Dice mi médico que "a quien se mueve le ocurren cosas", y que "Dios ayuda al que se ayuda". Es más: dice que el movimiento es inevitable; que si me empeñase en que cada día fuese igual que el anterior no me saldría. Es curioso, porque yo tomé buena nota, cuando lo leí, de lo que aconsejaba S.Juan de la Cruz: "En tiempos de crisis, no mudar". O como decía un buen amigo: "Cuando no sepas qué hacer, no hagas nada", o sea, esperar a que desaparezca la espesa niebla.
En realidad todo esto tiene relación con lo de dejar la ventana abierta que decía el otro día. Porque si es cierto que cuando uno no ve claro no conviene mover mucho, lazarillos a nuestro lado hay, y bien buenos. ¿Y no sabe Dios a dónde nos lleva? Si abro la ventana y confío, si subo aunque sea un solo escalón, si doy un pequeño paso, si hago una prueba a ver qué tal sale (aunque me equivoque), ¿no es esa una actitud de conversión más auténtica? ¿No es el movimiento más humano que la quietud propia de los objetos? ¿No me saldrán úlceras de estar siempre parada en la misma postura? ¿No son estas mismas preguntas prueba de que somos seres en movimiento?
Llevo 4 meses en casa, y me parecen el triple, por su intensidad. Y creo que ya sí, que ya es hora: abro la ventana de par en par, y ya he lanzado algunas redes a ver qué pesco. No sé dónde ni cómo estaré dentro de otros 4 meses. Pero a quien se mueve le ocurren cosas, ¿no?. Lazarillos tengo a los mejores. Y el Buen Dios me respalda con su Gracia. Y si vuelvo a tropezar me volveré a levantar: he aprendido cómo se hace a base de mucha práctica... Ya veremos dónde acabo. Omnia in bonum!
Sólo una cosita: sea como sea, que sea con vosotros cerca.
2 comentarios:
Permiteme, que desde el anonimato te diga que hay momentos en los que es bueno segurir esos consejos de "ante la incertidumbre, la quietud", pero hay otros en que es mejor seguir aquel de "si queres resultados distintos haz cosas distintas"...
Cree en tí, en que no andas sola, en que puedes y debes conseguir salir de la niebla, ya sea porque esta se disipe o porque la dejes atras con tu movimiento.
Cree en ti, respetate, respeta tu fe, haz lo que el corazón te grita hacer...y hazlo siempre con la vista al cielo, la cabeza bien alta y la esperanza en que no hay paso que des que no tenga un sentido ni un porque.
Por supuesto que te permito y te acepto esos consejos. La pena es que no pueda agradecértelos personalmente (aunque sospecho que sí nos conocemos; ¿me equivoco?).
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