¡Qué alegría verte! –dijo, con esa mueca de medio lado que hacía pasar por una sonrisa cuando se la pillaba desprevenida.
Voy al centro. ¡Qué día más feo hace! ¿verdad?. Y eso que en el telediario dijeron que saldría el sol; pero ya se sabe que en el telediario siempre nos engañan. ¡Tontos somos de no salir con paraguas cada vez que anuncian buen tiempo!. En fin. ¿Y la crisis? ¿Te acuerdas del marido de doña Catalina?: pues lo han echado del trabajo. Y ya me dirás tú, a su edad, que a punto estaba ya para jubilar, quién lo va a contratar. Ahora que culpa tienen ellos también, que siempre han sido unos derrochadores. Dinero que tenían, dinero que gastaban. ¿No te has fijado nunca en los zapatos que llevaba doña Catalina al mercado? ¡ni que fuera a un baile de salón! Con esos tacones tan altos, como las jovencitas… Igual lo hacía por eso, para aparentar menos. Que no es que yo quiera hablar, pero… ¿quién no se ha dado cuenta de cómo se le van los ojos a su marido detrás de crías? Yo he oído que lo trasladaron aquí porque en su empresa, cuando vivía en el pueblo, hubo un escándalo enorme, porque le pillaron en el cuarto de la limpieza con una de esas recepcionistas que contratan, recién salidas de la facultad; de las que están tan desesperadas por encontrar un trabajo que aceptan lo primero que se les ofrece, aunque sea por cuatro duros. Pues de una de esas se rumorea que se aprovechó. Y ya se sabe, que cuando el río suena… ¡Si es que todos los hombres son iguales! Mira si no al yerno de la Jacinta, que ahora le ha dado por estudiar oposiciones, como si fuera un niño, con un bebé a las puertas que tiene. Para verano dicen que nacerá… A este paso, padre e hijo aprobarán juntos, te lo digo yo. Mujeriegos y vagos. Que sí, que con esta vergüenza tenemos que cargar las mujeres de hoy. ¿Por qué te crees que yo no me he casado? Ya lo decía mi madre: mejor sola que mal acompañada. ¡Ay! y luego vas a la compra y todo ha subido. ¡Nunca escucharás que algo haya bajado!. Como si cuanto más cara fuera la fruta, más dulce estuviera… ¡eso quisiéramos!. Una porquería. La semana pasada compré una malla de cuatro kilos de mandarinas, y cuando la vacié en el frutero… ¡había una podrida!. Te lo digo yo, que las venden en mallas para ocultar las podridas entre las buenas y que las compremos. ¡Malditos ladrones!. Luego vas al médico y te dice que si tomas vitamina C. ¡Sí, vitamina C podrida del mercado!. Ahora, que el médico tampoco es que sepa mucho. Porque cuando fui, estaba mala, pero malísima. Unos ahogos que tenía que casi ni podía respirar. ¿Tú sabes lo que me costó acercarme al ambulatorio? ¡si creía que me moría!. Y ahí me tiene esperando casi un cuarto de hora para decirme que si tomo vitamina C. Menudo disgusto me dio. ¡No me hizo ni caso! ¡Como si yo me inventara las cosas!. Menos mal que tengo de todo en casa, y me tomé la pastilla esa que toma la Paca que le va tan bien; y mira, aquí me tienes. Ahora, que la Paca estará sana, pero por fuera parece una pasa. ¡Qué vieja! ¿Te has dado cuenta de lo mal que se conserva? pobrecita… Nada, que fue morirse su marido y como si le hubieran caído todos los años de golpe. Ahora la escuchas hablar y parece que era el amor de su vida. Pero antes bien que se quejaba de todo: que si mi Pepe vuelve siempre tarde del trabajo, que si mi Pepe no sabe cambiar el rollo del papel higiénico cuando se acaba, que mi Pepe ronca, que mi Pepe sólo atiende al fútbol, que mi Pepe nunca me regala nada… ¡Qué pena esa gente que sólo sabe hablar para criticar! ¿verdad?...
Asiento con la cabeza. Mi vecina baja del autobús en la siguiente parada. Donde ella ha estado sentada queda un insoportable olor a podrido.
6 comentarios:
Hadasitaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!! Te echo de menos!!!!!!!!!!!!!!!!!
Dime algo, por fa.
Mmmmmmmmmmmmmmmmmuuuuuuuáááá!
Anne
Anne, cariñet... ¡¡¡ESTOY DE EXÁMENES!!!. Estadística el jueves, si sobrevivo a ella el viernes vuelvo a la circulación y hablamos. Yo también te echo de menos...
Y qué probabilidades tienes de aprobar? Juasssssss! Perdón, no me he podido resistir al chiste. Qué malo es! Jijijijijijijiji...
Anne
Pues hay quien dice que del 70%, otros que del 100%... Yo, si me fiara del equipo docente, diría que de un 50% y ya me quedaría contenta. Pero como no me fío ni un pelo, te diré que entre un 40 y un 60, dependiendo de lo hijitos de sus mamás que se quieran poner planteando problemas. Vamos, que lo que Dios quiera. ¡Así de revuelta tengo la tripa!
Saldrá bien Hadasita, seguro que saldrá bien
Suerte¡
Gracias, Carolina!!!
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