No sabía bien qué había pasado estos días, que hace de repente un frío que pela. Como no tengo tele no me entero a la primera; pero tengo otras fuentes de información tan fidedignas o más que la caja tonta. Por ejemplo, el autobús. Me siento con Hadasita entre los brazos, las dos hechas un gurriñito, enrollándonos las manos congeladas en la bufanda, y ahí nos enteramos:
- Es que ha venido un frío polar de ésos, y hoy está previsto que lleguemos a los 6º en Valencia. No, si al final nevará y todo, aunque sea de esa nieve que se funde al tocar suelo. Ya ha pasado otros años.
- Sí, a 600 m dicen que ya está nevando.
- ¡Y ya toca, ya, que estamos en Navidad!.
Puesta al día a la perfección del parte meteorológico, sigo mirando por la ventanilla del bus hacia el exterior, pensando más bien en nada. Pero Hadasita se ha quedado mirando fíjamente a las señoras. ¡Y la de veces que le he dicho que no lo haga! Porque pone muy nerviosa; al menos yo me pongo muy nerviosa cuando alguien que no conozco se pone a mirarme así. La he regañado al oído, pero las dos mujeres se han dado cuenta y han querido ser amables. No es difícil: mi Hadasita es una niña preciosa, es frecuente que la gente se le acerque y le diga cosas agradables.
- Hola, bonita, ¿y tú cómo te llamas?
- Hadasita.
- ¿Como las hadas?
- No, como el mirto.
La señora ha puesto cara de "no sé si he escuchado bien, pero no importa mucho", y ha seguido tirando de la lengua a mi peque:
- ¿Y tú has sido buena este año?
- A veces.
- ¿Y qué le has pedido a Papá Noel?
- ¿A quién?
- ¡A Papá Noel!
- No sé quién es.
Ahí intervengo yo:
- Disculpe, es que la nena es española: nosotras esperamos a los Reyes Magos, ¿verdad, Hadasita?
- ¡¡¡Siiiiiiiiiii!!!
Y continúa la señora, que no ha entendido en absoluto mi aclaración sobre nuestra nacionalidad, pero que ahora ya parece realmente intrigada:
- Bueno, pues ¿qué les has pedido a los Reyes Magos?
- ¡Ver a Carry!
Cara de poker de medio autobús. ¿Será algún cantante famoso? ¿Algún futbolista traído de a saber dónde para levantar el Valencia CF? ¿Alguna atracción de circo? La mujer, a estas alturas, ya no se atreve a pedir aclaraciones. Tiene cara de estar hablando con Mafalda.
- ¿Y has puesto ya el árbol?
- No, ¡pero la corona sí! ¡Y el calendario!
- ¿Y no pones el árbol?
- Sí, pero en Navidad. ¡Y el Belén!
Pasamos por delante del Corte Inglés. "La Navidad de los sentidos". Bonito eslogan. Que alguien me lo explique.
- ¡Mira, ahí ya hay un Belén!
- Se habrán equivocado, ¿no?
Y me mira. Y le contesto:
- Sí, cariño, están bastante equivocados.
Y contraataca mi niña:
- ¿Tú has puesto la corona y el calendario?
¡Cuántas veces tendré que enseñarle a Hadasita que a las personas mayores no se les habla de tú! ¡No hay manera!
- ¿El qué?
- ¡La corona y el calendario de azviento?
La corrijo:
- Adviento, cariño.
- Sí, eso, azviendo.
Me río y la dejo estar. Total: azviento o azviendo, la mujer no tiene ni la más remota idea de qué es el Adviento. Me mira un poco asustada, y con una sonrisita forzada se despide de nosotras y baja en la parada siguiente. La veo marcharse hablando con su amiga, realmente contrariada. Abrazo bien fuerte a la nena. Y me da la risa. No lo puedo evitar.
- ¿Por qué te ríes?
- No sé, me ha hecho gracia.
- Seguro que no ha puesto la corona y el calendario, ¿verdad?
- Seguramente, Hadasita.
- ¿Y por qué?
- A lo mejor se ha hecho demasido mayor y se le ha olvidado.
- Pobrecita...
- Pues sí...
- ¡Con lo bonito que nos ha quedado a nosotras!
Y razón tiene. Aquí os cuelgo la foto que lo demuestra.
domingo, 30 de noviembre de 2008
viernes, 28 de noviembre de 2008
Felicidades!!!
Ya sé que no vas a leer esta entrada. Pero no me importa. A veces una no escribe tanto para ser leída como para que no le reviente el corazón con las cosas dentro.
Hoy hace 9 meses saliste de la tripita de tu mamá, junto con otros hermanitos. Enseguida recibí un email que me informó de tu nacimiento, y mi respuesta fue un "sí" tajante. Lo único que pedí es que fueras nena, porque sabía que así seguro que acabaríamos siendo las mejores amigas del mundo. Dos meses después, hecha una bolita de pelo que apenas andaba, llegaste a mi casa e iluminaste mi vida. ¡Jamás se vivió una fiesta en mi hogar como el día que te hiciste de la familia! ¡Jamás nadie me vió tan radiante como aquel momento en que se juntaron por primera vez tus ojitos con los míos! Todo se llenó de tí: ya no se podía andar dos metros sin pisar un juguete o un pis tuyo. Mis manos, mis muebles, todo ha quedado marcado con tus dientecitos. Probablemente no supe ser del todo buena mami para tí, y por eso ahora ya no estás conmigo. Aunque sí estás, ¿sabes?. Estás a todas horas. Porque te quiero tanto, tanto, que no me olvido de tí ni un segundo.
Mi Carry bonita: hoy quería felicitarte por tu aniversario. Te tengo un regalín que te llevaré cuando nos dejen vernos en Navidad, ¡verás cómo te gusta!. Y quería darte las gracias. ¡Cuántas cosas hemos pasado juntas! Gracias por todo el cariño incondicional que me regalaste así, a borbotones, porque sí. Gracias por todas las lecciones importantes de la vida que aprendí a tu lado. Gracias por recordarme lo divertido que era jugar. Gracias también por ser feliz ahora, porque si no estaría absolútamente muerta de melancolía. Sé buena, ¿vale?. Crece sana, haz muchos amiguitos, y si encuentras algún mozo de tu raza que te guste me lo cuentas, ¿sí?. Mi peque, ¡que te vas haciendo grandota!... aunque para mí siempre seguirás siendo mi peque, mi pichu, mi peluche mordedor, mi Juana, mi niña, mi princesa, mi Carry... ¡Felicidades, cariño! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Un besazo enoooormeeeeeeeeee!!!!!!!!!!!!!
Hoy hace 9 meses saliste de la tripita de tu mamá, junto con otros hermanitos. Enseguida recibí un email que me informó de tu nacimiento, y mi respuesta fue un "sí" tajante. Lo único que pedí es que fueras nena, porque sabía que así seguro que acabaríamos siendo las mejores amigas del mundo. Dos meses después, hecha una bolita de pelo que apenas andaba, llegaste a mi casa e iluminaste mi vida. ¡Jamás se vivió una fiesta en mi hogar como el día que te hiciste de la familia! ¡Jamás nadie me vió tan radiante como aquel momento en que se juntaron por primera vez tus ojitos con los míos! Todo se llenó de tí: ya no se podía andar dos metros sin pisar un juguete o un pis tuyo. Mis manos, mis muebles, todo ha quedado marcado con tus dientecitos. Probablemente no supe ser del todo buena mami para tí, y por eso ahora ya no estás conmigo. Aunque sí estás, ¿sabes?. Estás a todas horas. Porque te quiero tanto, tanto, que no me olvido de tí ni un segundo.
Mi Carry bonita: hoy quería felicitarte por tu aniversario. Te tengo un regalín que te llevaré cuando nos dejen vernos en Navidad, ¡verás cómo te gusta!. Y quería darte las gracias. ¡Cuántas cosas hemos pasado juntas! Gracias por todo el cariño incondicional que me regalaste así, a borbotones, porque sí. Gracias por todas las lecciones importantes de la vida que aprendí a tu lado. Gracias por recordarme lo divertido que era jugar. Gracias también por ser feliz ahora, porque si no estaría absolútamente muerta de melancolía. Sé buena, ¿vale?. Crece sana, haz muchos amiguitos, y si encuentras algún mozo de tu raza que te guste me lo cuentas, ¿sí?. Mi peque, ¡que te vas haciendo grandota!... aunque para mí siempre seguirás siendo mi peque, mi pichu, mi peluche mordedor, mi Juana, mi niña, mi princesa, mi Carry... ¡Felicidades, cariño! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Un besazo enoooormeeeeeeeeee!!!!!!!!!!!!!
jueves, 27 de noviembre de 2008
Aclarando la gran duda (a mis alumn@s)
No paro de recibir emails, comentarios y derivados por varios sitios cibernéticos, preguntando qué me pasa. Por lo visto, que yo falte al cole 2 semanitas deja cierto hueco.
Para las que barajáis las distintas hipótesis curiosas que me han ido llegando, aclaro la gran duda. No he sido abducida por un extraterrestre, no me ha atacado ningún demonio negro, no estoy en una fase de años 60 montándome orgías, no me he ido a vivir a Nicaragua (todavía), no me perdí en una fiesta, y no estoy en ningún hospital. Es realmente alucinante cómo se dispara vuestra imaginación (sigo preguntándome qué narices desayunáis).
Y no, definitivamente no os libráis de mí esta evaluación. Lo más probable es que el lunes a las 8 de la mañana me tengáis ya metiendo caña. Y lo primero que haré es poner un negativo general en lectura comprensiva. ¿O no quedó claro en la entrada "Cardenales" lo que me pasa?
Para las que barajáis las distintas hipótesis curiosas que me han ido llegando, aclaro la gran duda. No he sido abducida por un extraterrestre, no me ha atacado ningún demonio negro, no estoy en una fase de años 60 montándome orgías, no me he ido a vivir a Nicaragua (todavía), no me perdí en una fiesta, y no estoy en ningún hospital. Es realmente alucinante cómo se dispara vuestra imaginación (sigo preguntándome qué narices desayunáis).
Y no, definitivamente no os libráis de mí esta evaluación. Lo más probable es que el lunes a las 8 de la mañana me tengáis ya metiendo caña. Y lo primero que haré es poner un negativo general en lectura comprensiva. ¿O no quedó claro en la entrada "Cardenales" lo que me pasa?
domingo, 23 de noviembre de 2008
Un día de oscuridad y nubarrones
- Había una vez un pastor que tenía un rebaño de ovejas...
- ¿Era guapo?
- ¿El pastor? ¡Sí! ¡Era bien guapo! Y las ovejas también: muy bonitas, blancas y chiquitinas como tú, Hadasita.
Mi niña se esconde hasta la nariz detrás de mi hombro, rojita como una rosa. Y tras unos segundos de silencio me pregunta:
- ¿Y qué pasó? ¿Se le perdió una?.
- No, cariñet. Lo que pasó es que hubo un día de oscuridad y nubarrones (Ez 34,11). ¿Te acuerdas de las tormentas de hace un mes? Pues así pero a lo bruto; de hecho, era de día y parecía de noche. ¿Qué harías tú si, en medio del monte, en una excursión por ejemplo, empezara a llover así?
- ¡Te buscaría corriendo!
- ¿Para qué?
- ¿Cómo que para qué? ¡Para que me llevaras contigo!
- ¿A dónde?
- ¡Y yo qué sé! ¡Tú sabrías dónde!
- Bingo, Hadasita. Eso es exactamente lo que hay que hacer. Pero tú has visto ovejitas, yo te las he enseñado... y ¿a que son simplonas? (mi niña se ríe picarona). Pues resulta que aquellas ovejitas, en vez de apelotonarse junto a su pastor, empezaron a dar vueltas como locas, asustadísimas, de acá para allá, buscando algo de refugio tal vez. Y claro, se perdieron.
- Y el pastor tuvo que salir a buscarlas y las encontró a todas, ¿a que sí?
- Salió a buscarlas, por supuesto, Hadasita: no podría ser de otra manera. Pero la historia todavía no ha acabado. Creo que aún va detrás de alguna que a saber en qué andará...
- ¡Qué pastor más bueno! ¡Es como un papá!
- Sí, como un papá, el rey de la casa... (*)
(*) hoy celebramos Cristo Rey.
sábado, 22 de noviembre de 2008
Reencuentro Nica, otro más
La gente se nos va uniendo. El grupo crece vertiginosamente, y con él las posibilidades de viajar en futuros encuentros. Valencia, Riópar, y la próxima en Zaragoza; y ¿quién sabe? ¿Bilbao?.
En común tenemos al menos una cosa: estamos contagiados de nicaraguina aguda. Y es un problema, porque es contagiosísima, y ni hay vacuna ni hay cura. Sólo nos queda el remedio de coger un avión y cruzar el charco. Mientras, desde aquí nos preparamos para ser mejores, para poder dar lo mejor de nosotros cuando estemos allá.
Un placer haber pasado el día con vosotros. Un abrazo enorme a los que no habéis podido venir. Otro de bienvenida a los nuevos, de corazón. ¡Nos vemos en un mes en Zaragoza!
En común tenemos al menos una cosa: estamos contagiados de nicaraguina aguda. Y es un problema, porque es contagiosísima, y ni hay vacuna ni hay cura. Sólo nos queda el remedio de coger un avión y cruzar el charco. Mientras, desde aquí nos preparamos para ser mejores, para poder dar lo mejor de nosotros cuando estemos allá.
Un placer haber pasado el día con vosotros. Un abrazo enorme a los que no habéis podido venir. Otro de bienvenida a los nuevos, de corazón. ¡Nos vemos en un mes en Zaragoza!
jueves, 20 de noviembre de 2008
Cardenales
A veces salen cosas de éstas en el cuerpo. Son el resultado de algo mal hecho, sin ninguna duda. Por ejemplo: darse contra la esquina de una mesa. Las pobres mesas no fueron construídas para aguantar nuestros golpes. Por eso sus esquinas no son blanditas.
Hace un par de semanas cargué con una nevera, un armario, dos camas, dos sofás, dos estanterías, una cómoda, un tocador, tres mesitas, una mesa de comedor con 4 sillas, y alguna que otra cosilla más. Y ni os cuento la de cardenales que llevo (sin hablar de una contractura muscular y una lumbalgia de narices). Al principio no entendía qué había pasado, porque miro mi nueva casa y lo veo todo en orden. Pero ya he dado con el fallo. Algo sí hice mal. Cargar con todo sola.
Me pregunto cuántos cardenales debemos llevar por dentro; de esos que no se ven, pero que seguramente nos duelen, y bastante. Consecuencia quizás de lo mismo: de haber pretendido hacer las cosas sin ayuda, a lo bruto, dando por supuesto que solos podríamos. ¿Acaso nadie nos enseñó a leer? ¿No lo dice el Señor bien clarito?: "Sin Mí no podéis hacer nada" (Jn 15.5)...
Hace un par de semanas cargué con una nevera, un armario, dos camas, dos sofás, dos estanterías, una cómoda, un tocador, tres mesitas, una mesa de comedor con 4 sillas, y alguna que otra cosilla más. Y ni os cuento la de cardenales que llevo (sin hablar de una contractura muscular y una lumbalgia de narices). Al principio no entendía qué había pasado, porque miro mi nueva casa y lo veo todo en orden. Pero ya he dado con el fallo. Algo sí hice mal. Cargar con todo sola.
Me pregunto cuántos cardenales debemos llevar por dentro; de esos que no se ven, pero que seguramente nos duelen, y bastante. Consecuencia quizás de lo mismo: de haber pretendido hacer las cosas sin ayuda, a lo bruto, dando por supuesto que solos podríamos. ¿Acaso nadie nos enseñó a leer? ¿No lo dice el Señor bien clarito?: "Sin Mí no podéis hacer nada" (Jn 15.5)...
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Mientras dormía...
... han entrado por aquí casi 50 personas. Me encanta pensar que -seguramente- seréis gente del otro lado del charco (por lo del horario). Y como quien no quiere la cosa, ya estamos en más de 24.000 visitas. ¡Ni os imagináis el subidón que da esto un miércoles a las 6,30 de la mañana!. Gracias, de verdad. ¡Y a ver si me dejáis algún comentario, que me encantaría conoceros un poco!, ¿sí?. ¡Va pues!
domingo, 16 de noviembre de 2008
"al orden factores El, producto afecta los de no"
Lo siento, pero es que definitivamente este tío me encanta. De nuevo Risto, y su libro, que ya se ha hecho un hueco entre "los de cabecera" en mi nuevo dormitorio.
Aquí tengo 4 habitaciones. La de mi chuchi ha quedado vacía. Y una de mis hermanas tenía un mueble de esos de cama con armaritos y tal. Dicho y hecho: juntamos mueble con cuarto vacío y hacemos habitación de invitados. Y ahí se monta el armatoste, en una habitacioncilla tamaño Carry. Se nos olvidó medir primero. El producto se ha visto afectado: la habitación de invitados se ha convertido en cajonera de camas embutida. Al menos es práctica, ya que no estética.
Al derecho dice "Roma" y al revés dice "Amor"...
El orden de los factores sí altera el producto.
Hay que encender el calentador antes de ducharse, y no después. Se puede hacer al revés, no digo yo que no, pero el resultado no es el mismo.
Es más que conveniente leer las preguntas de un examen antes de contestarlas, aunque sé de muchos que contestan lo que piensan que se les ha preguntado, sin tener ni idea de qué se les pregunta realmente (pocos de éstos suelen aprobar).
Es mejor consultar opiniones antes de tomar una decisión que después de haberla tomado. Y, en consecuencia, es mejor orar antes de actuar. Por si alguien sabe escarmentar en cabeza ajena, os aviso: si quitáis la pieza "oración" de la cabecera de todo, el resultado será algo parecido a "al orden factores El, producto afecta los de no". Medítese.
jueves, 13 de noviembre de 2008
Con una letra antigua
Hadasita todvía no sabe escribir: es demasiado pequeñita. Pero sí garabatea su nombre. Una tarde que yo estaba con mi ordenador y ella con sus plastidecores haciendo Picassos en papel reciclado, me dijo:
- Píntame una "A".
Y yo, obediente como Saint Exupery con su Principito, le pinté la A. ¡¿Qué otra cosa podía hacer?! Cuando el misterio es demasiado impresionante, no es posible desobedecer.
- Ahora píntame una "D". Y una "S".
Cordero, carnero, caja... Y continué dándole al teclado. Al ratito descubrí la obra de arte que mi niña había conseguido hacer solita:
No quise corregirla. Ya tendrá tiempo de aprender lo que es una "H", y por qué su nombre lleva una letra que no se pronuncia. Pero sí aproveché para explicarle que la "A" es una letra que tenía que memorizar bien para no olvidar nunca. Porque con ella se escriben las palabras más importantes. Por ejemplo "papá", o "mamá", o "Adasa" mismo...
Una letra antigua para empezar un día nuevo. Así ha descrito la "A" un buen amigo en un email que acabo de leer. "A" de Amor, que es lo único que cuenta. He cerrado el correo y me he acercado a la cunita de mi niña, que todavía dormía. La he despertado a besitos, como hago siempre, como se debe hacer con los peques. Y después del "Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía" y el resto de sus oraciones, le he dicho:
- Hadasita, ¿te acuerdas de lo que te conté de la letra "A"?.
- "A" de "papá"; "A" de "mamá"; "A" de "Adasa".
- "A" de "Amor", mi niña. Que no se te olvide nunca. "A" de "Amor". En eso es en lo único que merece la pena crecer. Ese será nuestro trabajo hoy, ¿quieres?.
Y con un "¡¡¡¡¡SIIIIIIII!!!!!!" ha pegado un bote de la cama y se ha ido a lavarse la carita. Comenzamos el día con una letra antigua... y un mandamiento siempre nuevo.
- Píntame una "A".
Y yo, obediente como Saint Exupery con su Principito, le pinté la A. ¡¿Qué otra cosa podía hacer?! Cuando el misterio es demasiado impresionante, no es posible desobedecer.
- Ahora píntame una "D". Y una "S".
Cordero, carnero, caja... Y continué dándole al teclado. Al ratito descubrí la obra de arte que mi niña había conseguido hacer solita:
No quise corregirla. Ya tendrá tiempo de aprender lo que es una "H", y por qué su nombre lleva una letra que no se pronuncia. Pero sí aproveché para explicarle que la "A" es una letra que tenía que memorizar bien para no olvidar nunca. Porque con ella se escriben las palabras más importantes. Por ejemplo "papá", o "mamá", o "Adasa" mismo...
Una letra antigua para empezar un día nuevo. Así ha descrito la "A" un buen amigo en un email que acabo de leer. "A" de Amor, que es lo único que cuenta. He cerrado el correo y me he acercado a la cunita de mi niña, que todavía dormía. La he despertado a besitos, como hago siempre, como se debe hacer con los peques. Y después del "Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía" y el resto de sus oraciones, le he dicho:
- Hadasita, ¿te acuerdas de lo que te conté de la letra "A"?.
- "A" de "papá"; "A" de "mamá"; "A" de "Adasa".
- "A" de "Amor", mi niña. Que no se te olvide nunca. "A" de "Amor". En eso es en lo único que merece la pena crecer. Ese será nuestro trabajo hoy, ¿quieres?.
Y con un "¡¡¡¡¡SIIIIIIII!!!!!!" ha pegado un bote de la cama y se ha ido a lavarse la carita. Comenzamos el día con una letra antigua... y un mandamiento siempre nuevo.
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miércoles, 12 de noviembre de 2008
De nuevo en red
No voy a hablar de lágrimas hoy. Ahí quedan, todas bien guardadas por el Buen Dios. Las que ya se han secado y las que todavía correrán. Ninguna se perderá si la causó el amor.
Hoy vuelvo de nuevo a la red. Ya tengo internet en casa. Y decido retomar la normalidad, porque los días son oro, y no puedo seguir desperdiciándolos con la mirada puesta atrás. Una vez, alguien muy sensato me dijo que, cuando se cierra una puerta, hay que apartar la mano para no pillarse los dedos...
Hoy es un hoy único. Los juegos del ayer en el césped entre lametones y mordiscos no volverán; pero la ocasión que tengo hoy de levantarme y lavarme la cara y sacarme la sonrisa y confiar en que todo es para bien, tampoco. Así que salgo de la cama. Oficialmente vuelvo a la vida pública. Abro la ventana, y que sea lo que Dios quiera. Si Carry y Hadasita pueden vivir tranquilas, sabiendo que lo que yo les doy es lo mejor para ellas, ¿a qué temeré yo? Quien se cuida de mí sabe más; y puede más; y hace más. Y si a mí se me partiría el alma si viese a mi chuchi llorando en su nuevo hogar, ¿¡cómo puedo permitir yo que mi Padre del Cielo me vea gastando kleenex a mogollón, cuando me ha regalado la oportunidad de recomenzar!? Todavía tengo muchos sueños por los que luchar.
Hoy es el principio del principio. Hoy al fin me rindo, me abandono, cedo. Y ahí soy más fuerte. Hoy digo lo que debí haber dicho hace una semana:
Hoy vuelvo de nuevo a la red. Ya tengo internet en casa. Y decido retomar la normalidad, porque los días son oro, y no puedo seguir desperdiciándolos con la mirada puesta atrás. Una vez, alguien muy sensato me dijo que, cuando se cierra una puerta, hay que apartar la mano para no pillarse los dedos...
Hoy es un hoy único. Los juegos del ayer en el césped entre lametones y mordiscos no volverán; pero la ocasión que tengo hoy de levantarme y lavarme la cara y sacarme la sonrisa y confiar en que todo es para bien, tampoco. Así que salgo de la cama. Oficialmente vuelvo a la vida pública. Abro la ventana, y que sea lo que Dios quiera. Si Carry y Hadasita pueden vivir tranquilas, sabiendo que lo que yo les doy es lo mejor para ellas, ¿a qué temeré yo? Quien se cuida de mí sabe más; y puede más; y hace más. Y si a mí se me partiría el alma si viese a mi chuchi llorando en su nuevo hogar, ¿¡cómo puedo permitir yo que mi Padre del Cielo me vea gastando kleenex a mogollón, cuando me ha regalado la oportunidad de recomenzar!? Todavía tengo muchos sueños por los que luchar.
Hoy es el principio del principio. Hoy al fin me rindo, me abandono, cedo. Y ahí soy más fuerte. Hoy digo lo que debí haber dicho hace una semana:
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martes, 11 de noviembre de 2008
Al andar
Os cuelgo un vídeo de dos de los grandes. Yo soy sabinista de nacimiento: aprendí antes "¿quién me ha robado el mes de abríl?" que "el corro de la patata". Si lo juntas con Serrat, y le pones letra de Machado, el cóctel de sentimientos es explosivo.
Se hace camino al andar.
Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Caminante: no hay camino...
¡¡¡SE HACE CAMINO AL ANDAR!!!
Nunc coepi!
Se hace camino al andar.
Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Caminante: no hay camino...
¡¡¡SE HACE CAMINO AL ANDAR!!!
Nunc coepi!
lunes, 10 de noviembre de 2008
domingo, 9 de noviembre de 2008
La vida no es igual sin tí...
No te digo adiós. No puedo. Ni con el corazón, ni con el alma, ni con el cuerpo. No te digo adiós, porque jamás dejaremos de estar unidas. Llevamos el mismo apellido. Aunque nos separen 20 kilometrillos. Aunque nos veamos poquitas veces al mes. Aunque tu vida siga por un camino diferente al mío. Tienes derecho a ser feliz: no seré yo quien te lo quite, porque nadie en este mundo te quiere más. Te veo tan contenta en tu nueva casa, con tantos amiguitos y tanto cariño que no puedo más que alegarme por tí. Sí, mi Carry: me alegro, de verdad, aunque me veas llorar. ¡La casa está tan vacía sin tí! Dios te pague todo el bien que me has hecho estos meses. Y nos junte de nuevo, para siempre (¡para siempre, siempre, siempre!) donde ni pisos, ni vecinos, ni hipotecas, ni rollos de ningún tipo puedan impedirnos jugar juntas el día entero. Porque ya no puedo cerrar los ojos y pensar en un Cielo donde no estés tú... mi Carry... mi Carry...
sábado, 8 de noviembre de 2008
Pijolandia
Llamo "Pijolandia" al barrio en el que vivo. Tiene muchas ventajas: la principal, que llego andando o en bici a cualquier sitio en un plis plas. Pero me choca el ambiente. No puedo evitar comparar... Cuando has estado en el paraíso, cualquier otra cosa te parece extraña.
En mi finca hay 14 pisos, con 4 viviendas de 4 habitaciones cada una. Aproximadamente 170 personas. Con una probabilidad altísima de seguir siendo para mí auténticos desconocidos el día que me marche a vivir a otro sitio. En menos de un mes, en El Salto, todo el mundo nos saludaba como si fuésemos familia: los niños venían corriendo a abrazarnos por las mañanas; y si alguno de nosotros había andado con colitis, no faltaba quien se interesase por su salud.
Asomada a la ventana hoy veo tiendas, bares, servicios de todo tipo: ni rastro de verde. Cuando mi Carry se asoma al balcón, con su hociquillo entre los barrotes, aullando de pena, me dan ganas de hacer lo mismito. Quizás, si aullamos las dos a la vez a pleno pulmón, nos oigan desde el otro lado del charco y vengan a rescatarnos.
Allá los perros andan sueltos, no ví ni media correa; y ojalá estuviesen lo sificientemente alimentados para sacar fuerzas y pegar un ladrido (acá, a mis queridos pijos de arriba y de abajo les molesta la salud -física y emocional- de mi peque: si ladra o si llora es un incordio, en vez de una bendición).
Me pregunto a qué planeta pertenezco realmente. Porque no sé vivir fuera de la ciudad: me siento sola, aislada, incomunicada. Pero tampoco sé vivir en ella: me dejé el corazón en la selva. ¿Habrá algún lugar en este planeta occidental donde se puedan encontrar las dos cosas: el cariño de la gente y el canto de los pájaros, con autenticidad, sin rollos artificiales? ¿Qué es, realmente, un hogar?
En mi finca hay 14 pisos, con 4 viviendas de 4 habitaciones cada una. Aproximadamente 170 personas. Con una probabilidad altísima de seguir siendo para mí auténticos desconocidos el día que me marche a vivir a otro sitio. En menos de un mes, en El Salto, todo el mundo nos saludaba como si fuésemos familia: los niños venían corriendo a abrazarnos por las mañanas; y si alguno de nosotros había andado con colitis, no faltaba quien se interesase por su salud.
Asomada a la ventana hoy veo tiendas, bares, servicios de todo tipo: ni rastro de verde. Cuando mi Carry se asoma al balcón, con su hociquillo entre los barrotes, aullando de pena, me dan ganas de hacer lo mismito. Quizás, si aullamos las dos a la vez a pleno pulmón, nos oigan desde el otro lado del charco y vengan a rescatarnos.
Allá los perros andan sueltos, no ví ni media correa; y ojalá estuviesen lo sificientemente alimentados para sacar fuerzas y pegar un ladrido (acá, a mis queridos pijos de arriba y de abajo les molesta la salud -física y emocional- de mi peque: si ladra o si llora es un incordio, en vez de una bendición).
Me pregunto a qué planeta pertenezco realmente. Porque no sé vivir fuera de la ciudad: me siento sola, aislada, incomunicada. Pero tampoco sé vivir en ella: me dejé el corazón en la selva. ¿Habrá algún lugar en este planeta occidental donde se puedan encontrar las dos cosas: el cariño de la gente y el canto de los pájaros, con autenticidad, sin rollos artificiales? ¿Qué es, realmente, un hogar?
lunes, 3 de noviembre de 2008
La primera
La primera entrada que os publico desde que volvimos a Valencia la escribo en el cole (todavía no tenemos internet en casa). Las noticias no son buenas del todo. Las personas adultas tratamos de tomar decisiones lo más acertadas posibles, contando con las piezas del puzle que se tienen a mano y que ya han encajado. La intención suele ser buena. La mía, al menos, lo ha sido.
El caso es que Hadasita y yo vinimos a nuestro nuevo hogar super-contentas. Yo me sentí como el hijo pródigo, de verdad: llegué -¡¡¡ANDANDO!!!- a Misa, y fue como volver a casa y comprobar que todo seguía donde lo dejé, esperándome. Mi niña salió al parque a jugar con sus amiguitas, y cenamos pizza -de nuestra pizzería de siempre- para celebrarlo. Y en menos de 24 horas se nos hizo la noche. Carry no ha dejado de llorar. Corre por la casa como loca, se asoma a la ventana desesperada, y aulla horas y horas, mañana, tarde y noche. Ayer Hadasita y yo lloramos con ella. Sobre todo la peque. Supongo que ella entendió, la primera de las tres, que Carry debía volver al campo. No habrá quién nos consuele el día que se marche. No hay quien nos consuele ya, ahora mismo.
Dice Risto, entre otras muchas tonterías, que "hogar (es) donde quieres volver. Y volver, lo que te convierte en familia. Y familia, con quien quieres estar". ¿Podrá alguien explicarme entonces, por qué, por qué, por qué, por qué...?
El caso es que Hadasita y yo vinimos a nuestro nuevo hogar super-contentas. Yo me sentí como el hijo pródigo, de verdad: llegué -¡¡¡ANDANDO!!!- a Misa, y fue como volver a casa y comprobar que todo seguía donde lo dejé, esperándome. Mi niña salió al parque a jugar con sus amiguitas, y cenamos pizza -de nuestra pizzería de siempre- para celebrarlo. Y en menos de 24 horas se nos hizo la noche. Carry no ha dejado de llorar. Corre por la casa como loca, se asoma a la ventana desesperada, y aulla horas y horas, mañana, tarde y noche. Ayer Hadasita y yo lloramos con ella. Sobre todo la peque. Supongo que ella entendió, la primera de las tres, que Carry debía volver al campo. No habrá quién nos consuele el día que se marche. No hay quien nos consuele ya, ahora mismo.
Dice Risto, entre otras muchas tonterías, que "hogar (es) donde quieres volver. Y volver, lo que te convierte en familia. Y familia, con quien quieres estar". ¿Podrá alguien explicarme entonces, por qué, por qué, por qué, por qué...?
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