Cada día estoy más convencida: el Evangelio es para niños y para valientes. Punto.
Los niños confían. Los valientes lo intentan.
El Evangelio nos da la vuelta. Parece que todo está al revés. No sigue nuestra lógica.
Nosotros no abandonaríamos 99 ovejas para buscar a una.
Nosotros no amamos a nuestros enemigos. No ponemos la otra mejilla si nos abofetean.
Nosotros no llamamos bienaventurados a los pobres, y no comemos con leprosos, ni con ciegos, ni con endemoniados.
Nada de esto sigue nuestra lógica.
El padre no debe no reñir a su hijo pródigo: no es pedagógico.
A estas alturas de la crisis, no hay sembrador que siembre fuera de la tierra buena.
"No juzgues; que tu hablar sea `sí, sí, no, no´; carga con tu cruz y sígueme, y aprende de Mí que soy manso y humilde...." ¡Anda ya!. Nosotros que rajamos sin medida; que hablamos de todo como si de todo supiéramos sin estudiar apenas nada; que huímos del dolor ante todo y sobre todo; que buscamos siempre aparentar más, ser fuertes, dominar las situaciones, tener autoridad, ser respetados... Nosotros hoy escuchamos el Evangelio, y no entendemos nada.
Nos parece que está todo del revés.
Si así es, ¿no se nos está regalando con el Adviento un buen momento para pensar en desafiar a la gravedad?
2 comentarios:
Tras treinta minutos, no se me ocurre mucho que decir… es bonito, pero no creo que el evangelio se ajuste a la situación actual. No podemos poner la otra mejilla, no podemos dejar de opinar (entendamos mucho de un tema o poco), no podemos ante la situación actual permanecer impasibles y aferrarnos al Evangelio…
Para mi el momento estelar del Evangelio, es cuando entra al templo y Jesús echa a los mercaderes…
Como católico me duele cuando la Iglesia Católica, no excomulga públicamente a los que votan la nueva ley del aborto, cuando muchos de ellos se declaran católicos como el Sr. Bono, me duele cuando ante un gobierno que quiere quitar los crucifijos de las aulas, la Iglesia Católica permanece callada, me duele cuando ante un Gobierno que da luz verde para que se venda en las farmacias la píldora del día después sin receta, permanece callada… eso sí en su fuero interno cuchichea y raja sobre lo malo que es el Gobierno.
Me alegro cuando alguien como Benedicto XVI habla claro y conciso sobre el Gobierno de España y me avergüenza cuando los obispos y arzobispos españoles, etc… permanecen callados y dóciles ante los políticos, en lugar de hablar claro.
En resumen, me siento orgulloso de Jesús, del Papa y avergonzado de la Iglesia Católica Española (salvo contadas excepciones) en general, quizás cuando los sacerdotes en general actúen como las contadas excepciones (tu Hadasita y yo conocemos a una de esas excepciones), entonces tenga más sentido todo, hasta entonces Iglesia Católica “0”, labor social que realiza “10”, como católico, me siento abandonado totalmente por la Iglesia Católica y siento en momentos incluso rechazo hacia ella.
Jacobo, cariñet... lee más arriba, "desafiando a la gravedad II": creo que te gustará.
Entiendo lo que sientes y por qué lo sientes: pero no voy a entrar juzgar a unos y a otros, porque me equivoco hasta cuando me juzgo a mí misma, que también soy Iglesia por cierto. Así que, como le paso a Teresa, la grande, la de Ávila, pese a todas las teclas de la Iglesia de su tiempo -que no fueron pocas- espero poder morir con el corazón bien ancho diciendo que muero hija de la Iglesia. La Iglesia, Jacobo, que es muchísimo más de lo que tú describes. No te pierdas lo mejor... Besito.
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