta amistad experimentamos lo que es bello y lo que nos libera(...) ¡No tengáis miedo de Cristo! Él no quita nada, y lo da todo. Quien se da a él, recibe el ciento por uno. Sí, abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo, y encontraréis la verdadera vida".
Ya tengo materia para la oración de este domingo. ¿Vosotros no?
sábado, 19 de abril de 2008
La mirada más limpia
Tiene 20 años, y la mirada más limpia que he visto en mucho tiempo. Se llama María (no podría llamarse de otra manera). Me cuenta que es feliz. No hay doblez alguna: su sonrisa es sincera, le brota de forma continua, como a los enamorados. Vive en Barcelona, pero ha pasado unos días aquí, y no quería marcharse sin verme.
Hace un tiempo yo fui profesora suya, aunque siempre aprendí mucho de ella. No sé si algún día volveré a las aulas y encontraré esa limpieza en otros ojitos. Pudiera ser. De vez en cuando se ven milagros. Lo que sí sé es que hoy, de vuelta a casa, me he sentido un poco más reconciliada con mi historia; porque de alguna manera María es mía... y es feliz.
Hace un tiempo yo fui profesora suya, aunque siempre aprendí mucho de ella. No sé si algún día volveré a las aulas y encontraré esa limpieza en otros ojitos. Pudiera ser. De vez en cuando se ven milagros. Lo que sí sé es que hoy, de vuelta a casa, me he sentido un poco más reconciliada con mi historia; porque de alguna manera María es mía... y es feliz.
viernes, 18 de abril de 2008
Corazonero
Me comenta Teresa, en el libro de visitas, que le llama la atención la cabecera de mi blog. No es capricho lo del arbolito que da como fruto un corazón: se llama corazonero, y lo llevo regando desde hace ya bastantes años.
La historia es sencilla. Salió el Sembrador a sembrar, y viendo cómo andaba el terreno, entre piedras, espinas, abrojos y derivados, decidió plantar en medio un árbol especial. De hojas perennes, y que diera abundantes frutos todo el año. Lo realmente asombroso es que este tipo de árbol no se nutre de la tierra que le rodea, sino al revés: reverdece y purifica y abona desde sus raíces más profundas lo que se encuentra en su entorno.
Y vio el Sembrador que aquél árbol era bueno. Y decidió plantar más. De hecho, si os fijáis, debe haber al menos uno por cada 20 metros cuadrados aproximadamente. Seguro que los véis enseguida, porque aunque son muy sencillos huelen super-bien. Sus frutos suelen ser pequeños pero dulces, como los besos. No se venden en las fruterías: hay que cogerlos gratis, es la regla. Se nutren con la oración, y se podan con la penitencia, y mueren si dejan de amar. Bajo su sombra todos juegan y descansan, ¡incluso piensan!. De hecho, arrimarse a un buen corazonero es la mejor terapia contra la tristeza: su aroma infunde esperanza.
Yo he visto varios por mi barrio, y la verdad es que son una pasada. El mío lo tengo algo descuidado, pero en cuanto lo mimo un poco desborda de esos pequeños frutos, y mucha gente se pasa por casa para hacerse una buena macedonia de corazonero; y siempre todos se van contentos. Es lo que tiene: que es dulce, como los besos... como Aquél que lo sembró.
La historia es sencilla. Salió el Sembrador a sembrar, y viendo cómo andaba el terreno, entre piedras, espinas, abrojos y derivados, decidió plantar en medio un árbol especial. De hojas perennes, y que diera abundantes frutos todo el año. Lo realmente asombroso es que este tipo de árbol no se nutre de la tierra que le rodea, sino al revés: reverdece y purifica y abona desde sus raíces más profundas lo que se encuentra en su entorno.
Y vio el Sembrador que aquél árbol era bueno. Y decidió plantar más. De hecho, si os fijáis, debe haber al menos uno por cada 20 metros cuadrados aproximadamente. Seguro que los véis enseguida, porque aunque son muy sencillos huelen super-bien. Sus frutos suelen ser pequeños pero dulces, como los besos. No se venden en las fruterías: hay que cogerlos gratis, es la regla. Se nutren con la oración, y se podan con la penitencia, y mueren si dejan de amar. Bajo su sombra todos juegan y descansan, ¡incluso piensan!. De hecho, arrimarse a un buen corazonero es la mejor terapia contra la tristeza: su aroma infunde esperanza.
Yo he visto varios por mi barrio, y la verdad es que son una pasada. El mío lo tengo algo descuidado, pero en cuanto lo mimo un poco desborda de esos pequeños frutos, y mucha gente se pasa por casa para hacerse una buena macedonia de corazonero; y siempre todos se van contentos. Es lo que tiene: que es dulce, como los besos... como Aquél que lo sembró.
jueves, 17 de abril de 2008
Hoy hace 14 años
Mi papá se fue al Cielo. Derechito. Con los zapatitos puestos, que dicen. Hemos estado las hermanas recordando mil anécdotas, y he llegado a una conclusión: donde no legan las palabras hablan las lágrimas.
Somos privilegiados, hasta un extremo que ni podéis imaginar. Sí: hemos sido y somos. Ayer sin ir más lejos me regaló un tocador y unas cortinas. Cuando lo compró no sabía que eran para mí, pero ahora sí, ¡y me encantan!.
A veces tengo miedo, como cuando fui al psicólogo por primera vez. Estaba en la salita de espera yo sola, y pensé que si él todavía estuviera aquí me habría acompañado, seguro. Así que lo lógico es que me estuviera acompañando de hecho. De repente dejé de estar sola en la salita, y se me quitó el miedo. Nada puede salir mal si papá está detrás.
Imagino que leerá mi blog cada día. Muchas de esas 7000 visitas deben ser suyas. Porque le encantaba todo lo de las nuevas tecnologías, los montajes audiovisuales caseros, los vídeos, las fotos, y sobre todo porque le encantábamos nosotros. Así que fijo que leerá esta entrada: porque va para él, y porque es un blog, y es MI blog.
Desde aquí un beso enorme, hasta el día que pueda volvértelo a dar físicamente. Gracias, por haber sido mi papá, por ser mi papá.
Somos privilegiados, hasta un extremo que ni podéis imaginar. Sí: hemos sido y somos. Ayer sin ir más lejos me regaló un tocador y unas cortinas. Cuando lo compró no sabía que eran para mí, pero ahora sí, ¡y me encantan!.
A veces tengo miedo, como cuando fui al psicólogo por primera vez. Estaba en la salita de espera yo sola, y pensé que si él todavía estuviera aquí me habría acompañado, seguro. Así que lo lógico es que me estuviera acompañando de hecho. De repente dejé de estar sola en la salita, y se me quitó el miedo. Nada puede salir mal si papá está detrás.
Imagino que leerá mi blog cada día. Muchas de esas 7000 visitas deben ser suyas. Porque le encantaba todo lo de las nuevas tecnologías, los montajes audiovisuales caseros, los vídeos, las fotos, y sobre todo porque le encantábamos nosotros. Así que fijo que leerá esta entrada: porque va para él, y porque es un blog, y es MI blog.
Desde aquí un beso enorme, hasta el día que pueda volvértelo a dar físicamente. Gracias, por haber sido mi papá, por ser mi papá.
martes, 15 de abril de 2008
Higiene mental
Siguiendo con el tema de ayer...
Son cosas que hacemos también externamente. Por ejemplo: yo he empezado a limpiar las estanterías por la parte de abajo, los últimos estantes que son los que están más desastrados (por quedar menos a la altura de los ojos se descuidan más normalmente). Luego, se retocan los del medio, que están más o menos bien. Y los de arriba del todo se quedan para el final, porque ahí no suele mirar nunca nadie.
Llega la dichosa primavera de las narices, y hay lugares donde es típico -casi ritual- esto: hacer limpieza a fondo. La gente "chick" lo llama "cambio de armario". Guardan los abrigos, sacan las camisetas, y empiezan la "operación bikini". Y se apuntan al gimnasio, empiezan dietas de alcachofas, y se untan cremas anticelulíticas hasta las cejas. Es la limpieza de primavera aplicada al físico.
Pero ¿y la azotea? ¿Qué pasa con la cabeza, o con el corazón, o con el alma?. Vale: ya tenemos las estanterías ordenadas, hecho el cambio de armario, y está en marcha un plan para perder 2 tallas en medio mes. ¿Y eso es todo? ¿Es suficiente? O mejor aún: ¿es lo importante?. Qué bonitas son las fallas, ¿verdad?: cartón-piedra. Puro colorido por fuera, huecas por dentro, y duran... 3 días.
Yo quiero que este año la higiene vaya más allá. Quiero limpiarme de rencores, de malos recuerdos, de prejuicios, de complejos, de rutinas. Quiero pensar en positivo, aspirar a más, crecer, vaciar mi día de tonterías y dejar espacio al encuentro. No quiero que me bombardee con su basura ni la tele, ni los agoreros o criticones, ni mis propios miedos. No quiero sufrir sin sentido. Quiero creer que la conversión sí es posible, y que la Gracia está a mi favor. Quiero amar, y sentirme amada. Y ahí sí: ¡¡¡VIVA LA PRIMAVERA!!!
Son cosas que hacemos también externamente. Por ejemplo: yo he empezado a limpiar las estanterías por la parte de abajo, los últimos estantes que son los que están más desastrados (por quedar menos a la altura de los ojos se descuidan más normalmente). Luego, se retocan los del medio, que están más o menos bien. Y los de arriba del todo se quedan para el final, porque ahí no suele mirar nunca nadie.
Llega la dichosa primavera de las narices, y hay lugares donde es típico -casi ritual- esto: hacer limpieza a fondo. La gente "chick" lo llama "cambio de armario". Guardan los abrigos, sacan las camisetas, y empiezan la "operación bikini". Y se apuntan al gimnasio, empiezan dietas de alcachofas, y se untan cremas anticelulíticas hasta las cejas. Es la limpieza de primavera aplicada al físico.
Pero ¿y la azotea? ¿Qué pasa con la cabeza, o con el corazón, o con el alma?. Vale: ya tenemos las estanterías ordenadas, hecho el cambio de armario, y está en marcha un plan para perder 2 tallas en medio mes. ¿Y eso es todo? ¿Es suficiente? O mejor aún: ¿es lo importante?. Qué bonitas son las fallas, ¿verdad?: cartón-piedra. Puro colorido por fuera, huecas por dentro, y duran... 3 días.
Yo quiero que este año la higiene vaya más allá. Quiero limpiarme de rencores, de malos recuerdos, de prejuicios, de complejos, de rutinas. Quiero pensar en positivo, aspirar a más, crecer, vaciar mi día de tonterías y dejar espacio al encuentro. No quiero que me bombardee con su basura ni la tele, ni los agoreros o criticones, ni mis propios miedos. No quiero sufrir sin sentido. Quiero creer que la conversión sí es posible, y que la Gracia está a mi favor. Quiero amar, y sentirme amada. Y ahí sí: ¡¡¡VIVA LA PRIMAVERA!!!
lunes, 14 de abril de 2008
Sobre el relativo valor de las cosas
Ayer por la tarde estuvimos en el pueblo haciendo limpieza. De mi cuarto, entre cajones y armarios, saqué 5 bolsas de basura de las gigantes, de las que hacen para el jardín. Y esta noche, algún camión se habrá llevado al estercolero media vida: los libros que repasaba cuando suspendía mates en 5º de EGB, la trenza postiza que me ponía cuando me disfrazaba de Romy para ver La Vuelta al mundo de Willy Fog, unos angelitos de escayola que malpinté de niña, pantalones de hace más de 20 años, el blog de dibujo técnico con aquellas figuras tridimensionales que me salían a la tercera y por casualidad, cartas de compañeras del cole, trillones de papelitos de oración personal, el disfraz de dama medieval que me hice para un campamento...
Mi sobrina se quedó, alucinada, con una Super Pop del verano del 87 con anuncios de conciertos de Loquillo, Un pingüino en mi ascensor, Siniestro Total, Hombres G, La Guardia, La Unión, Mecano, Gabinete Caligari, Olé olé... Y Hadasita se volvió loca cuando encontró la camiseta que compré en el concierto de Héroes del 92. Apenas salvamos nada más.
Todas aquellas cosas las guardé porque en su momento fueron importantes. Si me hubiese parado a mirarlas y a pensar, seguramente todavía estarían ahí. Porque el valor de las cosas aumenta o disminuye, según los recuerdos que nos traen. Es la vida la que les da su precio real. Una trenza postiza vieja puede ser un asco o una reliquia... pero a veces, hasta las reliquias acaban en la basura, apostando por un sueño mejor. Yo sueño con mi casa, sueño con un hogar luminoso y alegre, sueño poder tenerlo antes de cumplir 36.
Y al final aprobé las matemáticas de 5º... ¡y me saqué una carrera!. Y la música de los 80 seguirá sonando en el corazón, mientras me quede memoria. Los basureros esta noche, se llevaron justo eso: basura. Pero no mis recuerdos. Quizás hubiese querido tirar una última bolsa, con todas las estupideces que también hice en aquella época. Pero ¿veis?, esas no se las lleva el camión...
Mi sobrina se quedó, alucinada, con una Super Pop del verano del 87 con anuncios de conciertos de Loquillo, Un pingüino en mi ascensor, Siniestro Total, Hombres G, La Guardia, La Unión, Mecano, Gabinete Caligari, Olé olé... Y Hadasita se volvió loca cuando encontró la camiseta que compré en el concierto de Héroes del 92. Apenas salvamos nada más.
Todas aquellas cosas las guardé porque en su momento fueron importantes. Si me hubiese parado a mirarlas y a pensar, seguramente todavía estarían ahí. Porque el valor de las cosas aumenta o disminuye, según los recuerdos que nos traen. Es la vida la que les da su precio real. Una trenza postiza vieja puede ser un asco o una reliquia... pero a veces, hasta las reliquias acaban en la basura, apostando por un sueño mejor. Yo sueño con mi casa, sueño con un hogar luminoso y alegre, sueño poder tenerlo antes de cumplir 36.
Y al final aprobé las matemáticas de 5º... ¡y me saqué una carrera!. Y la música de los 80 seguirá sonando en el corazón, mientras me quede memoria. Los basureros esta noche, se llevaron justo eso: basura. Pero no mis recuerdos. Quizás hubiese querido tirar una última bolsa, con todas las estupideces que también hice en aquella época. Pero ¿veis?, esas no se las lleva el camión...
domingo, 13 de abril de 2008
Ovejita del buen Dios
Oveja perdida, ven
sobre mis hombros, que hoy
no sólo tu pastor soy,
sino tu pasto también.
Por descubrirte mejor
cuando balabas perdida,
dejé en un árbol la vida
donde me subió el amor;
si prenda quieres mayor,
mis obras hoy te la den.
Pasto, al fin, hoy tuyo hecho,
¿cuál dará mayor asombro,
el traerte yo en el hombro
o el traerme tú en el pecho?
Prenda son de amor estrecho
que aún los más ciegos las ven.
boomp3.com
(Himno de Laudes del Corpus)
sobre mis hombros, que hoy
no sólo tu pastor soy,
sino tu pasto también.
Por descubrirte mejor
cuando balabas perdida,
dejé en un árbol la vida
donde me subió el amor;
si prenda quieres mayor,
mis obras hoy te la den.
Pasto, al fin, hoy tuyo hecho,
¿cuál dará mayor asombro,
el traerte yo en el hombro
o el traerme tú en el pecho?
Prenda son de amor estrecho
que aún los más ciegos las ven.
boomp3.com
(Himno de Laudes del Corpus)
sábado, 12 de abril de 2008
El que la sigue...
... la consigue. El truco está en no desfallecer en el intento. Hoy ha sido el Html que dice Ali en sus comentarios anteriores. Al final logré colgar la cabecera; aunque me costara más de 3 días de investigaciones y pruebas fallidas.
Supongo que con el resto de cosas debe ser igual.
Es raro que algo salga bien a la primera.
Imagino que mi primera multiplicación fue errónea, y mi primer dictado estaba lleno de faltas de ortografía, y que la primera vez que cogí un ganchillo hice un buen nudo. No lo recuerdo, pero apuesto a que fue así.
Si ahora me diera por esquiar, el tortazo a los 3 segundos estaría asegurado (para disfrute y carcajadas de quien se atreviera a acompañarme).
Las caídas y los intentos fallidos forman parte del aprendizaje.
¿Ocurrirá lo mismo con las cosas importantes?
Si a ir en bici se aprende yendo, y a leer leyendo,
a amar se aprende amando? ¿Aunque en el camino sea inevitable tropezar con el dolor?
Al final, cuando me encuentre con Dios cara a cara, ¿me pillará con la lección aprendida?
Porque dicen que el que la sigue...
¿Ocurrirá lo mismo con las cosas importantes?
Si a ir en bici se aprende yendo, y a leer leyendo,
a amar se aprende amando? ¿Aunque en el camino sea inevitable tropezar con el dolor?
Al final, cuando me encuentre con Dios cara a cara, ¿me pillará con la lección aprendida?
Porque dicen que el que la sigue...
martes, 8 de abril de 2008
El álbum de Raquel
Ahora sí creo que los tenéis todos subidos.
Disfrutad las fotos. ¡Gracias, Raquel, por compartirlas!
Os recuerdo que tenéis otros álbumes publicados atrás.
Disfrutad las fotos. ¡Gracias, Raquel, por compartirlas!
Os recuerdo que tenéis otros álbumes publicados atrás.
Roma_08 |
domingo, 6 de abril de 2008
Cambio de imagen y...
He hecho algunos pequeños cambios en la plantilla del blog, como podéis ver. Me gusta aprender, y en mi vida había oído hablar de templates, widebares, backgrounds, y cosas por el estilo. Puro chino, hasta que te metes y empiezas a cortar y pegar por aquí y por allá. Igual que en un jardín: es la poda, pero a nivel blogosfera. Espero que os guste.
Haré más pinitos, supongo, porque es entretenidísimo. Pero de entrada mañana llevo mi portátil a desactualizar (paso del Vista al XP), así que estaré fuera de juego dos o tres días. No me echéis mucho de menos, ¿vale?, que vuelvo enseguida. Besitos.
Y... acabo de darme cuenta:
¡¡¡GRACIAS!!!
Haré más pinitos, supongo, porque es entretenidísimo. Pero de entrada mañana llevo mi portátil a desactualizar (paso del Vista al XP), así que estaré fuera de juego dos o tres días. No me echéis mucho de menos, ¿vale?, que vuelvo enseguida. Besitos.
Y... acabo de darme cuenta:
¡¡¡GRACIAS!!!
sábado, 5 de abril de 2008
Apología del mimito
Esta mañana, Pensarporlibre ha publicado una entrada interesante sobre la astenia primaveral. Le he dado algunas vueltas durante el día (porque a mí, Pensarporlibre me hace pensar). Yo no creo que tenga que ver con la primavera en sí, sino con la época, que coincide: se acerca el verano, con todo el estrés de fin de curso que le precede, los días son más largos, y nos pilla ya cansados.
Sí es cierto que en estas fechas la gente llama más por teléfono, va más al médico, duerme más de día, tiene peor cara y peor humor. Y las farmacias se forran vendiendo complejos vitamínicos. Pero a mí no hay quien me haga cambiar de opinión: lo mejor en estos casos es una buena dosis de mimitos.
Y me ha dado pena. Porque buscando "mimitos" en las imágenes de google, prácticamente todas eran fotos con perritos o gatitos. Como si los humanos no los necesitáramos. A los bebés sí: ahí los inflamos a besitos y caricias, a veces hasta pasarnos y hacerlos llorar. Pero cuando crecemos... ¿nos da vergüenza? Yo digo que sí, y que acabamos llamando astenia a lo que en muchos casos es un "achúchame, dime algo bonito, que llevo todo el curso currando y no soy una máquina: ¡que tengo corazoncitoooo!". Y ocurre como con las plantas: las abonas un poquito y reviscolan que es un primor.
Sugiero que nos pongamos en campaña. No de esas grotescas de "abrazos gratis" que te encuentras a veces por la calle. Es algo mucho más sencillo. Tan fácil como cuidar del prójimo más próximo (familia, amigos y derivados) con palabras en plan "ven aquí, rebonica", y soltar un besote en todo el mejillón bien sonoro; o un "pero qué resalao es mi niño" mientras lo despeinas con un aire de "como te coja te como". O más sencillo todavía: "¡cómo mola estar contigo!", o "eres la caña, tío".
Quien diga que no le apetece una dosis de algo así, o que no es capaz de darla, miente. Típico de adultos tontos. Ojalá nosotros, como aquellos de hace 2000 años, seamos la envidia de la gente, y comenten en su interior: "¡Míralos cómo se quieren!"...
boomp3.com
Sí es cierto que en estas fechas la gente llama más por teléfono, va más al médico, duerme más de día, tiene peor cara y peor humor. Y las farmacias se forran vendiendo complejos vitamínicos. Pero a mí no hay quien me haga cambiar de opinión: lo mejor en estos casos es una buena dosis de mimitos.
Y me ha dado pena. Porque buscando "mimitos" en las imágenes de google, prácticamente todas eran fotos con perritos o gatitos. Como si los humanos no los necesitáramos. A los bebés sí: ahí los inflamos a besitos y caricias, a veces hasta pasarnos y hacerlos llorar. Pero cuando crecemos... ¿nos da vergüenza? Yo digo que sí, y que acabamos llamando astenia a lo que en muchos casos es un "achúchame, dime algo bonito, que llevo todo el curso currando y no soy una máquina: ¡que tengo corazoncitoooo!". Y ocurre como con las plantas: las abonas un poquito y reviscolan que es un primor.
Sugiero que nos pongamos en campaña. No de esas grotescas de "abrazos gratis" que te encuentras a veces por la calle. Es algo mucho más sencillo. Tan fácil como cuidar del prójimo más próximo (familia, amigos y derivados) con palabras en plan "ven aquí, rebonica", y soltar un besote en todo el mejillón bien sonoro; o un "pero qué resalao es mi niño" mientras lo despeinas con un aire de "como te coja te como". O más sencillo todavía: "¡cómo mola estar contigo!", o "eres la caña, tío".
Quien diga que no le apetece una dosis de algo así, o que no es capaz de darla, miente. Típico de adultos tontos. Ojalá nosotros, como aquellos de hace 2000 años, seamos la envidia de la gente, y comenten en su interior: "¡Míralos cómo se quieren!"...
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viernes, 4 de abril de 2008
Una de higos
Un día paramos a retomar fuerzas en Roma, en un restaurante: pasta, que es lo típico y da energías de las buenas para seguir con el pateo después. Entonces, M.Carmen (que es de lo más salao que he conocido en mi vida) le dijo a Angelito:
- Pater, dinos algo.
- ¿Algo? ¿Qué quieres que os diga?
- Algo que nos haga bien.
- Si queréis os cuento lo de los higos...
Y nos explicó algo que ninguno de los que estábamos a la mesa sabíamos. La vida en la ciudad nos hace muy incultos para cosas. Resulta que a los higos se los pincha, para que se hagan más dulces.
Todos, sin excepción, en silencio,asentimos con la cabeza. Supongo que es una experiencia común. A todos nosotros, de una manera o de otra, nos pinchan de vez en cuando. Nos tocan las teclas, las narices, la moral. Ahora sé por qué: para que nos hagamos más dulces, más amables, más pacientes, más ricos en caridad.
Y me pregunto cómo surgirían los higos chumbos. A éstos no es que los pinchen: ¡es que pinchan ellos!. Su piel es mucho más dura, más verdosa, y su sabor mucho menos dulce... ¿Y los secos-secotes, los higos pasas?...
De los tres se puede sacar finalmente un buen pastel, o una rica mermelada. Depende de la destreza del Cocinero. Ahora: seguro que si éste, además, cultiva su propia huerta, en algún momento se acercará al árbol a pinchar sus higos.
(Rectificación: M.Carmen no es salá, es dulce, bien dulce...)
- Pater, dinos algo.
- ¿Algo? ¿Qué quieres que os diga?
- Algo que nos haga bien.
- Si queréis os cuento lo de los higos...
Y nos explicó algo que ninguno de los que estábamos a la mesa sabíamos. La vida en la ciudad nos hace muy incultos para cosas. Resulta que a los higos se los pincha, para que se hagan más dulces.
Todos, sin excepción, en silencio,asentimos con la cabeza. Supongo que es una experiencia común. A todos nosotros, de una manera o de otra, nos pinchan de vez en cuando. Nos tocan las teclas, las narices, la moral. Ahora sé por qué: para que nos hagamos más dulces, más amables, más pacientes, más ricos en caridad.
Y me pregunto cómo surgirían los higos chumbos. A éstos no es que los pinchen: ¡es que pinchan ellos!. Su piel es mucho más dura, más verdosa, y su sabor mucho menos dulce... ¿Y los secos-secotes, los higos pasas?...
De los tres se puede sacar finalmente un buen pastel, o una rica mermelada. Depende de la destreza del Cocinero. Ahora: seguro que si éste, además, cultiva su propia huerta, en algún momento se acercará al árbol a pinchar sus higos.
(Rectificación: M.Carmen no es salá, es dulce, bien dulce...)
jueves, 3 de abril de 2008
3 años
Fue justo el día después. Y llovía todavía más. Es la Gracia: siempre llueve en los momentos importantes de mi vida.
No se si os ha pasado alguna vez, que se siente dentro un "hasta aquí", porque ya no puedes más... Yo no sabía qué buscaba, pero me eché a la calle y empecé a andar. Iba llorando, pero no se notaba porque se mezclaban mis lágrimas con el agua que caía del cielo. Y fui donde se va para empezar de cero, donde se reparan las fuerzas, donde la vida recobra su sentido, donde se curan las heridas y se caldea el corazón.
Entré en la Catedral: ni un solo sacerdote. Me pasé a la Basílica de la Virgen: nadie, ni siquiera en la sacristía. San Lorenzo, Santo Tomás... nada de nada. Parecía que los curas andaban jugando al escondite.
Y acabé donde jamás hubiese pensado, que es donde suele esperarnos Dios. Se llama D.Enrique R., y no dejaré de agradecer y de rezar por él jamás. Fue mi director espiritual durante 6 meses desde aquel día (detrás vinieron otros, cada cual mejor). Para mí que me lo regaló Juan Pablo II. Porque hoy hace 3 años. Y las casualidades no existen. Todo es providencia.
Regresé empapada. Pero con una alegría interior que todavía no he olvidado. Podría dividir mi vida en un antes y un después de aquel 3 de abril. Y aunque el mundo ha seguido girando, y a veces me ha mareado tanta vuelta, jamás he dejado de sentirme cuidada desde entonces.
No se si os ha pasado alguna vez, que se siente dentro un "hasta aquí", porque ya no puedes más... Yo no sabía qué buscaba, pero me eché a la calle y empecé a andar. Iba llorando, pero no se notaba porque se mezclaban mis lágrimas con el agua que caía del cielo. Y fui donde se va para empezar de cero, donde se reparan las fuerzas, donde la vida recobra su sentido, donde se curan las heridas y se caldea el corazón.
Entré en la Catedral: ni un solo sacerdote. Me pasé a la Basílica de la Virgen: nadie, ni siquiera en la sacristía. San Lorenzo, Santo Tomás... nada de nada. Parecía que los curas andaban jugando al escondite.
Y acabé donde jamás hubiese pensado, que es donde suele esperarnos Dios. Se llama D.Enrique R., y no dejaré de agradecer y de rezar por él jamás. Fue mi director espiritual durante 6 meses desde aquel día (detrás vinieron otros, cada cual mejor). Para mí que me lo regaló Juan Pablo II. Porque hoy hace 3 años. Y las casualidades no existen. Todo es providencia.
Regresé empapada. Pero con una alegría interior que todavía no he olvidado. Podría dividir mi vida en un antes y un después de aquel 3 de abril. Y aunque el mundo ha seguido girando, y a veces me ha mareado tanta vuelta, jamás he dejado de sentirme cuidada desde entonces.
miércoles, 2 de abril de 2008
21:37 de la noche
Hoy hace 3 años.
Decidí salir de casa, después de más de un mes de reposo por una operación bastante importante.
En aquella hora yo estaba en la Plaza de la Virgen, refugiándome en un rinconcito de la lluvia que caía a mares. De pronto alguien dijo: "Nuestro Papa está en el Cielo". Y al instante salió un joven y puso, en medio de la plaza, una vela roja encendida. No se apagó, pese a la lluvia. Y salió otro y plantó una cruz al lado. Y otro, y otro, y yo misma. Y en cuestión de minutos la plaza estaba llena de jóvenes. Y la oración se hizo alegre. Los cantos, los testimonios, la acción de gracias... la fe -como la lluvia- se sintió en la piel.
Me sé privilegiada por haber visto en directo a un santo de los gordos, como si hubiese conocido a S.Juan de la Cruz, o a S.Ignacio de Loiola, o a S.Francisco de Asis...
El agua no dejó de caer del cielo al día siguiente, ni la Gracia tampoco.
Aquí mi pequeño homenaje a Juan Pablo II el Grande, a quien Dios trajo a vivir para siempre, desde un país lejano, a nuestro corazón...
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