Sí: un monumento para Planeta Sur; para Enrique Bunbury y para Vetusta Morla.
Por la música. Por la letra. Por la sensibilidad.
Por la delicadeza con la que tratan las crisis.
Por acompañar en la salida del mal paso, con el pulso sin descanso.
Por esa canción inoportuna que nos sirve de vacuna: un son medicinal.
Por recordarme que este es el momento, que aún estamos a tiempo.
Por existir cuando nadie más entiende y es más urgente.
Urge la música, la buena música, su música.
Desde el sofá de mi casa, donde no hay nadie más,
nadie más que ellos y yo, todos juntos,
mi gracias. ¡Mil gracias!
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